Capítulo 1

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Fumando
Liriko wan

Fumando tanto que no tenía freno
Que fui llenando el pulmón de veneno
Y al mismo tiempo dejé de ser bueno
Que hasta me hice amante de lo ajeno
Fumé para olvidar, fumé para ser feliz
Fumé pa' no pensar en lo que me hacía sufrir.

-¿Y por qué se empezó a drogar? -la linda chica le preguntó extrañada a su vecino.

Un hombrecillo flaco y de estatura baja, con ropas viejas y edad media o al menos eso aparentaba.

-A mi me corrieron de mi casa a temprana edad, mi madre me echó por haber tomado, me maldijo y deseó mi muerte. Aún recuerdo las dolorosas palabras de mi madre; yo siendo tan solo un niño de 15 años, que llegó tomado después de haber probado el alcohol por primera vez, solo agarro y con rabia en su mirar y en su tono de voz; yo no quiero un maldito borracho en mi casa, suficiente tuve el con puto de tu padre que jamás te vio y fue un ojete conmigo, mejor tu padrastro nos a sacado adelante. Todo me lo gritó en la cara y llena de rabia, al yo pedirle que se calmara que solo había tomado unos tragos, enfureció más y sin pensarlo dos veces agarro mi ropa y comenzó a arrojarlas para la calle, ese día me echó de su vida y yo quedé en la calle, a las 3 de madrugada, con hambre, frío y sin un lugar a dónde llamar hogar.

-¿Así sin más lo echó de su casa, sin remordimiento?

-Esa vieja culera que va a sentir, no era la primera vez que me corría o me trataba mal, mi padre o mi padrastro siempre me defendió, pero tarde me di cuenta que él no era diferente a ella, por qué de igual manera la apoyó y me dejó aún lado solo por haber probado el alcohol.

-Me da mucha pena preguntar esto pero, ¿después qué pasó?

-Una señora que era santera me recibió en su casa, ahí conocí por primera vez "a la niña"( la santa muerte), en mi casa era ateos y nos regañaban si llegábamos a creer en algún tipo de dios o espíritu. La santa muerte es por quien ahora estoy aquí, vivito y coleando, si no fuera por ella y por el pacto que le hice yo habría muerto desde hace mucho. "Aún que tal vez hubiera sido lo mejor"

-¿Por qué dice eso? ¿Acaso lo que vivió fue tan malo como para desear su propia muerte?

-Lo que viví fue peor de lo que te imaginas, acorralado entre la vida y la muerte decidí matar por vivir y cuando no pude con tanta culpa me dejé llevar por las malas lenguas y volví a consumir aquello que te hace olvidar que te hace sentir mejor pero la culpa jamás acababa y cada vez era mayor y con eso la dosis aumentaba, con cada culpa, con cada arrepentimiento se terminó convirtiendo en una cadena viciosa de fumar para olvidar.

-¿Pero que hizo, que lo llevó a eso? -pregunta curiosa y con el misterio al borde.

-Después de un tiempo de vivir con esta señora decidí probar nuevos aires e ir me para mi barrio, pero antes de irme hice un pacto con la niña...

-¿Cuando dice la niña, se refiere a la santa muerte?

-Claro mija, a quien más.

-¿y qué tipo de pacto hizo?

-Como yo estaba muy preocupado y me moría de miedo por la idea de irme, haci que la señora al verme preocupada me pidio que consiguiera un gallo negro, algunas velas y demás cosas que ya no recuerdo y me dijo; que ella me ayudaría para ya no tener miedo.

-¿Y qué pasó después?

