Luz Noceda, una humana que acaba de recibir la magia del Titán. Sin embargo, solo tiene poco tiempo para usarlo contra el emperador Belos, quien está transformado con su magia maligna y se está apoderando de las Islas Sirvientes.
Al principio, Luz...
En un lugar llamado Islas Hirvientes, totalmente destrozado y en crisis, debido por el control del emperador Belos. Se encontraba Luz Noceda, cuyo estaba protegiendo al Coleccionista de la magia que lanzó Belos. Con lágrimas en los ojos, el rostro lleno de tristeza y mirando fijamente a Eda y King, dice sus últimas palabras de manera dolorosa.
Luz: Eda...King-Diciendo sus palabras de manera lenta- Parece que nos vamos a separar otra vez.
Con el dolor de su corazón y llorando más pero al mismo tiempo, formando una sonrisa en su rostro.
Luz: Siento que ya debería estar acostumbrada a este sentimiento pero... todavía no sé que decir.
Antes de seguir hablando, su cuerpo había sido acomulado por la magia y fue desapareciendo y convirtiéndose así, en unas luces, esparciendo en aquel lugar...las luces que alguna vez fue Luz...
Luz: El lugar estaba completamente oscuro, no había ningún lugar que tenía iluminación y tampoco se escuchaba ruido... espera... lo que estoy escuchando...¿Son pasos?... ¿En dónde estoy?
Con muchas dudas en su mente, empieza abrir los ojos poco a poco hasta ver qué delante de su visión se encontraba un escritorio, tallado de madera, unos libros amontonados unos al otro, una silla de oficina con el asiento de de color morado y un librero al lado de la cama. Mirando a su alrededor, encontró también las paredes de color naranja con amarillo. A Luz le resultaba familiar y conocida... Luz: ¡¿Estoy en mi casa?!-con algo de asombro y shock a la vez, se da cuenta que definitivamente se encontraba en su propio hogar- Pero... ¡¿Cómo?!-pensando de cómo pudo llegar hasta su hogar- Recuerdo que estaba luchando contra Belos con la ayuda del Coleccionista, Eda y King... ¡Eda! ¡King!- hablando un poco más fuerte-.
En ese momento, se escucha que alguien abre la puerta y entrando de manera un poco apresurada, entra una persona con el cabello recogido, color castaño, color de piel morena, vestida de un uniforme médico, lentes grandes y cuadrados con el armazón de color rojo. ??: Sucede algo, ¿mija?-pregunta aquella persona- Luz voltea y cuando la ve. Abre más sus ojos por ver a la persona en frente. Luz: ¡¿Mamá?!- teniendo la boca abierta por la sorpresa. De un momento a otro, Luz se levantó de la cama y rápidamente abrazó a su mamá, Camila- ¡Mamá, me alegra que estés bien!-escondiendo su rostro en el hombro de Camila y abrazándola al instante- Creí que estabas herida, creí haberte perdido- Diciendo aquellas palabras, comenzó a sollozar por la preocupación que tenía. Sin embargo, Camila quedó sorprendida por sus palabras y mirando a Luz, la abraza cálidamente y acariciando su cabello, que lo tenía despeinado y revuelto, le dice lo siguiente: Camila: Luz, calma. Primero que nada...¿Porqué dijiste que estaba herida?- con la voz tranquila y confusa - Tuviste una pesadilla, ¿Cierto?
Tras escuchar esas palabras, Luz rápidamente se separa del abrazo y mirando a su madre en shock. Luz: ¿Cómo que pesadilla? ¡¿Acaso no lo recuerda?!-pensó Luz- Un momento...¿mi mamá no tenía el cabello suelto y corto?- mirando detalladamente y le pregunta con un poco de nervios: Luz: Emm... mamá... tú...¿no lo recuerdas? Camila confundida mira a su hija y le pregunta: Camila: ¿Qué recuerdo?...¡Ohh sí!-Luz comenzó aliviarse que lo recordaba...o eso pensaba...- Hoy tienes que ir al campamento de verano.
Dicho aquello,la expresión de Luz cambió a una sorpresa y confuso a la vez. Luz: ¿Q-qué?-preguntó- y-yo no me refería a- Pero antes de completar sus palabras, Camila la interrumpió. Camila: No te preocupes, el autobús vendrá de unos pocos minutos. Puedes empezar a arreglarte. Te espero allá abajo- le dice mientras le dedica una sonrisa cálida y cierra la puerta para que su hija se prepare para el campamento.
Mientras tanto, Luz seguía en shock hasta que salió de su trance y se dirigió al baño caminando de manera lenta y con muchas preguntas.
Luz: ¿Acaso... oí bien? Ha dicho ¿¡Campamento de verano?!- diciendo de manera sorprendida.- ¿Entonces no lo recuerda? Sobre las peleas que había en las Islas Hirvientes y todo lo demás...al menos que... ¿Le borraron la memoria? No lo creo...o...¿Acaso es algún tipo de trampa? Puede ser- observando a su alrededor si encontraba algo sospechoso pero hubo fracaso- Tampoco...y si...¿Regresé al pasado?-con muchos pensamientos de teorías y misterios, había llegado al baño y suelta un suspiro pesado.
Luz: Sea lo que sea tendré que descubrirlo-ya un poco tranquila decide acercarse al lavamanos y juntar sus manos para obtener agua y con ello relajar su mente. Empezó a ponerse agua en su rostro. Al momento de recoger una toalla para limpiar su cara, se dió cuenta de un espejo que se encontraba enfrente suyo. Mirando su reflejo, color castaño, piel morena, ojos de color avellana, una camisa blanca con rayas moradas. Nada ha cambiado...solo unos mechones largos a los costados de su rostro...espera.. Luz: ¡¿Tengo mechones largos?!-Se pregunta a sí misma.
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