Los infieles

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Con el dinero que la misteriosa mujer me había dado y unos dos días de descanso para  medio recuperarme de la golpiza, decidí seguir sus sugerencias y compré un arma de fuego, con una revolver bastaría y también conseguí algo como un arma blanca, me preparaba para lo que parecía ser mi primera misión.

La tarea era enfrentar a una banda de pandilleros que se hacían llamar "Los Infieles", estos delincuentes se dedican a robar las limosnas de las iglesias locales y, de vez en cuando, se involucraban en actividades de lavado de dinero, el problema principal era que alguien había estado tomando más dinero del que debía, lo que había generado preocupaciones, pues como todas las bandas, debían pagar un tributo a la orden por existir en la ciudad.

Me uní a un adulto con mayor experiencia que sería mi compañero en esta misión. Juntos, nos dirigimos hacia una oscura capilla que sirve de base para Los Infieles, sin saber qué nos esperaba ni cuánto cambiaría mi vida a partir de ese momento.

Mi compañero, un hombre con lentes negros que rara vez hablaba, actuó de manera sorprendente cuando vio al líder de la banda. Sin previo aviso, le propinó un puñetazo en la cara que lo dejó tambaleándose, los miembros de la banda y algunos monaguillos se sobresaltaron y nos apuntaron con reglas de madera y metal previamente afiladas.

Sin embargo, mi compañero sacó una 9mm y disparó al aire, llenando la sala con el estruendo ensordecedor del disparo, el líder de la banda parecía asustado, y yo no podía evitar sentir lo mismo, claramente intimidado, entregó parte de su propio dinero para pagar la deuda y prometió encontrar al responsable y hacerlo pagar.

Regresamos al edificio, donde un colega se encargó de felicitarnos por nuestro trabajo. la paga que recibimos era buena, y eso reforzó la idea de que estábamos involucrados en algo que iba más allá de lo común.

Una semana después, nos asignaron otra misión, esta vez, debíamos lidiar con unos infiltrados procedentes de la ciudad del norte que habían tenido problemas allí y estaban buscando llegar a la ciudad sur para al igual que otros criminales poder exiliarse tranquilamente, el problema era que ya habían puesto recompensas por sus cabezas, y para llegar a la ciudad sur, tenían que pasar por nuestra Ciudad Centro.

Una vez más, acompañé a mi compañero, a quien llamaban "El Águila". Mientras viajábamos en moto hacia la siguiente misión, él me contó que era un elemento de mucha confianza en la organización.

-Tenemos que ser cuidadosos en esta misión-, me advirtió El Águila. -Los Shadows son conocidos por su ferocidad- asentí con seriedad, consciente de la peligrosidad del objetivo. - entiendo, estoy listo para enfrentar cualquier loco que se nos plante-.

-Buena actitud-, respondió él. -Recuerda, Elisa la jefa espera resultados rápidos y eficientes-.

- ¿Cómo es Elisa? - pregunté con curiosidad.

El Águila sonrió de manera enigmática. -Elisa es... especial, Tiene una forma única de motivar a sus empleados. A algunos les gusta, a otros no tanto-.

- ¿Y a ti? -

-A mí no me afecta-, dijo con confianza. -Tengo una fuerza de voluntad inquebrantable-

Finalmente, después de dos horas de patrullar, encontramos a Los Shadows.

-Ahí están- susurré, señalando a un grupo de individuos sospechosos.

El Águila asintió y se acercó a mí. -Prepárate, esto podría ponerse feo-.

El intercambio de miradas tensas fue la antesala de lo que prometía ser un enfrentamiento peligroso con Los Shadows, estaba decidido a hacer lo que fuera necesario para completar la tarea y ganar la confianza de Elisa y mi compañero.

Eran un par de inadaptados con chaquetas de cuero negro y cabello largo, y parecían llevar un estilo de vida nocturno, sin embargo, en esta ciudad, ya había pandilleros aún más peligrosos que salían de noche. estos dos individuos parecían desesperados mientras avanzábamos rápidamente para alcanzarlos, los encañonamos con nuestras armas, pero en lugar de rendirse, se echaron a correr en dirección opuesta.

Mi compañero, El Águila, parecía excitado por las tachas y en su emoción, aceleró el vehículo y arrolló a uno de los individuos, quien cayó al suelo con un gemido de dolor. La situación se volvió aún más tensa mientras nos acercábamos al otro pandillero, quien corría por su vida, era evidente que estábamos en una situación peligrosa, y no sabíamos qué decisión tomaría el pandillero restante.

Mi compañero, El Águila, y yo nos bajamos del vehículo y empezamos a golpear al otro pandillero entre los dos, la situación se volvía cada vez más violenta cuando, de repente, llegó la policía el Águila me dijo que no había problema y nos separaron, subiéndonos a los cuatro a diferentes patrullas.

Las celdas de la comisaría estaban llenas de todo tipo de criminales, pero por alguna razón, llevar el traje característico de nuestro grupo nos proporcionaba cierta protección, mientras estábamos en la celda, un policía en particular, al que todos parecían temer y respetar, se acercó a nosotros y nos sacó de la celda. Nos dijo que teníamos una reunión con la jefa en unos minutos.

Entramos al salón donde se encontraba la jefa, Elisa. Noté de inmediato que estaba diferente en comparación con la última vez que la vi. Ahora, emanaba el dulce aroma de perfume de lavanda, y tenía dos botones de su camisa desabrochados. Su mirada era más seductora, realzada por un nuevo maquillaje.

En la puerta del salón, había un oficial con una expresión malhumorada. Sin embargo, la dinámica cambió cuando el oficial se dirigió a Elisa.

El oficial, con voz seria, dijo: -Mi ama, estos dos tipos resultaron ser útiles para nosotros, especialmente considerando que la cabeza de esos Shadows que atraparon vale el precio de su libertad-.

Elisa sonrió de manera seductora y respondió: -Oh, entiendo perfectamente, oficial. Sabes que siempre estoy dispuesta a hacer un trato-.

El oficial le dio un beso en la boca a Elisa y se despidió, dejándonos con una sensación de incertidumbre sobre el verdadero alcance de las conexiones de Elisa y cómo podríamos ser utilizados en sus planes.

Elisa volvió su mirada hacia nosotros y nos felicitó. Luego, me dio un nuevo apodo basado en mi cabello negro, mi peculiar nariz y mi gusto por el color negro. Me llamó "El Buitre".

Cuando salimos del salón, El Águila me advirtió que debíamos tener cuidado, no entendía por qué era necesario hasta que él me explicó que Elisa solía ser infiel al oficial de alto rango de la policía. Esto significaba que tenía una influencia significativa sobre él y podía hacer lo que quisiera con total impunidad, comprendí el peligro inherente en esta situación y cómo nuestras vidas podrían estar en manos de Elisa de formas que aún no comprendíamos por completo, la intriga y el peligro se cernían sobre nosotros mientras continuábamos inmersos en este oscuro mundo.

Parecía que, a pesar de los intentos de Elisa por seducirme, mi fuerza de voluntad seguía intacta. No me dejaba impresionar por sus avances, ya que sabía que había mucho más en juego de lo que parecía a simple vista.

La orden de la dominaciónTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang