15| Soltando el pasado

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15| Soltando el pasado

|Alexa


—¿Hace cuánto que no ves a tu madre, Alexa?

—Desde el día de las madres del año pasado.

—¿Por qué?

Me quedé pensando por unos segundos.

—Me siento triste cada vez que la veo—respondí.

—¿Por qué te sientes triste?

Hice silencio una vez más.

—Porque siempre pienso en lo que hizo, de cómo nos abandonó. A veces me pregunto, ¿qué hubiera pasado si ella no fuese una adicta?

—¿Te recuerda tu infancia cada vez que la visitas?

—Sí y todo lo mal que la pasamos.

La doctora me miró y anotó cosas en su cuaderno.

—¿Alguna vez pensaste en el perdón?

Por mi mente pasaron muchas imágenes de mí yendo a visitar a mi madre, viéndola cada año más vieja, más sola, pidiéndome y rogándole que la sacará de ese lugar, pero ella no quería salir por nosotros, ella solo deseaba volver a su vicio.

—No lo sé.

—¿Qué no sabes?

—No sé si quiero perdonarla, porque eso sería olvidar todo lo que nos hizo y no quiero eso.

Ella bajó el bolígrafo de sus manos y tomó las gafas para sacarlas de su rostro.

—Alex, el rencor es un sentimiento demasiado fuerte, el cual hace mucho daño, no para los demás, si no para ti. Llenar tu vida de ese aparente odio que quieres tenerle a tus padres por aquel abandono no hará que seas feliz, siempre llevarás esa carga en tu interior.

—¿Me está diciendo que debo perdonar a la persona que prefirió la droga antes que a sus hijos?

—No. Te estoy diciendo que debes soltar. Soltar el odio, el rencor, la amargura, ese dolor que está en tí cada vez que piensas en tus padres.

—¿Cómo hago eso? ¿Cómo puedo verlos y olvidar que por ellos tuve una infancia miserable?

Era tan fácil decirlo, pero cuando uno vive en carne propia aquella situación es difícil olvidar, es difícil perdonar.

—¿Pensaste alguna vez en la familia de tu madre? Ella debe tener padres, hermanos, quizás tengas primos, una familia. ¿Has pensado por qué ella entró en la droga? ¿Qué la impulsó a consumir?—Me preguntó y yo negué—veras, Alex, no defiendo lo que ella hizo y no hay excusas para apaciguar el daño que les causó a tu hermano y a ti, pero, hay que ponerse en su piel, saber el porqué de su comportamiento, no sabemos cómo fue su infancia, su adolescencia, solo sabemos que ella era drogadicta y ya.

En parte tiene razón, yo no sabía nada de mi madre. No sabía si tenía abuelos, tíos, primos, si había una familia por ahí. Nunca me atreví a preguntarle, ni siquiera hablamos cuando voy de visita, solamente pregunto cómo está y ella solo ruega que la saque de ese lugar.

—Hagamos algo—dijo cuando vio que me quedé en silencio—la próxima vez que visites a tu madre quiero que hables con ella, no reproches, no critiques, solo hablar. Pregúntale por su familia, su infancia, su pasado y quizás poco a poco conocerás a aquella mujer que te dió la vida.

Asentí.

—Está bien, lo intentaré.

—Perfecto, entonces no siendo más, nos vemos mañana.

Lujuria (2)Where stories live. Discover now