capitulo 6 diario

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Septiembre 28 2020

Odio todo

Odio tanto el mundo...

Mientras sentía como el estúpido de Marcos volvía a tocarme, la manera en que su expresión demostraba odio. No entiendo cómo los demás chicos lo siguen, como si él fuera el grande de todos. Las peleas internas siguen

Mi alma está cansada de estar a qui, todas las noche es lo mismo, me siento atado en mi cama sin poder salir de ella, sintiendo que todos los días son grises. Mamá llora todo el tiempo, la misma hora todo empieza, ¿habrá alguien que pueda salvarme?

3:30
4:28
12:10
5:24
Cada hora la e apuntado
El reloj suena cada mañana

El lo volvió hacer me saco de la cama, me tomo del brazo me puso enfrente de ella, mientras aquellos moretones se marcaban más y más volviéndose oscuros. Me preguntaba si él tenía un alma o solo era el alma que se arrastraba para hacernos sufrir todas la noches.
Mi única salida era los días donde había luz....
Por qué cuando era noche ya no había salida, todo era oscuridad sus ojos cafés negros que había heredado me daban miedo. No quería mirar al espejo por qué lo veía a él reflejado en mi

Escapemos.... Vamos a un lugar feliz pero la idea solo atormentaba a mi madre

Dios estaba aquí mirándome
Deseaba con ganas perder la vida 

Al pasar la hoja, cerré el libro. Todo lo que pasó lo había pasado yo, como lo del agua pues Marcos se encargó de llenar un bote, atrás de los salones y mojarlo, no entendía. Sentí mi pecho latir, como si se quisiese salir de mi pecho me tape el rostro con mis manos. La puerta se abrió ahí estaba el, se asustó al verme así por lo que cerró la puerta.

Te odio...
Yo también lo odio...

Sentía algo dentro de mi pecho, la respiración me falló por un momento me sentí agitado. Sus ojos aquellos verdes ojos profundos que me recordaba al color de las plantas, aquellos que parecía llenos de ira y rabia. ¿Que quería de mi? Mire la hora del reloj que marcaba 9:39 no iba a llegar a la escuela, y para el colmo Samuel no iría. No sabía por qué quería hacer todo junto conmigo, pero no quería vivir sincronizado a el. Salgo de la habitación observo que viste su uniforme de la escuela aquella camisa blanca, com bordes verdosos oscuros, la corbata verde en su pecho el escudo de la escuela donde el iba.

— ¿No deberías ir a clases? — cuestione.

— entro a las 10 — suspiro se recargo en la puerta de su habitación. Me echo un mirada sus ojos cafés claros me observaron con preocupación — ¿Aún estás molesto?

— eso no te importa — de manera cruel respondí.

— ¿vas a faltar a clases?

— y tú, ¿qué crees?

— no seas grosero — se cruzó de brazos

— Te lo mereces, debí quedarme con ella — reclamé molesto. Me acerco que a él quedando de enfrente, hizo una muevo, sus cejas se fruncieron levemente su rostro se volvió serio.

— ¡¿Cres que no se lo que pasa?!

— ella me necesitaba — sentí una ira incontrolable pero era imposible calmarme con todo lo que tenia guardado. El negó con la cabeza parecía desaprobar todo lo que hacía por mi parte sentí unas ganas de golpearlo. Por qué ignorar a alguien que conozco, por qué se comportó de esa manera.

— ella no es importante, ni siquiera eres cercana a ella

—¡ a ti que!— grite — no soy un monstruo como tú, no soy como ellos — sentí las lágrimas salir de mis ojos, apreté mis puños. Los pasos de alguien acercándose llamaron mi atención. Mire mi madre quien se recargaba en la barra de la escaleras se quedó mirando inquieta su cabello estaba corto al parecer lo había cortado hasta dejarlo a los hombros, sus ojos estaban brillantes no sabía por qué estaban llorosos, la camisura de sus labios estaban abiertos sorprendida por la situación.

En tu mismo lugar [ En Editacion]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora