𝗥𝗜𝗩𝗔𝗟𝗘𝗦 ● 𝘔𝘪𝘯𝘳𝘪𝘯

episodio 44

Esta noche era el baile de invierno y Minji, a pesar de tener un vestido, no quería ir.

Durante estos días, Haerin la había evitado e incluso fingía que la pelinegra no existía. Hanni le había regañado, pero Minji no entendía el por qué. Al parecer la pelinegra también la evitaba y solo la miraba desde lejos, con desaprobación.

Estaban en el pasillo. Danielle a su lado le acariciaba la espalda y Hyein intentaba animarla.

—Vamos, Minji. Fue tu culpa— Le dijo y Minji la miró con mala cara. Hyein se hizo hacia atrás.— Tú fuiste la que dijo la mentira, de que no la amabas.

—Cierto, Minji. Ella... Ella puede que tuviera que decirte algo importante y tú le echaste esa bomba— Danielle, a pesar de estar consolándola, también le reprochaba su actitud.

—Ella seguro me iba a rechazar— Soltó, apoyándose de los casilleros.

—No creo eso— Comentó Hyein, rascándose la cabeza.

—Yo tampoco— Dijo Danielle apoyándola, aunque comenzó a sonreír, cuando vio a su chica acercándose.

Hanni, al ver a Danielle mostró una gran sonrisa y al acercarse las dos se saludaron con un beso en los labios. Hanni le hizo un cabeceó a Hyein como saludo y luego miró con reproche a la pelinegra. Minji se encogió ante esos ojos chocolate.

—Eres una gran idiota, rarita— Soltó mientras Minji bufaba.

—No vengas tú también. Ella me iba a rechazar y no le iba a dar la satisfacción de hacerlo— Se defendió, cruzándose de brazos, y Hanni la observó como si fuera idiota.

—¿Eres ciega?— Preguntó un poco indignada y luego volteó a ver a su chica.— ¿Tu amiga es tonta de nacimiento o qué?

—Ella siempre ha sido así— Danielle se encogió de hombros mientras con sus manos entrelazaba los dedos con los de Hanni.

—Ya déjenme— Intentó irse, pero, a los poco minutos, aquella chica de primero la llamó.

—Hola, Minji— La saludó con una sonrisa brillante y Minji apenas si se mostró feliz.

—Hola— Se iba a ir cuando Hikaru la tomó de la mano.— ¿Quieres algo?

—Yo... bueno, después de todo, me preguntaba si tú... eh— Estaba un poco nerviosa y su piel blanca le hacía parecer un tomate en estos momento.

Minji, un poco aburrida, vio que varias personas las miraban y parecían entretenidos.

—¿Tú... necesitas?—Intentó ayudarla y la chica se sacudió un poco, para avisparse.—¿Quería ver si ibas conmigo al baile de invierno?— Preguntó un poco tímida y todos observaron, esperando a que ella respondiera.

Minji parpadeó.

—Bueno... Yo... En realidad— Se calló al ver a Haerin cerca de ellas, con el ceño fruncido.

Sus labios estaban apretados y ahora todos miraban a las dos chicas, esperando el drama.

Minji no respondió, seguía mirando a Haerin. La pequeña de primer año ya se estaba desesperando y sacudió por el hombro a Minji, quien por fin salió del estupor y dejó los ojos miel.

—¿Vas conmigo, Minji?— Le preguntó un poco preocupada, ya que allí estaba Haerin y no la miraba con buena cara.

—Yo... Claro— Respondió mirando otra vez a la pelinaranja, quien abrió los labios y cerró los ojos, antes de darse la vuelta e irse por el pasillo.

—¿Si? ¡Gracias! Te voy a dar la dirección de mi casa— Dijo Hikaru alegremente mientras en un papel le escribía la dirección dándole un beso en la mejilla a Minji y al instante se fue feliz con sus amigas.