Capítulo IV

236 34 0
                                    

Izana se fue al lugar de reunión de su pandilla después de avisarles que los quería ahí, no llamo a todos, solo a los mas importantes.

Kakucho: Izana, ¿Cómo te encuentras?-preguntó con preocupación, después de todo la mejilla del Kurokawa estaba roja

Izana: no preguntes-no dijo nada mas hasta que llegaron los demás

Ran: ¿para que nos llamaste Izana?-preguntó arreglando sus trenzas

Izana: quiero pedirles que ninguno de ustedes se acerque a buscar a Gideon-dijo con seriedad, los demás lo miraron raro

Kokonoi: ¿qué fue lo que te dijo Gideon?-preguntó mirando al albino, las cosas estaban muy raras

Izana: va a reducir mi tiempo a un mes, pero si alguno de ustedes, o cualquiera intenta volverlo a buscar me va a hacer quedarme un año a su lado, por favor, no lo busquen, se los pido-se veía tan desesperado que todos aceptaron sin dudar

Rindou: ¿qué va a pasar con la pelea con la Toman?-preguntó recibiendo un codazo de parte de su hermano

Izana: todo va a seguir como esta, al menos eso espero-susurro lo ultimo, no sabia si iba a poder participar, aun mas si Gideon se lo iba a permitir

Sanzu: ¿quieres que vayamos a comer?-preguntó, eran pocas las veces que hablaba pero esta vez había echo sonreír al Kurokawa

Izana: vamos a comer-dijo con una sonrisa, eran las 6:00 pm, aun tenía tiempo para regresar a casa.

El tiempo paso entre risas, peleas y algunas bromas, todos se la habían pasado tan bien que el Kurokawa olvido checar la hora.

Ran: nosotros ya nos vamos, ya esta obscureciendo y Rindou no ve muy bien cuando obscurece-dijo levantándose, el albino observo el cielo, estaba muy obscuro, ya no habían tantas personas a su alrededor, Izana reviso su celular, en cuanto vio la hora se quiso morir

Izana: tengo que irme, mañana les pago, adiós-dijo corriendo fuera del local, tenía que llegar rápido a casa.

Cuando Izana llego a las puertas de la mansión ya eran las 10:00 pm. Entro con cuidado a la mansión intentando no hacer ruido.

Gideon: ¿sabes que te estoy observando?-preguntó mientras se encontraba acostado en su sofá

Izana: Gideon, yo...-intento decir algo pero el ver al Watanabe tan tranquilo lo asustaba mucho

Gideon: acércate-ordeno de manera tan tranquila, el albino se acerco, antes de que pudiera decir algo fue sujetado del cabello-¿eres tan estúpido que ni siquiera puedes seguir una simple orden?-preguntó jalando el cabello blanco del contrario quien no pudo evitar quejarse por el dolor

Izana: lo siento, se me hizo tarde, no volverá a suceder-dijo desesperado, por alguna razón no podía pelear contra Gideon, su presencia lo hacía sentirse muy inseguro

Gideon: me asegurare que no vuelva a suceder-dijo arrastrándolo del cabello a una habitación sin importarle los gritos del Kurokawa.

Izana jamás había sentido tanto dolor, las marcas de cinturonazos en sus brazos y piernas le ardían, sentía la sangre bajando por su labio y nariz.

Gideon: límpiate, no quiero que manches las sabanas-dijo con seriedad mientras ponía su cinturón en su mesita de noche

Izana: sí Gideon-dijo levantándose de inmediato yéndose a limpiar la sangre que caía en su rostro

Gideon: quiero mi desayuno a las 7:00 am, a las 8:00 am llegan las sirvientas a limpiar, ellas van a hacer el almuerzo, están obligadas a limpiar y a hacer todo lo que les pidas-dijo mientras se acostaba en su cama

Izana: ¿puedo salir mañana?-preguntó con miedo, se sentía tan inseguro con el Watanabe

Gideon: ¿a donde vas a ir?-preguntó mirando al albino quien se acostó con cuidado

Izana: a ver a mi familia y veré a los de mi pandilla-dijo mirando a su pareja

Gideon: no vas a ir, como veo que no puedes seguir ni una sola indicación te vas a quedar aquí, pueden venir a casa, pero tu te quedas aquí-dijo antes de cerrar los ojos, el Kurokawa sabía que no debía decirle nada que lo molestara por lo que decidió mejor acostarse, ya mañana sería otro día, el esperaba que fuera mejor que el de hoy.

Eres míoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora