Una visita inesperada • 05 •

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Continuación...

Pov. Invictor:

Estaba en mi habitación observando mi celular, aburrido, nada lograba llamar mi atención ni me hacía reír. Incluso había entrado Sparta a mi habitación para molestarme, pero sin lograr algún resultado.

—¡Ponme atención, idiota! —se quejó Sparta, golpeando mi hombro.

—¿Quieres callarte? Estoy aburrido y tu ruido es estresante.

—Maldito... —murmuró —¡Ya verás cuando me pidas algo! —exclamó, saliendo de la habitación.

—Como sea.

¿A quién le importa? Igualmente él no me sirve de nada en estos momentos, ¿para qué quisiera su "ayuda"?
Además, él solo se está comportando como un niño odioso, molesto y caprichoso del cual no vale la pena ponerle mucha atención.

De la nada se escucharon ruidos en la cocina; lo primero que me vino a la mente fue que Sparta, como venganza, había hecho un desastre en la cocina y así acusarme con nuestro padre.

—¡Sparta más te vale no haber hecho un desastre! —grité, saliendo de mi habitación.

—¿Quién eres y qué haces aquí? —preguntó Sparta.

Me quedé estático, ¡¿qué hacía aquí Mayo?! Nunca esperaba una visita suya, ni siquiera estaba bien presentable como para que él me viera. ¡Carajo, debo ir a cambiarme!

—Mi nombre es Mayo, y el porque estoy aquí es gracias a tu padre —respondió con un tono enojado.

—Genial, no sabía que a Timba le gustaba traer basura a la casa —habló Sparta, dándole una mirada de asco.

—Cálmate un poco, niño, que yo no estoy aquí para aguantar a malcriados como tú.

—Me da mucha pena, pero estas en propiedad privada, así que te toca soportar a malcriados como yo —indicó, acercándose a Mayo.

No sabía que pretendía hacer Sparta, pero es mejor prevenir que lamentar, así que de inmediato lo agarré. No quería que ninguno de ellos terminara con un golpe o algo parecido.

—Te pido disculpas Mayo —mencioné, mientras tapaba la boca de Sparta —, mi hermano a veces puede ser algo grosero con los invitados, por favor ¿puedes esperar aquí? Ya vuelvo.

Mayo asintió en respuesta. Llevé a Sparta a mi habitación y le dije que no protestara ni gritara, ya que no quería que Mayo pensara que lo estaba golpeando o maltratando.

—¡¿Qué mierda te pasa Sparta?!, ¿por qué lo insultas así?

—¿Por qué te importa? —preguntó, cruzándose de brazos.

—Claro que importa, es una falta de respeto insultar así a las personas.

—Él no es nadie, no es alguien que conozco lo que significa que no importa.

—Puede que tú no lo conozcas pero yo sí, así que tiene que respetarlo.

—Que él te guste no es excusa para que lo "respete", al fin y al cabo ustedes no son nada.

—Eres un idiota —mencioné, harto de escucharlo —, simplemente quédate en tu habitación y no salgas hasta que él se vaya.

—Como sea, pero igualmente saldré y si lo veo le diré sobre tus cosas de gay.

—¡Sparta, que no se te ocurra! Él no sabe que soy gay...y aún no es el momento para decirlo.

—¡Ooh, ya veo! —río, abriendo la puerta —, no quieres que él sepa que te gusta que te den por detrás.

—¡Cállate!, ¡te puede escuchar! —exclamé, nervioso.

—Como sea, nos vemos luego querido hermano —dijo, antes de irse.

Sparta no sería capaz de humillarme de esa manera, ¿verdad?

El chico del apartamento 188 [ Mayictor & Spartor ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora