Expectations

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La zona C era principalmente conformada por trabajadores que vivían a los límites de la pobreza extrema de la ciudad de Tokyo, si bien no era la muerte de nadie estar por aquel lugar era mas una advertencia que no debías meterte en ciertos sitios donde las pandillas de jóvenes se disputaban los territorios días tras día, hora tras hora y si veían que no eras de allí podrías pasarla realmente mal.
Los gemelos Kawata vivían por aquel entonces en una departamento pequeño de aquella zona, solos, debido a que sus padres habían ido a trabajar al campo tantas horas al día que habían decidido quedarse allí mandando el dinero para que ellos se cuidasen entre ambos para que no fueran a trabajar al campo como ellos. Puede que por eso aquellos dos niños desde chiquitos habían metido sus narices en las pandillas, primero formando una ellos, luego pasaron a otras pandillas hasta terminar absorbidos por la ToMan, una pandilla que había recobrado tanto revuelo por la zona C que incluso grupos como Blacks Dragons o la asociación de Tenjiku habían puesto los ojos en ellos. Por eso debían tener cuidado al salir, con sus motos, caminando o en transporte público, como sea, eran siempre un blanco perfecto para atacarlos en cualquier momento. Mas siendo tan característicos con sus peinados extravagantes. Ser identificados era fácil, ser atrapados difícil.


Smiley fue empujado contra la reja sin ningún cuidado sonando tras de si de forma sorda, automáticamente recibiendo un golpe en la cara de lleno, haciéndole sangrar y doler la nariz, se quejó por medio de un insulto bajo a pesar de su sonrisa e iba atacar cuando le tiraron a sus pies a su gemelo el cual inmediatamente se levantó del suelo limpiándose la boca de sangre. Ambos estaban arrinconados contra el alambrado, en un callejón sin salida, era de noche, ruido de todos lados de todo tipo, semi oscuridad... Nadie vendría a rescatarlos, debían pelear únicamente ellos dos contra todos, como en los viejos tiempos.

- ¿Eso es todo? - provocó Smiley con esa brillante sonrisa, lo estaba logrando, se estaban acercando de vuelta a él. La adrenalina volvió a correr por sus venas, era el momento justo de calentar. - Porque la verdad que esto una calentada simplemente. - ladró hacia los demás con una risa de ganador.
- Deténganse. - una voz sonó de detrás de todos esos matones, los presentes, incluso los gemelos, mirando hacia aquella persona que venía. Alto, de cabellos negros con trenzas que terminaban con un color rubio, ojos amatistas, sonrisa sádica, un traje preciosamente negro y un bastón en su mano derecha enrrollado en una de sus trenzas; sin duda se trataba del hermano mayor de los Haitani, dueños de Roppongi, Ran. - Me avisaron que atraparon dos ratas queriendo entrar a mi club.
- Si, señor, querían entrar sin pagar y...
- Cállate. Quiero escucharlo de sus bocas. - regañó Ran, caminando elegantemente hasta los gemelos los cuales lo observaban detenidamente. Sonrió contento y con su bastón ya liberado de su trenza lo colocó por debajo del mentón de Smiley obligándole a mirarle, desde abajo. - ¿Que hace la cuarta unidad de la ToMan por territorio enemigo? ¿Acaso hablar no es suficiente para llegar a un acuerdo?
- Fue una equivocación, nos enviaron aquí sin saber que era ya parte de otro lugar. - respondió Angry con su voz gruesa, no quería pelear, quería resolver el mal entendido.
- No le respondas, no entenderá de igual forma porque tiene mierda en la cabeza. - suelta Smiley sacándose el bastón del mentón con su mano, sonríe molesto, colocándose delante de su hermano como un perro guardián, dispuesto a atacar para cuidar de su hermano.
- Bueno tenemos una rata contestona y una rata dócil, maravilloso.

Ran se rie y con un movimiento rápido y sordo golpea a Smiley en el estómago haciendolo retorcerse allí mismo, encorvándose, conteniendo las ganas de gritar del dolor, pero el que se preocupa es Angry que pega un grito al aire asustado, comenzando a hablar sobre el maldito mal entendido sin parar, en un intento vano por escapar de allí, no es ningún gallina, sin embargo, sabe cuando debe agachar la cabeza.
Al parecer ambos querían entrar a ese club nocturno porque alguien les había dicho que allí estaban las mejores chicas de la noche, no les dijo donde, era cerca, valía la pena, eso era motivo suficiente para ir. Obviamente Ran no creía nada de nada, ni una palabra, le causaba cierta gracia que el gemelo azul intentase hablar y el otro negarlo todo, parecían tan contrarios e iguales a la vez que le daba hasta lástima darles la paliza de sus vidas en ese callejón a oscuras, pero debía hacerlo, debía demostrar que nadie entraba en su territorio sin previo aviso o él dejase hacerlo. Además, ¿Por qué dos niños de 16 años entrarían a su club? Ni que tuvieran dinero suficiente para pagar dentro las bebidas y los shows.
- Hey Ran, me avisaron que hay unos alborotadores en la calle principal, se adueñaron de la plaza y al parecer van borrachos y kilos de Selasil. - comenta un nuevo personaje en escena, Ran no voltea a verle, sigue metido en observar a los gemelos y él se percata de aquello con una leve sonrisa. - Oh ya veo, estás con otro problema. ¿Te ayudo a terminar pronto? - pregunta mientras se saca los anteojos del puente de la nariz, con una mano se frota el ojo derecho y la izquierda sostiene sus gafas hasta volver a ponérselos.
- No. Ocúpate de ellos solo. - responde luego de unos segundos de silencio para volver a golpear de un puñetazo en la cara a Smiley que había recobrado el aliento hace un segundo, como si Ran hubiese esperado solamente eso.
- Como quieras, pero apúrate, quiero que veas una nueva adquisición que compré en acción. - comenta contento para solo acercarse a su hermano por pura curiosidad, se sorprende al ver que son los gemelos de Meguro a lo que sonríe una vez mas al observar el que posee los cabellos azules. - No pensé que eran ellos, ¿Qué hacen dos pelusas tan lejos de casa?
- Pelusa tu, hijo de tu puta madre. - vocifera Smiley, no va a dejar golpearse de a gratis, de hecho logra parar el bastonazo que Ran intentó darle en la cabeza, se rie a modo de enfrentamiento.
- Tsk al parecer vienen porque según aquí tenemos las mejores putas pero no sabían era todo nuestro. - está molesto, ese golpe debería haber bastado para noquearlo, pero se lo detuvo de lleno, ahora se había cabreado mas.
- ¡Tengo una idea! - exclamó de golpe el muchacho de cabellos rubios con mechones celestes, convencido de que su idea es lo mejor que se le puede ocurrir. Ran asiente para que hable, está impaciente por darle ese golpe a Smiley, pero quiere dejar al chico hablar. - Llevémoslo a la plaza, que hagan el trabajo sucio de pelear contra ellos, si sobreviven los dejamos ir pero si les dan una paliza... Nosotros acabamos con ellos.
- Mmmm no suena mal. - baraja en su cabeza las posibilidades de éxito, volviendo a enrollar su bastón su trenza, haciendo muecas con la boca aunque rápidamente codea con fuerza a Smiley que había querido intentar treparse a él, ese enano era un maldito peligro. - Bueno, pero deben derrotarlos en 10 minutos si no, se dará automáticamente como perdido aunque los liquiden.
- No vamos a participar en eso. - niega Smiley, casi prefiere pelear ahora con Ran que eso.
- Es verdad, no es algo nuestro. - segundea Angry que está preocupado por su hermano, él es el que está mas lastimado de los dos.
- ¿Miedo? - cuestiona Ran mirándolos fijamente, allí los tiene, al menos a Smiley, que enarca una ceja. - Owww Rindou, tienen miedo de enfrentarse solos a unos pandilleros... Patético y dicen ser de la ToMan.
- ¿Miedo? Miedo de que te aparezcas en media noche en la oscuridad con esa cara de muerto como si fueras una niña fantasma, e incluso asi la niña me daría mas miedo. - provoca Smiley riéndose.

Era todo, Ran estaba cansado, vuelve a golpear al mayor de los Kawata logrando tirarlo al piso, Angry intenta pelear pero lo detienen los matones de Ran por detrás con facilidad. Ahora ambos son llevados por un largo pasillo solitario y apagado, con paredes pintadas de grafittis, pasan por una sala de control donde toman un par de cosas de las mesas y salen a un callejón mas amplio, parece ser un estacionamiento. De allí son dirigidos hasta un auto moderno, de los últimos voladores que salieron a la venta, con ventanilla modificables de paisajes y conducción automática, donde los meten sin cuidado alguno a trancones; ellos van atados de manos, y en el caso de Smiley con los pies incluso, tapado la boca con una cinta para que se calle mientras Angry escucha (porque no le queda de otra) a Rindou hablarle sobre su nueva pistola con disparo infrarrojo que solo se ve por la refracción de la luz a cierta onda provocando agujeros limpios y precisos donde dispare. El menor de los Haitani había decidido viajar atrás junto a los juguetes provisorios, según había dicho y Ran como siempre, había consentido su capricho.

