Chapter 13

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Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Kishimoto. La historia es de Lavender-Long-Stories.

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—Por favor, dime que no hiciste —Hinata se tapó la boca.

—Lo hice, pero otras cosas sucedieron primero —sonrió Sasuke.

Hinata se encogió de preocupación.

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Su sesión de entrenamiento no se convirtió en gran cosa. Sasuke la inmovilizó firmemente contra un árbol y le sonrió con suficiencia. De repente ya no era una lucha de puños.

Sus enfoques en las batallas de lengua eran diferentes. Ninguno de los dos tenía experiencia, pero estaba claro que Sasuke era más rápido aprendiendo. Hinata siempre fue tímida, al principio, era amable y moldeable hasta que se frustraba con sus burlas. Cuando se enfadaba por sus mordiscos y cuando él se apartaba para buscar más piel para besar, ella enterraba los dedos en su cabello y lo rodeaba con las piernas, intentando evitar que él encontrara nuevas formas de molestarla. Ella no sabía que a él le divertía mucho su comportamiento agresivo que sus sonrojos.

Cuando tomaron aire, él la subió, cubriéndole los muslos con la mano y manteniéndola en su sitio.

Con los ojos cerrados, Hinata le rodeó cómodamente el cuello con el brazo.

—¿Por qué me retienes?

—¿Te han vuelto a pillar? —Sasuke cerró los ojos, presionando su frente contra la de ella.

—Estoy esperando a que te hartes de mí —ella dijo y la frente de Sasuke se arrugó. La presionó más. Deseó no haberle dicho que no la necesitaba. No era verdad. Ahora, con la mente más clara, se daba cuenta de lo que le estaba haciendo a su cuerpo. Se estaba matando lentamente y si se hubiera dado cuenta una vez que tocó fondo, no hubiera tenido ni siquiera una razón para tomarse una píldora soldado. La horrible imagen de esta dulce mujer volviendo de una misión para encontrarlo en el sofá, sin moverse.

—Entonces, ¿quién haría pasteles asquerosamente dulces en mi cocina? —preguntó Sasuke.

Hinata le dio un codazo.

—Lo digo en serio.

—Lo sé, pero no lo haré. Eres todo lo que tengo. Me quedaré contigo hasta que me eches —prometió Sasuke—. Solo no me envíes lejos —fue entonces cuando decidió que se lo demostraría. Se lo demostraría a toda la aldea. Él se quedaría con ella. La mantendría mientras ella lo quisiera.

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El rostro sonrojado de Hinata palideció al tiempo que sus labios se entreabrían y dejaba caer las lágrimas. La promesa que él le hizo el primer día en la cocina se solidificó como algo aún más desgarrador de lo que era.

Sasuke abrió los brazos y ella se acurrucó rápidamente junto a él. Apoyó los labios en su cabeza.

—En cierto modo, era mi forma de decirte cómo me sentía y cómo sigo sintiéndome.

Hinata hipó mientras él seguía hablando.

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Sasuke entró en una joyería. Su sola presencia le provocó un aneurisma al dueño de la tienda. Flotó ansiosamente alrededor del mostrador.

—¿Necesita algo? —chilló, inquieto, más de lo que debería estar.

—El silencio estaría bien —Sasuke se asomó a la vitrina y no se sintió molesto con el tendero y las otras personas que estaban igual de sorprendidas de verlo, sino que lo hizo por la joyería. Se frotó la nuca con frustración—. No le gustan este tipo de cosas —murmuró para sí.

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⏰ Última actualización: Jun 03 ⏰

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