Capítulo 21

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Bianca Miller

Solo nos quedaba un día, Matteo andaba más ansioso, pero también he notado que no ha estado durmiendo bien y en su rostro hay un cansancio, está muy al pendiente de mí y a la vez resolviendo los miles de problemas que tiene la empresa hotelera.

Me levanto tratando de no despertarlo y me dirijo a el refrigerador en busca de mi último antojo de embarazo, cuando veo que no hay ninguna de las cosas que quiero comer me desilusiono, pero recuerdo que a unas pocas cuadras ahí un supermercado que está abierto.

Me coloco las zapatillas y el abrigo para luego salir, el penthouse queda en el centro de la ciudad por lo que no es peligroso salir a estas horas.

—Señorita Bianca que hace despierta tan tarde —me dice el recepcionista —Y el señor Anderson, él nos advirtió que no puede salir sola ni menos a estas horas.

Noto como esta por llamar al piso de Matteo e impido eso tomando el teléfono.

—No le diga —lo miro con ojos suplicantes —Él está muy cansado y ansioso por el nacimiento de los bebes no ha dormido bien, tengo un antojo, pero no quería interrumpir su sueño, iré y volveré.

—Pero..

—Por favor —hago un puchero.

—Si no le informo podría perder mi trabajo.

—No te preocupes yo haré que eso no suceda —digo —Además él no se dará cuenta, cuando vuelva él seguirá aún estará durmiendo, anda por favor sí.

—Está bien, pero prometa que ira y volvera muy rápido —sonríe.

—Eres el mejor —digo —Te traeré algo.

Salgo y camino por las calles está muy iluminado, entro al súper y comienzo a recorrer los pasillos.

Aja aquí están, cuando veo las fresas se me hace agua la boca, me dirijo al pasillo de las cremas y busco la que comúnmente consumo.

—Bianca Miller estas en serios problemas —escucho la voz de la persona que se supone que debería estar durmiendo.

Me volteo lentamente y noto a un Matteo enfurecido, pero a la vez alguien que salió tan apresurado de la cama y no puedo evitar reír.

—Te parece chistoso esto —me callo enseguida —¿Como se te ocurre salir a estas horas y estando a nada que nuestros bebes nazcan?

—Tenía un antojo —hago un puchero y levanto las cosas.

—¿Por qué no me despertaste? —cruza los brazos —Sabes perfectamente que no me importa la hora que sea, prefiero venir yo a que tu vengas.

—Matteo —lo abrazo —No has estado durmiendo bien y cuando noté como estabas profundamente dormido no quise interrumpir tu sueño —lo miro y sonrió, pero el sigue tan enojado.

—Bianca mañana debemos internarnos en el hospital porque nacerán estos pequeños —acaricia mi vientre —¿Crees que es conveniente que salgas y te expongas al frio o imagínate si estos bebes quieren nacer justo ahora y no estoy a tu lado? —suspira.

—Pero yo también estoy preocupada por ti —lagrimas que no puedo controlar comienzan a caer por mis ojos —Estas preocupado y ansioso por mí y la llegada de los bebes que no cuidas de ti, tú también eres muy importante no quiero que te pase nada —elevo la voz.

—Tranquila no llores — limpia mis lágrimas y besa mis labios —Ya conseguiste lo que querías ahora es tiempo de ir a nuestro hogar —su tono se suaviza y yo sonrió.

Dejo de llorar, él toma las cosas y a la vez mi mano para ir a la caja a pagar.

—Espera me falta algo —me dirijo al pasillo de la comida chatarra y tomo algunas bolsas.

Eras todo lo que necesitaba [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora