Capítulo 39 Tan Real Como La Primera Vez

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CAPÍTULO 39

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CAPÍTULO 39

TAN REAL COMO LA PRIMERA VEZ

Había pasado cerca de una semana desde que Amelia se marchó en busca de una nueva oportunidad para su sueño. A partir de ese momento, lo único que sabían de ella era que estaba bien pero demasiado ocupada. A través de mensajes cortos a sus amigos, aseguraba que estaría de regreso en cuanto tuviera listo el manuscrito; pues el trabajo de edición resultaba bastante tedioso y cansado, que apenas tenía tiempo para dormir. Sin embargo, a pesar del agotamiento físico y mental, era el mejor momento de su vida; disfrutaba cada desvelo con enorme emoción al ver día a día el avance de su trabajo, el cual consideraba el más genuino e importante de sus escritos.

La mañana de un asombroso miércoles, Selu despertó con el golpeteo insistente en su puerta. Era Alexander, quien entró eufóricamente emocionado, afirmando que todo era una locura.

—¿Me despertaste para decirme que el mundo está loco? —preguntó el joven pianista, frunciendo el ceño y todavía adormilado.

—No me refiero a esa clase de locura —aclaró Alexander, sosteniendo en la mano un periódico y su teléfono—. Por cierto, ¿son más de las diez y aún sigues en ropa de dormir?

—No tengo el más mínimo interés de hacer otra cosa por ahora, que no sea quedarme en esta habitación.

—Y tomando pastillas para dormir —agregó Alexander, agarrando el frasco que estaba sobre el piano.

—Necesitaba descansar por lo menos tres, cuatro, cinco días seguidos para...

—Lo que tú necesitas es cambiarte de ropa y mirar la realidad que ahora tienes, porque quieras o no, el momento de hacerlo se está acercando. Lo entendemos, y es más que justo que te hayas tomado todos estos días para descansar y dormir las veinticuatro horas sin que nadie te moleste; pero creo que debes salir y echar un vistazo al escenario.

—No te ofendas, pero no estoy de humor para acertijos.

Entonces, Alexander le enseñó un par de páginas de los periódicos más leídos y difundidos de la ciudad, donde el rostro de Selu resaltaba junto a un encabezado que elogiaba y describía la genialidad de un joven prodigio de la música que había conseguido impresionar a la audiencia la noche del jueves 7 de ese mes.

—¡Esto es justo lo que no quería en mi vida! —Exclamó Selu, retirándole el periódico de las manos y tirándolo al cesto de la basura.

—No podrás hacer lo mismo con los diarios digitales y tus redes sociales —comentó Alexander, sonriendo mientras negaba ligeramente con la cabeza.

—Yo no manejo redes sociales —aseguró el joven pianista, frotándose lo ojos y caminando hasta su cama, donde, tirándose bocabajo, hundió el rostro entre las almohadas.

Las Notas de Mi HistoriaWhere stories live. Discover now