- Me costó bastante yenes, pero valió la pena, podría probarlo en tu hermano si no se deja de retorcer como gusano ahora mismo. - sugiere mientras mira al susodicho seguir moviéndose de un lado a otro.
- Preferiría que no. - responde Angry mirando el arma, la verdad que si se ve potente, muy peligrosa, no duda en que seguro sea un arma bastante popular dentro de unos años, él solo está con una pistola común y corriente, esa que Rindou se la confiscó antes de entrar al vehículo y ahora la daba por perdida.
- ¿Se divierten allá atrás? - pregunta Ran desocupándose de hablar por su intercomunicador, voltea hacia atrás donde ve de izquierda a derecha a Smiley, Angry y Rindou, este último algo emocionado. - Ya casi llegamos, según estuve hablando con los informantes son bastantes y parece que están buscando pelea como una declaración de guerra asi que... Supongo que Izana se enterará tarde o temprano, hay que divertirse antes que venga.
- Que va, deben estar drogados con Selasil para intentar querer darnos un golpe. - Rindou se rie guardando su pistola en su costado derecho, se acomoda las gafas y estira su brazo izquierdo por detrás del respaldo de Angry mirándole con una leve sonrisa a punto de hablar. - ¿Vas a divertirme verdad?
- Si me dejas tu arma...

Rin se rie, negando con la cabeza estirando su mano derecha hacia el mentón de Angry acariciando levemente con la yema de su dedo pulgar su piel, logrando que no solamente se ponga nervioso si no rojo hasta las orejas, siempre pasaba lo mismo, siempre que se encontraban terminaban de alguna manera con alguna extraña sensación de tensión sexual entre ambos que duraba mucho mas allá de sus encuentros, tal vez días, pensando en lo ocurrido, pero que ninguno lo diría abiertamente. Asi como esa acción duró segundos, Rindou vuelve a sacar su mano de allí, de hecho se inclina hacia delante donde está su hermano para preguntarle un par de cosas mas, sin embargo, Angry se queda perplejo, bien sonrojado, avergonzado, sin poder levantar la cabeza del piso, sintiendo que hay muchas cosas que no entiende y quiere hacerlo con respecto a Rindou y no puede, le gustaría hablar una vez con él seriamente, pero para su desgracia siempre se encuentran en situaciones como esta, donde deben pelear, discutir o huir del otro. Disimuladamente voltea a su hermano quien está intentando forzar la puerta de su lado como puede, la cual no podrá abrir sin el comando de voz, eso ambos lo saben, pero Smiley es terco y sigue insistiendo; parece que no se percató de lo que había sucedido hace un segundo y eso lo alivia, Smiley siempre se pone bravo cuando de Rindou acercándose a él se trata.
Llegar hasta donde deben pelear es algo complicado, es fin de semana, la gente sale a pasear, a bailar, conocer gente, tomar y fumar toda clase de sustancias, las luces estridentes comienzan a hacerse notar mas, los carteles luminosos de los edificios, el sonido de bocinas, gente atravesando las calles sin cuidado alguno, mujeres con poca y casi nula ropa en la calle o en las galerías haciendo coreografías eróticas a los transeúntes, grupo de pandillas, alguna que otra peleando pero que para Ran no tiene importancia, mas bien se siente importante cuando reconocen su auto y se detienen para hacer una reverencia hacia al auto blindado de ventanillas polarizadas, es una sensación de poder, de estatus, de fuerza la que ejerce Ran sobre su territorio.Incluso se estipula que él termine no solo siendo el jefe de la mafia de su zona si no de gobernar gran parte de los inmuebles de la noche, pues él no solo piensa en pelear, el dinero da poder y desde niño lo sabe, siempre lo dice "dinero y fuerza es la clave para el éxito y yo tengo ambas" y con esa mentalidad, desde los trece años ha sabido mantenerse en el poder, sobre todo cuando se unió a la alianza de Tenjiku. Por eso al llegar a la esquina de la plaza central detiene el auto, primero baja él, luego Rindou, sus secuaces llegan segundos después para ayudar a bajar a los gemelos, uno oponiéndose y el otro obedeciendo sabiendo que es en vano hacer un movimiento inútil.
El olor a humo de cigarrillo mezclado con perfumes fuertes de señoritas, la comida frita y el de los escapes de los autos haciendo que el ambiente sea ciertamente pesado; eso no es todo, en el cielo se amenazaba con una nubes negras con la clara intención de llover, tarde o temprano pasaría, el aire tan viciado siempre lograba que hubieran lluvias fuertes y molestas.
Uno de los hombres había sacado la cinta de la boca de Smiley quién empezó a boconear a viva voz, pero rápidamente volvieron a tapársela a lo que Ran ordenó que sea lo último que hicieran daba igual el resto, no quería escuchar su odiosa voz, primero las manos, luego los pies y finalmente la boca, aunque fueron segundos todo ello era una maldita tortura escucharlo. Angry tuvo que detenerlo, debían salir vivos de allí y esto podría ser una valiosa oportunidad.

- Dos docenas de personas... nada mal. - promulgó Ran mientras empujaba a Smiley al frente.
- Estás loco si crees que pelearé por ti. - volvió a decir, estaba enojado mientras era empujado hacia delante donde ese grupo de hombres ya los estaban esperando.
- No te preocupes, si pasa algo yo estoy para ti, tranquilo. - bromea con una sonrisita de satisfacción hasta que llegan frente a ese grupo de hombres, armados, vestidos de pie a cabeza como pandilleros, mostrando victoriosos sus recambios biónicos y de metal. - Buenas noches caballeros, creo que debemos dialogar sobre su presencia aquí.

Empezó a hablar Ran. Esos hombres se pusieron en alerta, rodéandolos en un semi circulo, serios y listos para pelear, el líder se puso delante de ellos, tenía un gran tatuaje en la cara, con la mitad de su brazo derecho hecho con partes de metal, fumando un cigarrillo de dudosa calidad, pecho al descubierto, pantalones negros de cargo, con un cinturón que sostenía las armas que colgaban de ella, finalmente un saco arremangado hasta los codos con los logos de su pandilla era todo su vestimenta, algo que no intimidaba a Ran realmente que lo había visto todo a su corta edad. Silencio entre todos los presentes, los transeúntes adivinando lo que ocurriría comenzaron a huir, era obvio que si Ran y Rindou Haitani estaban allí era para peligro, ninguna bandilla inmunda se atrevería a interceder entre ambos bandos, ni menos la policía de la zona, era el peligro máximo. Los gemelos lo sabían, mas al ver que todos tenían armas, eran mas grandotes que ellos dos, parecían estar con alguna sustancia estimulatoria encima pues sus pupilas dilatadas mas de la cuenta los delataban y sus voces tan idas daban indicios que esto no era un tema fácil con el cual tratar. Estaban metidos en la boca del lobo.

- Haitani Ran, líder de Roppongi, o eso dicen... ¿Acaso quieres que peleemos con esas mierdillas? - pregona el jefe con superioridad, sus compañeros le segundean en carcajadas exaltadas, preparándose para pelear tronando los nudillos.
- En realidad es una ofrenda de paz. - sugiere Ran sonriente, dando leves golpecitos en los hombros de Smiley.
- Interesante ofrenda de paz, no me trates de imbécil, dime que tramas.
- Nada, solo diversión, a eso han venido a Roppongi, ¿No? - asegura con una voz firme y contundente, no está mintiendo, él trae diversión antes de la masacre.
- Hey yo no soy un payaso. - recrimina Smiley para sacarse las manos de Ran de encima, mirándole fijamente, él insiste en no pelear, mas con lo anterior dicho por Ran, no quiere hacerlo.
- Ahh vamos Smiley, a menos que no tengas confianza en ti mismo.

