𝑫𝒆́𝒋𝒂𝒎𝒆 𝑨𝒎𝒂𝒓𝒕𝒆 (PAUSADA)

‹3›

♪Revali's POV♪

A veces la vida me odia, justo anoche me dió insomnio, agh, la junta empezaba a las 9:00, ¡Y son las 9:45!

¡Y ni si quiera me eh arreglado! ¡Me quiero matar! Uno que quería ir lo mejor presentable para dar una buena presentación y salgo con esto

¡Bueno al menos ya casi llego!

♪End's Of Revali's POV♪

Revali en esos momentos quería ser enterrado bajo tierra, justo cuando iba a entrar y pedir sus disculpas se cae de cara, haciendo que los campeones y el chico de sus sueños vieran su tan vergonzosa caída.

-¡Revali! ¡¿Estás bien?!- Pregunto con preocupación el Rubio

-Si. . . Creo. . . Mgh-

-Vente te ayudo-

-No hace falta-

-No era pregunta -

Luego de decir el el Rubio lo levanto sin dificultad y noto lo mal arreglado que estaba el contrario

-¿Estás bien? ¿Te duele algo?-

-La dignidad y mi orgullo -

-Jaja, fuera de bromas, ¿Necesitas algo?-

-"Un beso tuyo haría que me siente mucho mejor" Nah, estoy bien-

-Bueno, vente, te aparte tu lugar-

-Gracias-

-¡Revali! ¿Se puede saber el por qué llegas 45 minutos después de que la reunión haya comenzado?- Dijo con frustración la princesa

-Tuve varios problemas, los cuales no son de tu incumbencia-

-¡Claro que lo son! Necesito un justificante para dejarte entrar-

-Zelda. . . Ya estoy adentro-

La rubia se dió cuenta de ello, así que miro con enojo al contrario

-Que no vuelva a pasar-

-Lo prometo -

Luego de aquel incómodo momento, la junta transcurrió con normalidad, está solo trataba de lo que iban a hacer con caso de que el cataclismo naciera.

Luego de 5 tediosas horas, por fin los liberaron.

-Agh, ni un almuerzo nos da-

-Calmate caballerito, que yo te llevo a comer-

-¡¿Harías eso por mi?!- La emoción se nota claramente en sus ojos

-Haria eso y más-

-Graciaaas-

Después de esa frase siguió un abrazo, para que después se volviera un beso en la mejilla, casi cerca de la abertura del pico.

-N-No hay de que-

El sonrojo era notorio, si alguien no lo viera sería un estúpido.

-Oye Revali. . . -

-D-Dime-

-No es por ofender, pero pareces un tomate hyliano-

-¡¿Eh?! ¡¿En serio?!-

-Sip-

-Oh, gracias por avisarme jeje-

Y así se la pasaron, platicaron, jugaron, molestaron, etc. El Orni sentía que con cada acción que hacía el otro se enamoraba cada día más.

“Un día de estos le diré lo que siento”