𖧷𝙷𝚘𝚜𝚙𝚒𝚝𝚊𝚕𖧷

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𝙰𝚟𝚒𝚜𝚘: 𝙳𝚎𝚓𝚊𝚛𝚎 𝚍𝚎 𝚞𝚜𝚊𝚛 𝚏𝚘𝚗𝚝𝚜 𝚡𝚚 𝚖𝚎 𝚎𝚜𝚝𝚛𝚎𝚜𝚊𝚗 𝚎𝚜𝚝𝚘𝚜 𝚑𝚍𝚙.
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Aquella brisa de la mañana atentaba contra mi rostro y alma, congelandome hasta sentirme como un cadáver en un refrigerador de la morgue.

El frío era intenso, y las cobijas no lograban apaciguarlo. En vez de eso, estás también se congelaban y me dañaban con su frío tacto sobre mi vulnerable piel.

Una luz increíblemente fuerte, brillante y estridente que acariciaba dulcemente ojos protegidos por mis párpados. Aquella luz era de un tono amarillento anaranjado que aturdía mi línea de visión, no estaba tan seguro de sus colores al tener los ojos cerrados, pero podía asumir que eran unos demasiado fulgurantes ya que me molestaban de cierta forma que solo me digne a taparme el rostro con la almohada con la que reposaba mi cabeza.

No quería seguir siendo molestado por esa luz tan brillante y seguir con mi calmado sueño, aunque de nuevo fui interrumpido por la incomodidad de no poder levantar mi mano izquierda al estar esta encontrándose atrapada y encerrada por unas esposas que me mantenían conectado a la camilla.

Sonidos con eco que merodeaban por todo el hospital incómodamente, desde gente hablando hasta médicos corriendo para asistir a alguna emergencia de algún paciente. Unos que otros pitidos provenientes por las bocinas del hospital y el sonido de los pasos de la gente caminando frente a la puerta de "mi habitación" también se hacían presentes.

Nada de esto me dejaba dormir; aquellas luces tan fuertes, esas esposas que me ataban a la camilla y tantos ruidos no me dejaban retomar mi siesta nuevamente.

Por lo que me quite la almohada de mi rostro, dejando que el mismo sentimiento previo se repitiera. Ese frío escalofriante que golpeaba con rencor mi rostro junto con esa luz tan brillante que aturdía mi línea de visión eran igual que hace un rato.

Bostece, cansado, pues estaba recién levantado y no pude dormir muy bien que digamos, pues pensar en que pronto me llevarían a alguna detención juvenil o cosas por el estilo me erizaban los pelos como jamás había sentido antes.

Mi mente seguía desorientada, como si mi cabeza estuviera hueca y ligera.

Escuché a una persona toser, era de la camilla de al lado aunque una cortina de hospital evitaba que pudiese verla claramente.

Aquella cortina estaba de mi lado izquierdo y, sabiendo lo de mi mano izquierda, sabía que iba a ser difícil recorrer aquella cortina para poder apreciar quien era la persona que tosia descontroladamente.

Me senté en la camilla, sintiendo cierto dolor al hacerlo por no haberme movido en muchas horas. Tronaron unos que otros huesos de mi espalda al hacerlo, lo cual no era muy sano que digamos.

Me estire un poco y voltee a ver a dónde la cortina, se apreciaba la silueta de una persona; sentada en su propia camilla mientras tosia sin cesar.

Me digne a estirarme para recorrer la cortina que nos separaba con mi brazo y mano derecha, aunque sabía que podía llegar a ser exhaustivo hacerlo tomando en cuenta la distancia de esta y la cortina.

Recorrí aquella azulada cortina, encontrándome con la escena de un chico de cabellos ondulados, desordenados y color verde claro. Sus iris eran de el mismo color que su cabello, o al menos eso podía apreciar, pues la luz seguía sin dejarme ver bien las cosas a las que iluminaba.

El chico estaba sentado en su camilla, con su puño derecho cubriendo su boca mientras tosia a más no poder, como si ya estuviese apunto de expulsar su pulmon por la boca en cualquier momento por lo tanto que tosia, al punto de llegar a ser incómodo.

☆𝐍𝐮𝐦𝐛𝐞𝐫 154☆Where stories live. Discover now