°Capítulo Diez°

264 38 15
                                    

Namjoon exhaló su primer suspiro de alivio en días cuando vio la parte superior de la colina que conducía al valle donde vivía su clan. Finalmente llegarían a casa y estarían seguros. Habían tenido la suerte de ir por delante de quién quiera que los perseguía, pero sólo apenas. Eso llevó mucho tiempo montando a caballo duramente y con muy poco descanso.

Todo el mundo estaba sucio, hambriento y agotado, Jimin especialmente. Se había comportado bien bajo tanta tensión, sin quejarse nunca, no importaba lo mucho que Namjoon le exigiera. Simplemente seguía adelante, aceptando todo lo que venía.

Estaba tan orgulloso de Jimin que podría estallar. Era la pareja perfecta para él. Era dulce y amable, haciendo que saliera la cara más delicada de Namjoon. Pero también era decidido y feroz, dispuesto a luchar a su lado como un compañero debía hacerlo.

Namjoon no podía esperar para presentarlo a los miembros de su clan. Podrían estar un poco desilusionados por el hecho de que su novia hubiera resultado ser un hombre, pero sabía que con el tiempo lo aceptarían. Jimin sería un gran activo para el clan.

- Mira -Namjoon señaló a los techos de paja de las casas del clan, cuando se acercaban al lugar-. Esa es tu casa, Jimin.

- ¿Ya estamos aquí? -Jimin se sentó más derecho.

- Lo estamos. Este es nuestro valle.

- Es más grande de lo que pensé que sería.

- Es un gran clan. Somos casi trescientos, entre hombres, mujeres y niños. Muchos de ellos viven en el centro del poblado, pero hay algunas granjas dispersas. -Namjoon señaló a un gran edificio cerca del centro del pueblo-. Ese es nuestro langhus.

- ¿Vives con los demás?

- Yoongi y Kihyun comparten el langhus conmigo ahora mismo. Antes también lo hacía mi faðir, pero se mudó recientemente con una viuda que vive en el límite del poblado. Hay algunos hombres libres y esclavos que van y vienen durante el día, pero prefiero tener privacidad siempre que puedo.

Jimin asintió, pero Namjoon podía sentir su nerviosismo. Podía verlo. Miraba de izquierda a derecha, como si esperara que alguien saltara sobre ellos en cualquier momento. Namjoon lo abrazó más cerca de su pecho.

- Estamos a salvo, Jimin.

Jimin negó. -No, algo está mal. No deberíamos estar aquí. Tenemos que irnos.

Namjoon frunció el ceño. Jimin parecía que estaba listo para entrar en pánico total. Esta era la primera vez desde que la insensata situación comenzó, que le había visto alterarse realmente hasta ese grado. Por lo general, aceptaba las cosas y le seguía. Ahora, prácticamente se sacudía en los brazos de Namjoon, apartándolos.

- ¿Jimin?

- Por favor, ¿podemos irnos? -El rostro de Jimin estaba blanco como la nieve cuando miró por encima del hombro-. No quiero estar aquí.

Namjoon hizo un gesto con la mano para que todos detuvieran sus caballos. Jimin estaba tan angustiado que no podía ignorarlo. Le entregó las riendas y luego se deslizó del caballo.

- Quédate tranquilo y quieto -le susurró a Jimin.

Jimin asintió una vez, Namjoon le hizo un gesto a Yoongi y Seokjin para que lo siguieran mientras se movía hacia los arbustos en el borde de la elevación que dominaba el pequeño valle de abajo. Cuanto más se acercaban al borde, más estrecho era el terreno hasta que tuvieron que arrastrarse hacia delante con sus brazos.

A Namjoon no le gustó lo que vio cuando llegó al borde de la elevación. El sol estaba en su posición más alta. Debería haber habido gente yendo y viniendo por todas partes, pero no había una persona a la vista. Ni siquiera había ningún perro corriendo. No había nada.

Obligación- MiniMoni Where stories live. Discover now