Parte 4 Primer Trabajo

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Cuando llego al puerto lo esperaba un niño de unos quince años, con la ropa de guardia de la ciudad — Señor Erwin, soy Joel el único guardia del puerto, me dijo que vendría a ayudarme.

Lo miro de abajo a arriaba, aunque tenía un buen cuerpo su rostro era de un niño rubio muy inocente — ¿Los otros guardias?

— Murieron en los saqueos continuos o renunciaron, nadie quiere ser guardia, el sueldo es casi nulo y el riesgo algo.

— Entonces porque continuas.

— Tengo que cuidar a mi madre y a mis cuatro hermanitas, soy el único que tengo un trabajo, mi madre cuida de mis hermanas.

— Me caíste bien — Le golpeó fuerte el hombro — Quédate atrás mío cuando decomisemos a esos marineros.

— Pero son muchos, unos veinte — El joven rubio estaba muy asustado.

— Tranquilo, utilizare una técnica que me enseñaron los dragones — Con esa frase Joel se tranquilizó, y lo guió al barco de los que no querían pagar impuestos.

Se podía ver a los marineros tomando alcohol y haciendo lo que tenían ganas, pero al acercarse al barco Erwin se dio cuenta que eran hombres crueles, tenían un aura maligna, había hecho muchas cosas malas estos hombres — Señores, venimos a decomisar su barco por no pagar los impuestos, ahora todo le pertenece a la ciudad.

— Ustedes niños bonitos vallasen rápido si quieren seguir con sus aburridas vidas, pero si se quedan los golpearemos, nos lavaran nuestra ropa como unas niñas y luego los venderemos como esclavos en el próximo puerto — Un hombre de unos cuarenta años de un aspecto desarreglado fue el que hablo primero.

Erwin estaba de pie a unos tres metros de ese hombre, lo miro y le sonrió, con un rápido movimiento de pies y manos, en un pestañear desenfundo su espada llevando su filo al cuello del marinero, que antes que se diera cuenta su cabeza se había separado del cuerpo y rebotaba en las maderas del puerto. El joven Erwin no se detuvo ahí, antes que los marineros pudieran sacar sus armas mato a dos más — Vuelvo a repetir, decomisáremos el barco, pero depende de ustedes si se van a buscar otro barco para trabajar, o sus vidas terminan ahora.

Se miraron unos a otros sin entender bien que pasaba, algunos de los marineros tardaron en darse cuenta que su capitán fue decapitado, pero los que vieron todo entendieron que el joven pelirrojo era un maestro guerrero, fueron los primeros en tirar sus armas al piso y salir corriendo, cosa que los otros siguieron sus pasos, apenas unos segundos solo quedaban ellos dos, cerca del barco — Increíble, lástima que no pudiste mostrar la técnica que me dijiste.

— Como que no, la técnica del miedo, la más efectiva de todas, no dejar pensar a los enemigos, si ellos hubieran pensado y me rodeaban me hubiesen matado, pero al tener miedo no pudieron pensar, la mejor técnica — Lo volvió a golpear en su espalda antes de subir al barco.

— Señor Erwin ¿Dónde llevaremos lo decomisado?

— No sé, tú eres el guardia del puerto.

— Tenemos un galpón, pero seguramente se robarán todo si lo llevo ahí, soy el único guardia del puerto.

— Primero veamos que trasportaban estos marineros — Fue así que comenzaron revisar en barco, entro al camarote del capitán y encontró unas bolsas con monedas de plata y oro, pero no muchas, en la bodega del barco encontraron la carga principal, esclavos de todo tipo.

— La señora Morgana odia a los esclavistas, y nosotros teníamos unos en nuestro puerto, por los dioses me van a querer matar — Se agarró la cabeza el joven guardia.

Sangre de los Antiguos DiosesWo Geschichten leben. Entdecke jetzt