Todos se rien, Smiley y Angry se quedan callados, se miran entre ellos, saben que están jodidos por donde lo vean, es complicado salir de aquella y la única solución es vencer a todos en menos de diez minutos. El silencio se forma nuevamente, con sonidos en la lejanía de todo lo demás,casi imperceptible, Ran suelta una risa y está a punto de decir algo cuando ve como Smiley corre sin previo aviso hasta el jefe de la pandilla contraria y le pega una patada con ambos pies seguido de su hermano que lo golpea en el rostro de lleno, se queda impresionado y retrocede al mismo tiempo que toma a Rindou de sus ropas, deben ver el show de fuera, desde arriba, por lo que buscan algo donde subirse mientras Smiley se levanta en un segundo del suelo y se encuentra rodeado junto a su hermano de todos ellos hombres que amenazaban con tirarsele encima. Deben acabar cuanto antes que se les ocurra disparar, Smiley logra esquivar el golpe de uno y darle un codazo en su nariz, Angry en cambio noquea a otro con un puñetazo en el estómago, lo toma por la cintura escondiéndose detrás de aquel justo a tiempo cuando el primer disparo suena; el hombre cae y Angry sigue esquivando golpes y disparos, necesita tiempo para pensar y asegurarse que Smiley esté bien, aunque este parece estar feliz repartiendo piñas a lo loco, con la adrenalina en todo su cuerpo, extasiado sin drogarse, logra obtener una pistola del enemigo y apunta contra otro el cual cae cuando dispara rápidamente hacia él. Es todo un lío, los gritos no cesan, la gente no se atreve a pasar, las ventanas cerradas, ni auto en las calles, el semáforo cambia de color en automático, los carteles que se mueven siguen en su trabajo, y los únicos espectadores son los hermanos Haitani que se divierten, no temen a nada, ni a las balas perdidas, están tan contentos de aquel espectaculo mientras miran el cronómetro en su intercomunicador que no se dan cuenta que de entre los árboles salen mas pandilleros del bando contrario en dirección hacia ellos. Ran es el primero que por acto reflejo se agacha y saca su bastón apuntando en dirección hacia la cabeza a quien le apuntó de primeras y dispara dándole de lleno, bañandose toda la escena de sangre salpicando por todos lados, Rindou se levanta seriamente, molesto, bajando del escenario con tranquilidad seguido de Ran que anuncia que se acabó la diversión, ambos deben entrar en escena para poner en su lugar a los imbéciles.
La pandilla enemiga los superaba en números, en armas y en ventaja de espacio, estaba siendo complicado para los gemelos Kawata que no tuvieron de otra que re juntarse y cuidarse las espaldas, era una tormenta de balas y golpes, un puñetazo en la cara de Angry hizo a Smiley encabronarse, quien devolvió el golpe sin poder controlarse, otro golpe en cambio, sobre su espalda lo tiró al suelo, esto estaba a mas de diez minutos de pelea pero daba igual, el gemelo mayor pudo ver a los lejos al Haitani mas grande pelear sus propias batallas, sabía que estaban en las misma, aunque al escuchar ciertos sonidos de moto todos se alarmaron, un sonido fuerte y brusco, casi endemoniado con gritos de fondo. Izana se aproximaba, ese era el sonido de su motocicleta del mal y con toda la pandilla detrás suya, seguramente. La batalla campal no tardó en aparecer, era una verdadera guerra de pandillas, los gemelos no paraban de dar golpes a diestra y siniestra, tuvieron que separarse sin darse cuenta y Angry no tuvo de otra manera que correr hacia el bosque ya que habían acordado que si tenían la posibilidad de escapar la tomarían sin esperar al otro prometiéndose volver a reencontrarse, pero su huída se vio interrumpida cuando un grupo de hombres aparecieron sorpresivamente de entre los árboles; lo habían estado esperando para emboscarlo. Acorralado sin poder hacer nada, con el corazón latiendo fuerte, todo golpeado, la respiración agitada, sin fuerzas en las rodillas para mantenerse en pie un minuto mas, iba a seguir peleando aunque fuera lo último que hiciera. Todo terminó cuando un golpe en su rostro lo mareó de tal manera que acabó tirándolo de culo al piso, uno lo apuntaba ya con una pistola, sonriente decidido a asesinarlo a sangre fría, Angry cerró los ojos listo para aceptar su final, pensando en su gemelo y en que no pudo cuidarlo como quería; un sonido fino, líquido en su cara, gritos de sorpresa, hicieron que Angry abriera nuevamente los ojos y delante suyo su enemigo tenía un hueco en su cabeza limpio donde ni siquiera había rastros de sangre, este cayó delante suyo espantando a sus propios compañeros que salieron corriendo, aunque algunos tuvieron la misma suerte que el primero al escucharse el mismo sonido tan suave y letal.

- No hay tiempo que perder, la policía llegará en cualquier momento. - avisa Rindou quién se acerca hasta Angry y lo agarra bruscamente del brazo levantándolo con rapidez.
- Pero... mi hermano, el tuyo... - no quiere dejar a su hermano en esa carnicería por lo que se resiste, además de intentar comprender lo que había acabado de suceder.
- No lo entiendes, es la policía robótica estatal, no voy a correr riesgo por tu hermano. - vuelve a insistir en tironear de él pero cuando ve que no cede lo suelta visiblemente molesto.- Vale le diré a Ran que lo saque de allí, pero vámonos.
- No entiendo como Izana no podría contra esos pandilleros, debemos regresar.- Angry lo sigue con rapidez entre los árboles, no sabe donde lo lleva pero no le queda de otra que seguirlo.
- No son los otros, es esa policía, están últimamente apareciendo por doquier, seguro ya Izana se habrá retirado o ni siquiera habrá estado y solo metió miedo.

Rindou pega un salto unos metros hacia abajo, espera a que Angry haga lo mismo, aunque lo observa como este duda un par de segundos antes de lanzarse como él, lo ayuda a bajar de la colina atajándolo en el aire con suavidad, pero no hay tiempo que perder, le agarra la mano de forma muy fuerte, arrastrándolo hacia la calle donde una motocicleta los espera, Rindou activa el comando de voz y de un solo movimiento se sube a la moto la cual comienza a levitar suavemente dando la bienvenida a su dueño.

- ¡Vamos! No tenemos mucho tiempo. - le vuelve a insistir, lo ve dudar, es una puta molestia tener que estar haciendo esto.
- Solo espero que no sea una trampa. - piensa para subir detrás de Rindou, no tiene idea de como agarrarse, Rindou acelera sin previo aviso por lo que termina aferrándose a él por la cintura dando de lleno con su espalda, sintiendo el perfume en sus fosas nasales bien fuerte y pegadizo.

Los cabellos rizados de Angry volaban al viento, la velocidad que manejaba Rindou era demasiado, tanto que ni él estaba acostumbrado a esa velocidad, pasaba a los vehículos con facilidad asi como esquivarlos. Angry estaba en una maldita montaña rusa, tenía muchos sentimientos juntos encontrados, el mas notorio que moriría en un accidente de tránsito debido a la prisa del conductor, por eso se había agarrado como koala a un árbol, que no lo soltaría. Rindou era un buen conductor, eso se podía comprobar, ahora entendía porque decían que él podría escapar delante de la policía sin ser visto siquiera y sin embargo, prefería mil veces no estar en esa situación.
La velocidad iba disminuyendo, Rin aprovechó un hueco para meterse en un callejón desierto, la lluvia estaba mas que presente, estaban empapados y apenas podían pasar por esa fina calle sin salida seguramente bordeando cajas, contenedores y varias cosas demás. Al detener la marcha Angry se bajó sin previo aviso, trastabillando agarrándose del hombro de Rindou, este lo miró hacer y luego hizo lo mismo para quedarse frente a Angry. Lo quedó mirando como este estaba serio, con la cara enojada de siempre, un moretón negro en su ojo izquierdo, la boca sangrante y la ropa totalmente desaliñada, se rio de lo miserable que se veía Angry a lo que el otro frunció el ceño devolviéndole la mirada fijamente, no podía entender nunca a Rindou. El Haitani menor se acercó a él despacio, en contrario él retrocedió, un paso, dos mas, tres hasta quedar arrinconado contra la pared, la lluvia no dejaba de cesar y los tan característicos cabellos de Angry ahora estaban caídos tapándole casi toda la visión, Rin podía notar el nerviosismo de su acompañante, podría aprovecharlo, en mas lo hizo, aproximando su rostro a los labios de Angry cuanto pudiese, sin embargo, al sentir las manos de aquel sobre su pecho se detuvo en automático.

- Te devuelvo tu juguete. - pronunció con su mano derecha sosteniendo el arma de Angry quién bajó la vista y verificó que era verdad, Rin se rio, le había salido bien su jugada.
- Gracias... - la toma con cuidado, avergonzado, pensando en cualquier cosa menos en eso.
- Si me lo pides te lo doy.- sugiere sin miedo alguno, pasa la lengua por sus labios, sonriente, expectante, porque quiere hacerlo, hace tiempo quiere probar esos labios.
- No sé qué quieres que te pida. - evade Angry la petición, bajando la vista observando su arma aunque la guarda nerviosamente, está demasiado cerca puede sentir su respiración.

"Si sabes lo que quieres" es lo último que dice Rindou antes de tomarlo del mentón, levantándole levemente el rostro para besarlo, primero suave y conciso para luego darle un poco de espacio, se aleja un momento para cerciorarse que Angry no va a pegarle y de acuerdo a eso seguir besándole cuando este lo agarra del cuello bruscamente para acercarlo nuevamente, ahora es él el sorprendido que se deja llevar por los besos torpes de Angry.
Debajo de la lluvia, totalmente mojados, ambos se besan con bastante emoción y excitación, Angry rodeando su cuello con fuerza, apretando sus cabellos de forma inconsciente intentando contenerse al menos si pudiera, sintiendo las manos de Rin sobre sus caderas y su trasero donde aprieta con fuerza antes de alzarlo, acomodándolo encima suyo; no le queda de otra que ahora rodear la cintura de Rindou con sus piernas, siente mucho calor en el cuerpo pero no va a parar, debe aprovechar, en un momento de lucidez puede culpar a Rindou de la tensión que ejerció entre ambos porque ahora quiere seguir, quiere ir mas allá y está a punto de decirlo cuando su celular suena, y como si estuviera en un sueño, se despierta de su letargia para separarse de mala gana inmediatamente del rostro de Rindou que lo deja hacer aunque no se queda quieto si no que comienza a besar su cuello entre mordidas a la vez que él atiende el teléfono, algo torpe porque el muchacho de lentes lo desconcentra mucho.

- H-hola...
- Angry, ¿Dónde estás? - es Smiley, se nota preocupado, pero a la vez bien.
- Si, mmm estoy bien, logré escapar, ¿Y tu? - responde tontamente sintiendo como Rindou lo mueve sobre su entrepierna, buscando frotarse entre ambos por lo que cierra los ojos pidiendo en su mente que no siga a mas. Al menos no por ahora.
- El imbécil de Ran me sacó de allí cuando yo tenía todo controlado. - responde entre risas aunque también se escucha de fondo un "Este imbécil te rescató de una muerte segura". - si como sea, estamos en su feo auto de niño rico, voy por ti en cuanto pueda.
- N-no es necesario, yo voy hacia ti. - está nervioso, no quiere que se le note en la voz, pero es que las manos de Rindou viajan por todo su trasero, insitándolo a mas y no es como que él no quiera que suceda algo mas.
- ¿Estás bien? Se te escucha agitado, oye si ese otro imbécil cuatro ojos te hizo algo o te dejó solo juro que lo asesino. - "en serio Smiley, deberías cerrar el puto hocico" se vuelve a escuchar de parte de Ran, le da igual, debe cuidar de su hermano.
- No, estamos bien, solo estoy agitado por la huida. - miente descaradamente al cerrar sus ojos, sintiendo la respiración sobre su oreja de parte de Rindou, lo está provocando endemoniadamente.

Ran prende el localizador de Rindou, una forma de cuidarse entre ambos en primeras instancias, no tarda menos de dos segundos en que el GPS le dé la dirección de la ubicación de su hermano, no está lejos pero... Sonríe contento, se rie, mirando de reojo al otro gemelo hablando por su intercomunicador, apaga el localizador nuevamente y dobla en una esquina hacia otra dirección completamente diferente. Va a llevarse a Smiley de vuelta a su edificio principal del club nocturno, lo entretendrá un rato, ya verá como, seguro que con un par de mujeres, no lo ve difícil lo que sí será difícil es que Rindou vuelva pronto, sabe las ganas que tiene su hermano de acostarse con ese muchacho y que esta oportunidad no se le puede escapar. Vuelve a carcajear mientras escucha a Smiley despedirse de su hermano, según se encontrarán mas tarde y es por eso que cuando corta, Smiley lo mira curioso sin entender las risas de Ran que no le dice nada de nada y solo conduce, como para variar, el coche. En la cabeza de Ran solo ronda el pensamiento de la localización de su hermano en el "Paradise Motel".


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¡Hola!
Si, dije que ya no tenía ganas de escribir TR lo sé, sin embargo, esto se me ocurrió en un momento de lucidez y lo escribí y ya. Lo publico tarde porque se que nadie lo verá JAJAJAJA
Ahora si a desaparecer un buen tiempo y aparecer en otro.

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