Estoy Ciendo Criada Por Villanos

Capitulo Cuatro

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Hubo un silencio verdaderamente frío.

No importa lo que dijera la gente, la cara del duque Miriel, que recitaba con indiferencia los errores que habían cometido con el nombre de su familia en su espalda como un rap, también se avergonzó por un momento.

“… Estoy arruinada.”

Incliné la cabeza y apreté los puños.

Todos los ojos estaban puestos en mí.

Mi corazón latía rápido.

Estaba tan nerviosa que un sudor frío me corría por la espalda.

Apreté el dobladillo de mi vestido para calmar la respiración áspera y el tinnitus que me zumbaba en los oídos.

—…… ¿Quieres dejar esta casa?

El duque Miriel, que fue el primero en recobrar el sentido, abrió la boca como si se preguntara.

—Sí…

—¿Ese es el plan?

—Sí…

—¿Por qué?

El Duque Miriel preguntó como si tuviera mucha curiosidad.

Hay muchas razones, pero es imposible decirlo de inmediato.

—Me he entedado de un secreto de nacimiento…

Mientras pensaba en una respuesta apropiada, mi lengua, aterrorizada de nuevo, perdió el control de mi cerebro.

¡Aaaaagh!

Me estoy volviendo loca.

—…. ¿Un secreto de nacimiento?

Como si esa palabra despertara curiosidad, no solo el duque Miriel, sino la mirada de todos los demás me alcanzó.

Hice contacto visual con el duque Miriel tanto como pude, manteniendo los ojos bien abiertos para evitar cualquier desgracia.

Entonces, los ojos del duque Miriel se contrajeron ligeramente.

—¿Estás diciendo que hay un secreto de nacimiento en esta familia que yo no conozco?

Me preguntó como si tuviera prisa.

—Sí… el abuelo no sabe…

Por supuesto, conozco todos los secretos porque leí la novela, pero él no.

No importa lo minucioso que fuera, ni siquiera mi padre que era llamado la vergüenza de una familia aristocrática, se habría hecho un análisis de sangre.

—…….

—…….

De repente, el entorno se volvió silencioso.

“¿Qué?”

De buen humor, levanté reflexivamente las comisuras de mi boca y sonreí enérgicamente.

Entonces, las cejas del duque Miriel, que se detuvieron por un momento, se contrajeron.

“No seré odiada si sonrío.”

Fue una de las verdades que aprendí en mi vida.

—Está bien, ¿qué secreto?

—E-eso es…