-La señora me dijo que esperara; que en la mera noche se hacía eso cuando las energías son más fuertes. Y yo preocupado le pregunte que como yo sabría cuando era el momento a lo cuál ella me respondió; que no me apurara, que ella me diría cuando fuera el momento, y así fue, a las mera 3:33 de la madrugada irrumpió en mi cuarto para avisar me ya era hora, para cuando me presenté enfrente de la niña, la señora ya tenía todo listo, las velas prendidas en puntos específicos fuera de dibujo en el suelo y de más cosas, me pidió que entrara y que me tranquilizara, después que con todo mi corazón le pidiera a la niña que me cuida, pero que jamás por ninguna razón le prometiera algo por qué si yo no era capaz de cumplirselo ella me lo compraría de la peor manera. Después de hacerme pronunciar varias palabras en ebreo y pedir mucho que me cuidara, ella tomó al gallo y procedió a limpiarme con él. Me hizo beber su sangre fue algo bastante alocado como tomó con firmeza al pobre animal que se encontraban todo atado, le desprendió la cabeza de un solo movimiento dejando escurrir la sangre en una bandeja que colo previamente en el suelo, al terminar de desangrar al animal me dió la bandeja y procedió a decirme que bebiera, que era una muerte por una vida, así que el no me dejaría morir, así que cuando por fin me mudé ella siempre me acompañaba a todas partes. Una de tantas veces que la vi, fue justamente cuando llegué al barrio, era de casi madrugada y en la oscuridad de la noche 3 sombras se asomaban, aprovecharon para seguirme, se muy bien que sus intenciones eran robarme aún que no tuvieron la más mínima oportunidad. De la nada una sombra blanca salió y el ambiente cambió por completo, una energía pesada envolvió mi presencia y de la nada ví irse corriendo en dirección opuesta a mi a los tres chicos, no lograba explicarme qué había pasado hasta que la vi por el rabillo del ojos, la santa medía casi 3 metros de altura la cual se postraba detrás de mí, cuidándome. Aquel día entendí que lo que había hecho la señora realmente había funcionado pero era una lástima por qué no fui inmune a todo.

-¿Inmune a todo? -el silencio se hizo presente y por un instante el hombre dudó seguir hablando pero solo fue por un instante, así que continuó.

-Agarre el vicio y me volví inestable, perdí mi trabajo, mi lugar donde vivía y el apoyo de las personas. Obligado por la situación dormía debajo de puentes donde me peleaba hasta por unos simples cartones para taparme del frío y un lugar donde acurrucarme para poder dormitar, ya que el hecho de tener un sueño profundo era una sentencia. Hubo una ocasión donde dormí arriba de un puente y "eso terminó muy mal" yo al no ver a nadie supuse que no estaba ocupado y que por fin podría tener una noche de sueño, grave error porque llegó un tipo mal encarado con las ropas sucia y peor de rotas que las mías a quererme echar de su lugar, en el forcejeo para no caerme lo termine tirando a él, solo escuché como su cuerpo impactó en el suelo y por lógica deduje que fue muerte instantánea, mi instinto de supervivencia me alertó para alejarme de aquel lugar ya que si llegaba la policía solo buscaría culpables y yo terminaría en la cárcel.

La chica solo observaba al hombrecillo con empatía, pues se veía que él contaba su fatídico pasado aún con amargura y triste. Pero qué más podría hacer que tan solo empatizar y brindarle compañía aún si está es escucharlo.

-Después de eso mi suerte cambió y lo que pensé que era mi salvación se convirtió en mi martirio puesto que después de haber corrido tanto choque con un señor de bigote ancho y ropas vaqueras, muy humilde el viejo. El me ofreció un trabajo en dónde me iría muy bien y solo tenía que hacer una cosa para entrar, eso era matar a una persona, medio nombre y dirección de la persona inclusive me dió una foto, al escuchar tal petición corrí alejándome de él mientras que en mi cabeza explotaba la idea de cómo yo mataría a alguien, ¡acaba de matar a una persona pero todo fue un accidente! Jamás fue mi intención que todo acabará de tal manera, acaso estaba loco el señor y más por su oferta, ya que me ofreció 300 mil pesos por ese trabajo, me imaginé que si me ofrecio tal cantidad solo para jugar con mi avaricia y verme caer en el intento.

-¿Así que volvió a matar?

-Me gustaría decir que así fue, pero nada más alejado de la realidad por qué en realidad maté a montones, a diestra y siniestra, sin temor.
Aunque antes de eso y con el vicio encima comencé a hacerme amante de lo ajeno.

-¿Amante de lo ajeno? - pregunta la muchacha extrañada.

-Robar, mija, robar.

-¿Y después de todo que hizo?

-Estuve robando alrededor de 5 meses, hasta que mi suerte cambió y caí en la cárcel. Me gustaría decir que diré tiempo ahí pero eso no pasó, el viejon me sacó de aquel lugar enseguida que entre, es más ni me procesaron, recuerdo que solo me dijeron que ya me podía ir, que alguien había pagado por mi. Y desde entonces lo que creía que era lo peor que me podría pasar en mi vida, era la gloria por qué entré al infierno.

Drogate más (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora