ORQUÍDEA

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Me siento mal por el, pero es una reacción de mi cuerpo. Simplemente lo evito, evito encontrarme con Alan y si lo hago cambio de dirección, lo he visto varias veces seguirme o gritar mi nombre, hasta que se dio por vencido, estos días después de... aquella noche han sido difíciles para mi, creía que ya había superado a Donovan pero creo que al final descubrí que no.

Llegue a salir varias veces de  clases solo para ir a llorar al baño.

-Fosforito ¿estas bien? - me pregunto Naith 

-Creí que ya lo había superado, pero... - estuve a punto de estallar en lagrimas

-¿A quien?

-A Donovan 

-¿Al hobbit?

-Si 

Naith se sentó a mi lado y me abrazo, yo intente pensar en cualquier cosa que no sea eso para no llorar. 

-Pero ya no te habías acordado de el

-¿Te acuerdas que te conté que saldría con Alan? 

-¿Que te hizo? - pregunto entre dientes

-El nada, pero cuando llego la cuenta no me dejo pagar nada y entonces recordé cuando... cuando... 

-Shh - dijo acariciado mi cabello - todo estará bien, no paso nada, todo esta bien, Fresita.

¿Como me llamo? 

Sorbí mi nariz y me reincorpore soltándome de su abrazo. 

-Me siento mal por el 

-¿Por Alan?

-Si, me fui del lugar, dejándolo ahí y ahora me busca y yo quiero decirle que paso pero... no se... simplemente no puedo acercarme de nuevo.

Me limpie las lagrimas con el suéter del campus.

-Seguramente el lo entiende. Se ve que es un buen hombre.

-Pero no puedo explicárselo.

-Relájate Roja, tampoco es el fin del mundo, deja que las cosas fluyan.

Las clases siguieron, Alan no me volvió a dirigir la palabra en todo el día aunque si me veía, es como si me hubiera escuchado.

Dio la salida, no sabia que hacer, no quería llegar a casa por que mi hermana me seguiría molestando con eso y que le dijera, no salía de mi habitación y mi madre se preocupaba por ello. No quería responder ninguna de sus preguntas. Ellas no sabían de lo que me paso con Donovan.

Me di cuenta que había estado caminando a la biblioteca, inconscientemente, ni siquiera recuerdo cuando fue que comencé a caminar. 

El chico de la biblioteca.

Recordé lo libros que se supone que debería de estar recogiendo. Hasta ahora.

Recorrí el camino hasta llegar a mi mesa, mi lugar de lectura.

Sonreí bobamente al ver un libro en aquella mesa, pero no solo eso, como si fuera separador, una orquídea salía de entre sus hojas.

"Se lo mucho que te gustan las orquídeas y este libro y pensé ¿por que no regalarle los dos? esta totalmente preparada para que plantes la flor. 

Lo siento mucho si hice algo malo aquella noche.

Con amor A"

¿Que noche? 

Yo no he salido con el de... Oh.

Es Alan.

Por primera vez en todos los días que llevo en la biblioteca supe quien era quien me miraba. Desde el segundo piso, en el barandal, viéndome preocupado, estaba el. Su bello cabello color miel y rizado.  Cuando noto que lo mire se enderezo.

Le di una sonrisa cálida, su semblante preocupado y triste cambio por completo, me devolvió la sonrisa con un brillo en sus ojos que casi me derretía ahí. 

Salí de la biblioteca, viendo de vez en cuando que no me siguiera.

Una orquídea.

Llegue a mi casa Daphy no estaba y tampoco mi madre.

Sali corriendo de mi casa luego de dejar las cosas y me fui al vivero mas cercano a comprar lo necesario para cuidar de mi orquídea.  

Todo el camino estuve sonriendo como boba por la acción tan... tierna de Alan, su cara tan hermosa y esa sonrisa que me dio tan atractiva. Ese hombre seguramente me hizo un amarre. 

Regrese a casa y puse la orquídea en una maceta para que de mientras se mantenga viva. 

¿Como no me di cuenta que siempre fue Alan? ¿por que no lo reconocí?

Creo que Daphy tenia razón al decirme distraída.

Compare la letra de la carta que encontré en la chaqueta con las que me dejaba "el chico de la biblioteca" entre los libros.

Era i-gua-li-ta.

¿Como no me di cuenta antes? Que bruta soy.

-Scarleth - me hablo Daphy - ¿que haces?

-Nada - escondí la carta tras mi espalda

-Podre ser mas joven que tu, pero no bruta. - me sonrió ampliamente. - ¿Que te dieron? ¿quien te lo dio?

-El chico de la biblioteca es el mismo que el de la fiesta.

-Ya lo sabia - se encogió de hombros.

La mire fijamente , ella, aun con la mirada en el piso, pude ver en su cara que había dicho algo que no debía. 

Estas reacciones raras entre Naith y Daphy me hacen pensar muchas cosas, demasiadas... ¿que se traen entre manos estas dos.

AMOR EN OCTUBREWhere stories live. Discover now