(Not) the only one | Drabble

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Oneside sunflower
Sunburn

Omori AU. Mari sigue viva.

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Cabello oscuro más oscuro que la noche; ojos negros pero brillantes como la misma obsidiana; piel blanquecina y suave tan parecida a la porcelana.

Al lado de su pupitre, Sunny intentaba concentrarse en los ejercicios de matemáticas que el profesor les puso antes de que la hora terminara.

Basil soltó un dulce suspiro de color rosa.

Como fotógrafo, Basil apreciaba la belleza de todo a su alrededor. Sin embargo, si tuviera que decidir qué era lo más hermoso que había visto, sería Sunny, su mejor amigo.

Desde que sus ojos se posaron por primera vez en Sunny, Basil descubrió lo que era la admiración.

Le gustaba la expresión de concentración que hacía cuando se esforzaba. La manera en cómo el lóbulo de sus orejas se ponían rojas cuando se avergonzaba. Esa pequeña pero brillante sonrisa al momento de cumplir una meta.

Todo en él era hermoso.

Qué mal que el mismo Sunny no se daba cuenta.

La adolescencia había tocado la puerta para todo su grupo de amigos, y eso incluyó a Sunny.

Sunny, como casi cualquier adolescente, le acomplejaba ciertas características que tenía; lo exageradamente esbelto que era, sus ojos rasgados o sus facciones que él consideraba como poco extraordinarias.

Su mejor amigo le contó varias anécdotas personales que Basil juró no decirle a nadie. Una de ellas fue que un chico bastante abusivo se burló de sus facciones asiáticas, y no fue la única vez que sucedió.

Mismas palabras, diferente persona. Desde que comenzaron a cursar la preparatoria, los comentarios hacia el físico de Sunny se hicieron recurrentes.

«Qué chicos tan ciegos», pensaba Basil cada vez cuando recordaba esas historias.

La belleza era subjetiva, lo sabía. Pero insultar el físico de una persona no era nada subjetivo.

¿Cuál era la imperfección de Sunny? Basil no podía reconocerlo. Porque para sus ojos, Sunny era perfecto.

Ver lo bello en lo feo y ver lo feo en lo bello. Era una cualidad que describía muy bien a Basil, pero no cuando se trataba de su mejor amigo.

Por más que lo intentara, Basil no podía buscar alguna fealdad en Sunny; su apariencia, su actitud, su personalidad.

Sunny era callado, pero era bueno escuchando. Era tímido, pero también dulce. Parecía frío, pero en realidad era cálido como un agradable rayo de sol.

Era como si fuera el epítome de la belleza. Y Basil era el único quien se daba cuenta de ello.

Soltó un ligero 'hip' cuando escuchó la campana sonar. Se quedó tanto tiempo admirando a Sunny que lo tomó por sorpresa.

Todos comenzaron a preparar sus materiales para irse.

Mientras preparaba su mochila, Basil miró de reojo a Sunny. Su amigo tenía un rostro distante al mismo tiempo que guardaba sus cosas.

Sonrió un poco. Ah, Sunny siempre estaba en las nubes. En lugar de ser algo molesto, para él le resultaba adorable.

—Por fin, ya se terminaron las clases.

Uno de sus amigos, Kel, se acercó ya con su mochila preparada. De seguro metió todo sin ordenar nada.

—¿Y qué quieren hacer hoy? A mí me gustaría ir a jugar videojuegos —sugirió Kel, el que casi siempre organizaba las salidas.

—Eso no suena mal —dijo Basil. No le encantaba, pero tampoco le disgustaba la idea; aunque los videojuegos no eran lo suyo.

—¿Qué piensas, Sunny?

—... Tengo el nuevo videojuego de Capitán Spaceboy. Dicen que está inspirado en el primer cómic.

—¡¿En serio?! —exclamó Kel con una notoria sorpresa y su típica sonrisa radiante—. ¡¿Pues qué estamos esperando?! ¡Vamos, vamos!

—Argh, eres tan impaciente. Ya vamos. —Una persona nueva se unió a la conversación, Aubrey. Había escuchado toda la conversación y ahora se integró al grupo.

Caminaron afuera de la escuela. Kel conversaba sin parar y Sunny solo escuchaba con atención.

Mientras tanto, Basil observaba.

Volvió a suspirar con dulzura.

Ahí estaba Sunny tan poco hablador, pero muy atento con las palabras de sus amigos y seres queridos.

Las personas quienes no conocían a Sunny siempre lo juzgaban. Que era un amargado, que creía que a Sunny les caía mal o que era muy aburrido.

Pero todos ellos estaban equivocados.

Sunny, siendo un soñador por naturaleza, ponía los pies en la tierra solo para escuchar lo que decían sus amigos.

Era una escena extraordinaria de belleza. Y Basil era el único quien se daba cuenta de ello.

Un ligero 'pfft' se escuchó. Todos vieron a Aubrey, quien interrumpió inesperadamente la conversación de un solo lado.

—¿Qué pasa, Aubrey? —preguntó Sunny. Una gran sorpresa porque no era mucho de tener iniciativa.

—Lo siento, pero es que me pareció lindo.

—¿Lindo? ¿Qué es lindo? —Esta vez fue Kel quien preguntó. Basil siendo tan perceptivo, notó que Kel estaba siendo una tercera rueda.

—Eres lindo cuando te concentras —admitió Aubrey, ignorando por completo a su mejor amigo. Su mirada estaba centrada en Sunny... su novio.

Sunny cambió de expresión. Ahora estaba más tímido de lo normal y sus orejas se tornaron rojas.

—¡Ew! Ustedes dos me dan diabetes —se quejó Kel, adelantándose para no ver la escena de los dos novios.

Basil, sin decir nada, vio cómo esos dos se rodeaban por un aire brillante y lleno de rosas.

Pero él se sintió en un ambiente oscuro, siendo rodeado por una nube negra.

Sonrió con amargura.

Ja. Olvidó por completo que Sunny no era el único soñador.

En los sueños de Basil, él era el único quien apreciaba la belleza de Sunny.

Pero al momento de despertar, cada día, Basil se daba cuenta que él, en realidad, no era el único quien apreciaba la belleza de su mejor amigo.

Después de mucho tiempo, ya no era el único quien admiraba la belleza de Sunny.

𝗪𝗲𝗹𝗰𝗼𝗺𝗲 𝘁𝗼 𝗺𝘆 𝘀𝗽𝗮𝗰𝗲Kde žijí příběhy. Začni objevovat