Esta historia anteriormente se llamaba "Do ut Des" pero por razones logísticas me vi en la necesidad de cambiar el título.
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Draco ama tanto a Harry que cuando lo vio muerto en los brazos del guardabosques que lloraba desconsolado, tomó una de...
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Draco lo miró en brazos del guardabosques; con su cabello más desordenado que nunca...
—Harry Potter ha muerto. Murió mientras intentaba salir a hurtadillas de los terrenos del castillo.– dijo Voldemort. —Muerto mientras intentaba salvarse a sí mismo...
Draco tembló por dentro; de pronto todo dejo de tener significado. ¿Y a él que mierda le importaba quién ganará aquella Guerra? Sin Harry daba igual si Voldemort los mataba a todos ellos. A él no le importaba si el Colegio se llenaba de Sangre Sucias, no le importaba si el maldito mundo mágico sucumbía ante ese demente.
Camino hacia el frente y la serpiente siseo al verlo. Serpenteó sobre Harry y mostró los colmillos amenazantes.
—Accio Harry Potter.
Los mortífagos no podían creer ese atrevimiento, cuando Voldemort se recuperó de su asombro, trato de matar al rubio, pero este ya había arrojado Fuego Maldito sobre Nagini.
Un enorme dragón de llamas engulló a la serpiente, mientras Lord Voldemort trataba de alejarse, con un grito furioso, vio como el rubio con el cuerpo de su enemigo eran rodeados por el fuego que se levantaba en forma de dragones cada vez más enormes, a ese paso pronto Hogwarts con todos dentro se reduciría a cenizas.
Pero Draco comenzó un canto:
Narcisa, Lucius y todos los Sangre Pura sabían lo que estaba ocurriendo.
—Mi Señor– chilló Bella —Debemos detener a mi sobrino...
Voldemort miró como las llamas y los dragones se tornaban de un color más intenso y una rajadura.
—¡Draco!– grito Narcisa.
—Alguien deténgalo.– gritaban.
Y de pronto aquello dejo de tratarse de Voldemort. Draco estaba recurriendo al Dios de la Muerte, un crimen contra la vida.
De la grieta que se abrió miles de sombras se levantaron, imágenes grotescas de cuerpos humanos retorciéndose en el fuego. Un hombre muy atractivo con cabello plateado, con ligeras escamas y unos ojos que parecían de fuego, salió de esa fractura dimensional, miraba al rubio que seguía cantando y sujetando con fuerza el cuerpo inerte de otro, más pequeño. El Dios de la muerte vio a todos los que estaban allí inmóviles sin poder huir de su fuego, hombres, mujeres y niños mucha magia ancestral le acariciaba la piel.
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—Me has invocado y sabes el precio, la vida de todo aquel presente en la invocación. ¿Estás dispuesto?– la voz era suave y profunda.
—Estoy dispuesto.
—Una Oportunidad, mago. Si fracasas tu alma y la de todos ellos se quemaran en la eternidad de mis fraguas.
—Estoy dispuesto.
—Pide tu deseo entonces y termina el canto.
—Quiero tener la oportunidad de ir a donde todo comenzó y cambiar el destino de todos. Quiero salvar a todos de este destino.
—Eso no es justo, niño, pero has pronunciado tu deseo y como tal se aplicará, te daré el poder en el tiempo, de la memoria y poder ilimitado sobre tu magia para salvarlos a todos, incluso a aquellos con el alma fragmentada. Espero que me des una mejor diversión que el anterior mago que jugo con las reglas de la vida.
Draco se dio cuenta en ese momento de su error. Había dicho a todos, todos incluía al Lord Oscuro. Pero estaba hablando con un Dios que no le permitiría retractarse de sus palabras. Así que asintió, no había marcha atrás era hora de enfrentar su decisión, que en todo caso era mejor que tener que sobrevivir a aquella Guerra sin Harry.
Continúo cantando mientras oía afuera los gritos del sacrificio, podía sentir en su piel el fuego devorarlo todo a su paso.
Cerro los ojos con fuerza cuando el fuego toco su piel y se aferró más a Harry, era el momento de dar esa vida para un nuevo inicio que se antojaba muy incierto.
