𝘅. oportunidad

155 36 131
                                    

          —A ver, ¡pero qué no tiene nada de malo! —exclamó Chifuyu en un susurro para no despertar a Cirrus, el cuál debería de estar durmiendo plácidamente en su cuarto— Si te gusta, pues te gusta y ya está

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

          —A ver, ¡pero qué no tiene nada de malo! —exclamó Chifuyu en un susurro para no despertar a Cirrus, el cuál debería de estar durmiendo plácidamente en su cuarto— Si te gusta, pues te gusta y ya está.

—Pero, ¿acaso me escuchas cuando te hablo, puto gilipollas? —Baji se sentó en el colchón, encarando a su mejor amigo— ¡Qué te he dicho que no me gusta Cirrus!

—¡Tus mejillas rojas como un puto semáforo dicen lo contrario! —contradijo Chifuyu, sentándose también en su cama y estando cara a cara con el moreno— Te he estado observando todo el jodido día, Baji, y he leído demasiados mangas de romance como para no saber cuáles son las señales de que te gusta alguien.

—Chifuyu, no me gustan los hombres. —negó rotundamente de nuevo Keisuke.

—Vale, entonces, ¿quién es la persona a la que te referías en clase? —se cruzó de brazos el rubio.

Baji tragó saliva, buscando una respuesta para aquella pregunta.

—Yo no he dicho nada de que me gustara alguien.

—¡Y una mierda como esta casa de grande! —Keisuke pateó el gemelo de Chifuyu cuando éste exclamó demasiado alto aquello— Venga, cuéntamelo, ¿vale? Puedes confiar en mí, joder. Soy una tumba cuando se trata de tus secretos, ¡ni siquiera le conté a los demás de la Toman la vez en la que se te puso dura en mitad de clase de historia el año pasado...!

—¡Eso nunca me ha pasado! ¡¿Por qué coño inventas esas cosas?! —estalló Keisuke, rojo de la vergüenza y también, por la ira— ¡Te voy a arrancar esos cuatro pelos teñidos que tienes en la cabeza!

—¡Pues empieza, valiente!

Keisuke fue a abalanzarse para golpear a su mejor amigo; y este a su vez se puso en posición de defensa para frenarle. Sin embargo, unos pasos en el pasillo les hizo detenerse y rápidamente envolverse en las sábanas de sus respectivas camas, mientras que la puerta del cuarto de invitados se abría con suavidad.

—¿Chicos? —preguntó Cirrus asomándose por la puerta de manera cautelosa, mientras emitía un pequeño y tierno bostezo— ¿Va todo bien? Me ha parecido escucharos discutir...

Keisuke abrió sus ojos, y se fijó en la puerta donde el peliblanco se encontraba. Tragó saliva en seco, pensando en qué responder aunque su mente se había quedado en blanco. Cirrus estaba ligeramente despeinado, e iba sin camiseta; probablemente porque así dormía más a gusto.

«Mierda, mierda, mierda. ¡No te sonrojes, Baji Keisuke! ¡No le des la razón a Chifuyu!» Pensó, tratando en vano tranquilizarse.

—Oh, ¿enserio? —Chifuyu fingió una voz adormilada, levantando su cabeza de la almohada— Habrá sido Baji, que habla dormido. Pero, no te preocupes, me aseguraré de que no vuelva a hacer ruido. Si vuelve a hablar, le meteré un calcetín en la boca.

𝗘𝗦𝗧𝗜𝗚𝗠𝗔,          baji keisukeWhere stories live. Discover now