10.- Clara

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No supo qué fue lo que pasó, sólo sintió que era llevado en los brazos de aquel tipo que en sus propias palabras "lo acosaba". Luego de eso sí cerebro se apagó momentáneamente.
Al abrir los ojos, Iruma se levanto de golpe.
-¿Qué pasó? -volteó a todos lados y lo que encontró fue a Alice hablando con la enfermera. Quienes al escuchar la voz de Iruma voltearon a verlo de inmediato.

-¡Mi señor! -dijo Alice corriendo a verlo -¿Cómo se siente? ¿Todavía le duelen las quemaduras? Puede dormir un rato más si gusta -dijo Alice tratando de tapar cómo un niño pequeño a Iruma -Un momento, ¿Qué carajos estoy haciendo? -se preguntó en su mente, aclaró su garganta y de sentó en el banco junto a la camilla -te traje aquí luego de lo que pasó durante el ritual de afinidad.

-¿Está... bien? -dijo Iruma confundido mientras seguía envuelto como lo dejó Asmon.

-Ya que has despertado necesito hacerte un chequeo de rutina, así que tendrás que quitarte la camisa, necesito revisar no hubo más heridas -dijo la enfermera.

Iruma acató la orden, ya no le preocupaba que vieran algo extraño, pues sus antiguas heridas habían sanado y ahora no poseía alas, por lo que de inmediato se levantó y sacó la camisa.

Al verlo, tanto Alice como la enfermera quedaron con una cara de horror, era la primera vez que veían a un joven con tantas cicatrices y el cuerpo en tan mal estado.

-Iruma... ¿Qué fue...? -dijo Alice, sin embargo, no quiso terminar por miedo a incomodar a su compañero.

-¿Ahora qué? -dijo Iruma mirándolos con cara despreocupada.

-Si, lo siento, comenzaré de inmediato el chequeo para que puedas seguir descansando -dijo la enfermera empezando con su revisión de rutina.

-Por cierto, señorita ¿Dónde está la doctora? -preguntó Alice mientras trataba de no mirar a Iruma, pues le dolía el pecho al mirarlo de esa forma, no sólo por la maldición, sino porque no podía evitar tener pensamientos innecesario del cómo surgieron todas esas cicatrices.

-La Doctora que estaba se jubiló, de momento sólo estoy yo, pero tranquilo que están en buenas manos -dijo la enfermera checando la respiración de Iruma -debido a lo estricta que es la escuela reclutando a cada trabajador, el proceso tarda mucho, pero no les preocupa tanto debido a que yo estudié aquí.

-¿No sé volvió exorcista? -preguntó Iruma asombrado.

-no, a decir verdad, nunca me gustó mucho el tema, venía a está escuela porque podía ver el futuro en mis sueños, una habilidad que algunos "onis" empezaron a codiciar, por lo que entré a esta escuela para aprender a defenderme, sin embargo, siempre quise ser enfermera -dijo la enfermera ya guardando sus cosas -está todo en orden, puedes seguir descansando o retirarte, cómo tú gustes.

-gracias... -dijo Iruma volviendo a ponerse la camisa.

De la nada, el celular de Iruma empezó a sonar cómo loco, asustando a todos.

-¿Bueno? -dijo Iruma contestando la llamada.

-IRUMAAAAA, PERDÓNAME POR FAVOR -gritó al otro lado del teléfono su abuelo Sullivan -no era mi intención que te pusieras en riesgo, de haberlo sabido nunca lo hubiera permitido. Opera me tiene encerrado en la oficina y no pude ir a verte -seguía diciendo llorando.

-No te preocupes... Estoy bien -dijo Iruma un poco confundido, no sabía cómo reaccionar, nunca antes se habían preocupado por él de esa manera -No fue para tanto.

Iruma colgó el celular y salió de la enfermería acompañado de Alice Asmon.

-¿Seguro que se encuentra bien? -preguntó Alice caminando a lado de Iruma.

¡Bienvenido a una escuela humana, Iruma!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora