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El humo llenaba la cocina antojando a los mismos cocineros que danzaban haciendo diversas combinaciones de especias.

Los platillos salían y eran emplatados, no solo siendo decorados por su olor, sino que la vista era una hermosa y apetitosa.

Sanji disfrutaba de sus maestros consumiendo sus platillos, regocijándose de los halagos y agradeciendo por su atención.

Tomó un tupper de varios departamentos para comenzar a llenarlo con la comida que se había preparado junto con unos cuantos postres y jugos hechos por el mismo en termos de distintas figuras.

—Siempre me he preguntado...—se acercó un compañero del rubio hacía él—, ¿a quien le llevas siempre un tupper con comida?

—Bueno... Uno de mis mejores amigos siempre tiene hambre y, bueno... No me gusta que la gente tenga hambre, así que siempre le llevo comida de la que hago y a él le gusta.

El contrario solo asintió para retirarse dejando al chico guardar el lonche en una mochilita de monito roja.

¡𝗔𝗾𝘂í 𝗲𝘀𝘁𝗼𝘆! Where stories live. Discover now