14

336 34 12
                                    

Una incertidumbre invadió a Akaza, no entendía por qué su hermano se hallaba ahí, delante de él justo después de que el cuerpo de su madre difunda desapareciera de dónde estaba sepultada, de dónde la había sepultado

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Una incertidumbre invadió a Akaza, no entendía por qué su hermano se hallaba ahí, delante de él justo después de que el cuerpo de su madre difunda desapareciera de dónde estaba sepultada, de dónde la había sepultado.

El hombre retorcido tomó un cuchillo que anteriormente había ocupado para partir una fruta. Dicho objeto lo empuño con odio y determinación, no importaba si era su hermano; él se iba a encargar de acuchillarlo si es que encontraba algo ahí arriba. Escondido detrás de sí, la belleza de ese objeto iría hacía Hakuji con la intención de volverse un pincel, mismo que pintaría una hoja de suicidio.

—¡Hakuji, baja de una maldita vez!

Le tomo tres minutos a Hakuji bajar de la segunda planta. El rostro de su hermano se veía pálido, las cuencas de sus ojos estaban rojizas pareciera que pronto lloraría, con los labios secos y demasiado aturdido como para decir algo coherente. Akaza supo al instante que él había visto algo, ¿Pero qué? Dudaba mucho que pudiera reconocer la chaqueta que tenía decorando su armario. No quiso divagar más respecto a ese tema, se cansaba en pensar una respecto al asesinato que sus propias manos habían provocado

Pronto la conversación acabó y su hermano de marchó de su casa; sin embargo esa sensación paranoica terminó por invadirlo e invitaba a caer en una crisis de ansiedad. El corazón de Akaza inició con una pequeña taquicardia resultado de la montaña rusa de emociones, sus manos comenzaron a transpirar en cantidades absurdamente detestables y sus glándulas salivarias dejaron de humedecerle la boca; dejándola totalmente seca y pegajosa.

—Tranquilo, mantén la calma.

[...]

En toda la noche los ojos del hombre no pudieron siquiera unirse como era debido todo gracias al insomnio que los malos pensamientos de futuros desastrosos escenarios se generaban en su mente corrompida. Irónicamente no sentía cargo de consciencia por la muerte del que decía era su más grande amor, si no por lo que podría cocechar su deceso.

Sus notables y remarcadas ojeras lo hacían ver repugnante, agotado y ausente. Ahora mismo se daba cuenta que estar vivo no era exactamente vivir, más si ya no tenía una razón para hacerlo, un asesino ya se había vuelto y con un posible cargo por homicidio, todo se estaba yendo en picada. Pero a pesar de eso, Akaza se digno de seguir con su rutina monótona y sosa, lo que menos quería era levantar sospechas, más si estaba ahora en un estado paranoico.

—Esto es una total mierda.

El sonido que creaba su alarma rápidamente lo sacó de su miseria, indicándole que debía ir a trabajar, las facturas no se pagarían solas. Con poco cuidado se levantó del sillón dónde su cuerpo reposo durante 10 horas seguidas. Entumido y adolorido se aproximó hasta el baño de la primera planta de su solitaria casa, quitándose la ropa que cubría su desnudez; percatandose al instante de una erección que sobresalía de su ropa interior.
Su vista desinteresada indicaba una ausencia de excitación, eran las típicas erecciones matutinas que todos los varones presentaban; sin embargo ahora se daba cuenta que nunca se dió a la tarea de probar el cuerpo de Kyojuro, ¿cómo era posible? siempre había anhelado estar dentro de él, sucumbirse en un orgasmo placentero con su hermosa musculatura.

Una rabia inconmensurable se apoderó de Akaza, golpeando la pared con sus nudillos a manera de un espasmo. Estaba enojado, mucho, en su rostro se podía observar.

—Ahora está erección es por tu culpa, Kyojuro—. explicó para si mismo mientras se soltaba a reir sin control—.

[...]

Las miradas se pasaban en él, su apariencia tan cuidada sorprendía a todos, pero, en ese día Akaza resaltaba por verse tan olvidado de sí.

—¡Akaza!—Gritó a la distancia un individuo—.

—¿Qué carajos quieres, Douma? No estoy de humor para soportar tus idioteces.

—Owww, siempre era tan cruel conmigo, buu

El brazo derecho de Douma se posó en los hombros de Akaza, quién con una mueca de disgusto quiso quitarselo de encima. De verdad no estaba de humor, podría golpearlo incluso si lo miraba.

—Me preocupo por ti, han estado desapariendo muchas personas últimamente, ¿podrás creer que el dueño de la florería de la esquina está desaparecido?

Un sudor frío recorrió la espina dorsal del hombre, ¿Ese idiota como sabía que Kyojuro había desaparecido?
Sus pupilas se dilataron, las venas de su frente resaltaban gracias a la fuerza ejercida en su rostro. Un movimiento fugaz lo hizo tomar a Douma de la camisa, acercándolo con rudeza hacía él.

—¿Tú cómo carajo sabes eso?

—Wow, tranquilo. Están los boletines de "Se busca" por toda la cuadra, incluso uno de sus amigos me dió uno. Al parecer lleva más de un mes desaparecido, pff, huele a que ya se murió, que pena una belleza desperdiciada.

Akaza tan rápido como llegó, corrió hasta su oficina que tenía una vista amplía del negocio de flores del antiguo Kyojuro. Observó con terror que dicho establecimiento estaba abierto, con flores nuevas y frescas; viendo a lo lejos a...¡KYOJURO!

¡HOLA! Buenas noches mis amados lectores, ¿cómo están? Les traigo un nuevo capítulo, aprovechando que tengo tiempo libre de escribirlo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

¡HOLA! Buenas noches mis amados lectores, ¿cómo están?
Les traigo un nuevo capítulo, aprovechando que tengo tiempo libre de escribirlo. Espero les guste, llegará algo importante a la trama. 🤭🤭

𝙹𝙸𝙶𝚂𝙰𝚆.// AkarenWhere stories live. Discover now