Durante la noche, varios ruidos extraños se escuchan dentro del Instituto, cosas cayéndose, escritorios siendo arrastrados rayando el piso, y un silbido poco melancólico se escucha por el pasillo, especialmente en el sector de primero.
Varios suceso...
La división entre los vivos y los muertos era como una barrera invisible, algo que, por nada del mundo, debía ser alterado, ninguno sabía lo que ocurría del otro lado del mural, y no era necesario averiguarlo.
Quizás para muchos sería absurdo mencionar que existen fantasmas, u almas en pena como otros les llaman.
La mayoría piensa que la única manera de ver a un fantasma es de noche o invocandolo. Pero algunos expertos mencionan que siempre hay más de un ente fantasmal al lado nuestro sin que nosotros nos demos cuenta, sin importar que sea de día o de noche. Aunque no siempre serán cosas malas.
A veces, sólo pueden ser almas indefensas perdidos en la oscuridad y la desesperación siendonos de compañía, para no sentirse tal abandonados.
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-¿On-jo te encuentras bien? Escuché que te habías lastimado - dijo preocupado acercándose a ella, se habían topado en las escaleras y Cheong-san no había podido evitar preguntarle por su estado, a pesar de que Su-hyeok le había dicho que estaba bien
-Estoy bien, no tienes por qué preocuparte - respondió con simpleza, pasando por su lado desinteresada.
Cheong-san suspiró por la actitud de ella, siempre que se preocupaba, On-jo parecía no importarle su preocupación que tenía hacia ella.
Escuchó el timbre que indicando la hora de receso, continuó bajando las escaleras y se dirigió hacia el comedor.
-¡Gyeong-soo, Woon-ji, esperenme! -los llamó la verlos más adelante de él, se acercó con rapidez y de unió a ellos.
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- No se Michu, realmente me asusta lo que presiento, más que esto no desaparece- suspiró - ¿Quédebería hacer? - se encontraba sentado encima de un contenedor de basura, a la par de su pierna se encontraba el pequeño gato lamiendo una de sus patas y pasandoselo encima de su cabeza. Su-hyeok le regalaba suaves caricias en su espalda.
-¿Debería decirle a Cheong-san?, aunque creo queseríaabsurdo y me llamaría paranoico. Apenas nos conocimos ayer, y ya, le tomé un poco de confianza y cariño - dijo decaído - Ósea, fue el primero en cuestionarme si realmente estoy muerto, no salió corriendo asustado como el resto cuando intentoacercarme, además de que me puede ver ahora de día, algo me dice que él, es diferente al resto... ¿tú que dices? - Escuchó un maullido como respuesta que lo hizo sonreír.
