1° carta: Para Juli.

93 8 16
                                    

Querido amigo...

Me he hecho el tiempo para sentarme en este banco incómodo de madera que tanto detestas. ¿Lo recuerdas? Cuando veníamos a pasear los domingos por la tarde, recién llegados a Málaga, solías sentarte aquí porque era lo único en metros que encontrabas para descansar.

"Parece que hicieran estas cosas sin pensar en la gente pequeña"-. Te quejabas siempre que tenías que dar un saltito para bajar de aquí.

Ya no eres tan baja, haz crecido al menos 5 centímetros, y las plataformas te hacen alcanzar otros 5 restantes para poder bajar tranquilamente de este banco. ¿Sabes? Es gracioso como ambas crecimos tanto desde la primera vez que cruzamos miradas, porque así como tú creciste físicamente, yo me volví una mujer muy diferente a tu lado.

A veces extraño esas tardes en el patio de casa, tú dibujando y yo leyendo. Nuestras horas pasaban volando entre risas y pequeños rumores de la semana, aunque por supuesto, nuestros proyectos no vieran tanto avance.

¿Recuerdas nuestra primera plática frente a frente? Aún es gracioso para mí como lloraba la primera vez que te ví, ni siquiera podía modular la felicidad que me daba poder tenerte frente a mí, de carne y hueso, de abrazos y gritos, de lágrimas y risas.

Quizá no entiendas porqué te escribo esta carta, y nunca lo entenderás, porque tampoco he considerado el enviarla, pero al verte dudar y temblar al sujetar la pluma entre tus manos, me hace querer desahogarme en este papel que se quedará en lo más profundo de mí clóset hasta que quizá un rincón de tu profunda curiosidad o mí inquietud, decida enviarle.

Crees que no tienes esencia para la actuación, crees que no posees la energía para captar la atención de ningún espectador, ni volverte la mariposa que observen en un jardín de flores llamativas; sientes que no tienes talento y que careces de una chispa que te mencionan una y otra vez, pero te es difícil entender a que se refieren.

¿Qué es esa chispa? ¿Qué es esa energía que debes transmitir? No eres un cable en fallas, cuyas defensas producen un deseo para otros, ni eres un encendedor que ha perdido su carga y solo da pequeños destellos de lo que fue alguna vez. Te preguntas en tu interior si esa es la "chispa" que ha mencionado tu tutora, pero no es así.

¿Quieres saber cuál es esa chispa? Es la que se produce cuando entras fingiendo ser un gato en busca de mimos al cuarto de tu amiga, que no ha despegado el ojo de sus apuntes en toda la noche y le sacas una risa improvisada. Es aquella que se enciende cuando ves a la muchacha que actúa correcto siempre y la impulsas a mandar todo al demonio en una cena con su estirada suegra, para salir corriendo en busca del carro que está repartiendo helados gratis. Es aquella que te hace dejar toda una vida de abusos de lado y armarte de valor para echarle cara al pasado y cerrarle la puerta a tu futuro.

La chica que era antes de ti, no será jamás la comparación de la que soy desde que te conocí. Marcaste mí vida con tu presencia, me enseñaste a valorarme a mí misma como jamás lo hice, y me hiciste sentir tantas emociones como ninguna otra amistad jamás ha logrado.

Te conozco como solo me conozco a mí misma, o quizá mejor que eso, y aunque la mitad del tiempo me desesperas, la otra mitad quisiera expresarte lo que le haces a mí vida.

Sólo soy yo, cuando estoy contigo, te volviste mí alma gemela siendo mí amiga, y estoy más que segura que todo eso que veo en ti, miles de personas lo verán.

Solo somos dos chicas en medio de una ciudad, tratando de distinguir que hacemos bien o hacemos mal, tomando decisiones de grandes con corazones de niñas; aún así se que que como yo, nadie te conoce, y por eso mismo es que tengo la convicción que estás hecha para cruzar esa puerta y cerrarle la boca a tu tutora.

Vas a brillar, vas a cautivar miles de corazones y todos verán que tu chispa no puede ser de cable o de un viejo encendedor. Porque tu chispa está hecha de polvo de estrellas, eres única e irrepetible, y tu brillo es tan deslumbrante que a veces no te permite mirar a ti mismo tu magnitud.

Tus ojos siguen dudosos, pero te veo voltear hacia mí y buscar los míos; orgullo, tomes la decisión que tomes, solo puedo sentir orgullo por lo que has conseguido. Sea lo que sea, sabes que estoy contigo; ambas nos caemos, ambas nos levantamos, y si volamos, lo haremos juntas también.

Me dedicas una sonrisa y asiento con la cabeza, feliz de verte firmar sobre el papel que te convierte en universitaria.

Esta carta debe llegar a su final, porque te veo acercarte a mí, pero antes que todo, necesito decirte algo muy importante.

Gracias... Simplemente, gracias.

Atte: Nini.

"De hecho, Taylor Swift..."Where stories live. Discover now