Capítulo 2

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Espero a que Lucía termine de hablar y cuando se queda en silencio retomo mi camino. Quiero alejarme de ella lo más rápido posible y lo máximo que pueda. No entiendo cómo puede ser tan arrogante y haber llegado dónde ha llegado. Es muy buena dado clase, al menos es lo que ha demostrado hasta ahora, pero esa insolencia y esa forma que tiene de hacer sentir pequeño a todo el mundo... no sé, el conocimiento no lo es todo. Al menos para mí.

En media hora empieza su clase y dudo mucho si entrar o no, pero automáticamente me deshago de ese pensamiento. Me gusta ir a clase, me gusta estar con mis amigas y, aunque me cueste reconocerlo, me gustan sus clases. Es lo único que me gusta de ella. Decido ir directamente a clase y dejar de dar vueltas, total, en algún momento tendré que atravesar la puerta, mejor hacerlo cuando Lucía aún no haya llegado. Cuando llego, algunos de mis compañeros cuchichean en cuanto me ven y los ignoro. Ya estoy acostumbrada, me convertí en el centro de sus burlas y mofas el año pasado, cuando fui la única que consiguió aprobar uno de los exámenes del profesor Lancaster y ahí empezaron las miradas de odio que acabaron derivando en bromas pesadas y de mal gusto que intento pasar por alto siempre que puedo. No me gustan los conflictos, además, estoy aquí para estudiar. Ya se cansarán, supongo.

Clara y Laura llegan y me sacan de mis pensamientos con el ruido de sus voces. Las observo y me hago a un lado para dejarles pasar, pero antes de que pueda moverme al asiento del lado, Clara coge mi mano y se sienta a mi derecha. La miro con extrañeza y ella me sonríe como si fuera la primera vez que me ve en mucho tiempo. Aparto la mano al percibir que Ainhoa y Teresa se aproximan y Clara frunce el ceño como si se hubiera dado cuenta de que he intentado esconder ese gesto por la presencia de Teresa. Los pasos contundentes de Lucía acallan el murmullo global de la clase y todo el que aún no ha tomado asiento lo hace rápidamente, temiendo que Lucía le reproche cualquier cosa que se le pase por la cabeza. Hace lo de siempre, coloca debidamente su maletín en la esquina superior izquierda del escritorio, saca su portátil, se posiciona frente a la mesa mirando hacia nosotros y, mientras se enciende el portátil nos cuenta cómo va a ser la clase. Esto último creo que lo hace más para organizar su cerebro que para darnos un guion a nosotros.

—Para qué coño pide que hagamos una redacción y nos da de margen para entregarla solo un día si luego ni lo vamos a tratar en clase. —Se queja Laura.

—Tía, mejor. Así al menos no nos humilla delante de toda la clase. —Responde Clara. Estoy en medio de las dos y la verdad me siento muy culpable, tuvieron que hacer esa redacción por cómo me comporté con Lucía. Aunque tampoco acabo de entenderlo del todo, al fin y al cabo fui yo quien le plantó cara, mis compañeros se limitaron a apoyarla y a reírle sus gracias, tendría que haberme castigado a mí, no a ellos. Quizá, en una mente tan perversa como la de Lucía cabe la idea de que es mayor castigo incrementar el odio que me tienen mis compañeros desde el año pasado que mandarme a hacer una simple redacción.

—¿Os acordáis de estas dos imágenes? —Cuestiona Lucía posicionándose en el centro del escenario.

«Ya sabía yo que no iba a dejar de lado lo de las redacciones»

Todos asienten excepto yo que prefiero no hacerme notar y poco a poco intento deslizar mi cuerpo por la silla intentando que la cabeza de algún compañero me tape. Lucía hace un resumen detallado para rememorar lo que vimos en aquella clase y digo detallado porque no pasa por alto mi maravillosa intervención.

—Bien, pues hoy vamos a ver algunas de las redacciones que más interesantes me han parecido. —Agrega mientras camina hacia su portátil y proyecta la primera redacción. —Luis Suárez. —Anuncia. —¿Quién es?

—Aquí. —Responde tímidamente un chico sentado en primera fila.

—Exponga los argumentos que ha propuesto para contrariar a la futura jueza. —Pongo los ojos en blanco y ella me mira desde abajo. Parece que mi técnica de esconderme no ha servido.

La perdición de LuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora