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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐂𝐔𝐀𝐓𝐑𝐎 ● Secreto
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En cuanto entraron a la casa, el mayordomo les asigno una habitación a cada uno, les informo que tenían que prepararse para la cena y que tenían que ir presentables.
A Ryozo se le asignó de una habitación un poco grande, junto a su cuarto en el pasillo de la izquierda se encontraba la habitación de zoro, así que no estaban muy lejos, ambos tenían sospechosas sobre el mayordomo.
Entro a la habitación y cerro la puerta con seguro, se giro y observo la habitación con más detalle, había una mesita de noche junto a la cama, la cual se encontraba junto a un balcon y una gran ventana, a los pies de la cama, se encontraba un baúl, luego al otro extremo de la habitación había una puerta, y junto a ella estaba un tocador, sin duda está era una casa de ricos.
Al abrir la puerta de dio cuenta de que era el baño.
-Bingo.- Susurro rei, era justo lo que buscaba, necesitaba un baño, de echo siempre necesitaba un baño, eso la relajaba, el sentir como su cuerpo se relajaba al flotar en la tina, el como su cuerpo se adormece con el agua caliente, eso era justo lo que necesitaba.
Miro por una ventana que había el baño y vio que ya casi noche, se tenía que preparar.
Lo primero que hizo fue quitarse su corset, luego se comenzó a despojar de sus demás prendas.
Abrió el grifo del agua y se metió a la tina, su cuerpo se relajo al sentir el agua caliente, sin duda estaba en el paraíso.
Sumergió todo su cuerpo en el agua, aguantando la respiración, estaba tan relajada que no escucho cuando alguien forzó la puerta de su habitación y entro al baño.
Ryozo saco la cabeza para tomar aire, casi pega un grito al cielo al ver a Roronoa ahí.
-Que demonios pasa contigo?! Cómo carajos entraste?.- Ryozo puso sus brazos sobre sus pechos para cubrirlos, sabía que por el agua y que no entraba mucho luz al baño no le vería nada, pero más vale prevenir.
