Descorazonado ~MitsuBoru~

Prefacio

Quedate con Kawaki, ya no me importas Mitsuki. Ni tú, ni la aldea, ni nadie de los que aquí viven. Cumplí con mi deber de salvarlos y reconstruirla. No tengo nada más que hacer aquí, y tú debes volver junto a Kawaki, tu actual sol.

Esas fueron las duras palabras de un dolido Boruto antes de abandonar Konoha para siempre, luego de haber salvado al mundo de la amenazante oscuridad del Juubi, y de la Omnipotencia del Seringan, ese peligroso y maligno ojo.

Tanto Ada como su poderoso ojo habian sido neutralizado, pero el daño ya estaba hecho.

El alma de Boruto sangraba por todo lo que había vivido durante esos tres últimos años. Demasiadas pérdidas había experimentado en su corta vida ya.

Mi sol yo siempre te he amado a tí, eras tú en todo momento. Tú y nadie más. Por favor mi sol, creeme.

Aquellas palabras del peliceleste habrían funcionado en el pasado, cuando Boruto aún era un niño lleno de sueños y esperanzas de un futuro junto a Mitsuki.

El rubio debía reconocer que eran esas palabras las que había estado necesitando oír, durante ese primer año en que se vio obligado a escapar de la aldea junto a Sasuke para salvar su vida.

Pero esas palabras nunca llegaron, y luego de que su maestro Sasuke fue herido gravemente estando al borde de la muerte el rubio supo que en verdad estaba solo.

Lo había perdido todo, a su familia, a sus amigos y en especial a su tan amado Mitsuki, quien solía decirle que lo protejería siempre.

Boruto se había acostumbrado tanto a él y su supuesto amor que no entendía ni imaginaba una vida lejos suyo.

Pero las circunstancias lo forzaron no solo a imaginarse una vida lejos de su amor, sino que tuvo que hacerse a la idea de que su amada luna solo lo había engañado, y ahora desplegaba intensa preocupación por Kawaki.

La Omnipotencia del Seringan de Ada no es perfecta, esto se debe al hecho de que ella es tan solo una simple chiquilla carente de las habilidades de un Ootsutsuki real.

Aquellas fueron las palabras de Amado, confirmadas luego por Sasuke y el mismo Boruto.

Por lo tanto aquellos que en verdad te quieren Boruto, deberían ser inmunes a su control o poder liberarse del mismo al cabo de no más de tres meses. Como sucedió con Sasuke que se liberó del control del Seringan. O como ocurrió con Sarada quien jamás cayó en su control.

Cuando Sasuke fue herido de muerte, el corazón de Boruto se rompió en mil pedazos tomando conciencia de su situación.

Si sigo lamentandome por el adios de Mitsuki, y la traición de todos mis supuestos amigos, acabaré muerto y la oscuridad se adueñará del mundo entero. Eso es algo que no puedo permitirlo.

Boruto volvía al presente, había derrotado a la intensa oscuridad salvando al mundo de su destrucción. Ada y su Seringan ya no formaban parte de este mundo.

De hecho Boruto mismo se ocupó de desintegrar ese ojo maligno para que deje de existir, tanto en éste como en el otro mundo. Nunca más habrá algo que pueda re-escribir la historia de alguien aprisionando a la humanidad en una horrenda prisión mental.

Pero esa experiencia había cambiado a Boruto completamente, volviendolo alguien frío e insensible. Era el salvador del mundo, y lo último que quería era ser adulado por los habitantes y ninjas de Konoha.

Mitsuki estaba a su lado sobre la montaña de los rostros. El rubio había utilizado su poder unido a la intensa fuerza de la naturañeza para reconstruir la aldea al completo y revivir a quienes habían muerto.

Era lo último que haría por la aldea donde nació, ahora estaba listo para alejarse de ese lugar para siempre. Todos eran libres, recordaron a Boruto como el verdadero hijo del septimo y amigo real de todos ellos.

Pero aquel Boruto habia dejado de existir ya, y eso sería algo que nadie aceptaría. Mucho menos Mitsuki, quien estaba dispuesto a recuperar a su amado sol sea como sea.