23

1K 160 5
                                    

Murphy:

Las aguas estan tranquilas el primer día o asi se siente durante el viaje, el cielo esta lleno de montañas de nubes y el sol reluce en todo el camino, los hombres de la tripulación me han dado el camarote solo para mi, incluso lo han hecho más amplio para que este a gusta y en cuando a ellos, dicen que  prefieren dormir afuera a la intemperie, aunque su respuesta es para estar atentos ante cualquier cambio brusco.

—Marquesa.—Me extienden un plato de comida.—Aqui tiene..

—Gracias.—Lo recibo y comienza a repartir hacia los demás, Kit aparece detrás de el recibiendo un plato y viene a colocarse a mi lado.

Estoy en la cubierta sentada junto a las bordas del lado izquierdo de esta.

—Hola..

—Hola.—Respondo y veo como se come de bocado la carne.

—Esta delicioso... ¿Qué es...

—Serpiente.—Contesto y el deja de comer, sonrio despacio.

—¿Lo que me mordió?

—Si, se como lo que se pueda en los bajos.—Contesto.—Tómalo como una venganza por tu mordedura.

—Lo hare porque esta delicioso.

Sonrio y también le doy un mordisco.



(***)



Los instrumentos toman protagonismo durante la noche, despues de todo somos de Solaría y aunque no son instrumentos que la reina permitiría que es estén en algún teatro de Solaría, los pueblos bajos se las arreglan para crear su propia música.

Asi sea en los altos o bajos, jamás hace falta música, arte o danza en Solaría.

Muevo el mentón al ritmo de la música y rio cuando comienzan a danzar alrededor, Kit se ha unido a ellos quienes entonan canciones de marinos en conjuntos, la canción continua hasta que acaban y empiezan a tocar otra y asi la siguiente, hasta que uno dice:

—Una canción más ligera para la marquesa.

Dejo de reír.

—No, no hace falta, disfruten.

Se niegan y comienzan a tocar una suave, Kit viene hacia mi y me extiende la mano.

—¿Me aceptas esta pieza, marquesita?

Lo observo con los ojos muy abiertos y acabo sonriendo.

—¿Sabes bailar, cartero?

Toma mi mano y me hace pararme.

—Averigüémoslo.

Me hace arrastrar los pies hasta el centro de la cubierta mientras los músicos tocan alrededor, Kit da un paso y luego dos hasta que...

Me pisa.

—Mierda, lo siento.

Ruedo los ojos y miro al que toca el violonchelo con muchos parches pegados por lo rota que esta.

—Una más rápida.

Ellos gritan emocionados.

—¡Ya oyeron a la marquesa!

—¡Una más rápida!

Kit se ríe cuando me vuelvo hacia el y comienzan a tocar una más rápida, y no me quedo atrás, alzo mi falda y comienzo a bailar con todos.



(***)



El ronquido de uno de los hombres acostados sobre la cubierta me hace girar, me rio y me vuelvo hacia Kit, somos los únicos dormidos a excepción de quien tiene el puesto de vigilante.

—Eso pasa por cenar tan tarde.—Comenta Kit y empujo su hombro, vuelve a reír y me mira.

—¿Qué?

—Hoy te vi reír mucho ... y hasta bailaste. 

—¿Tiene  algo de malo?

—No, es la primera vez que veo que lo haces tanto.

Ya veo...

—Deberías hacerlo más seguido.—Contesta.—Tal vez ahora.

Arqueo una ceja y veo como extiende su mano hacia mi para luego acercarse a mi.

—¿Qué hac-

—Shhh..—Me pide y acerca más nuestros cuerpos.

—Yo debería decir eso... todos estan dormidos en la cubierta y tu me estas toca...—Mis palabras son interrumpidas cuando uno de los hombres ronca.

Kit se ríe conmigo.

—Te dije...

Me besa.

Los labios de Kit van sobre los míos y mis manos se apoyan contra su torso, su beso me hace cerrar los ojos unos segundos despues, mientras los labios se mueven guiándome a una danza adictiva de lenguas, jadeo siguiéndole el beso y subo las manos atrayendo su boca más contra mi, jadeo y busco aire, queriendo más. 

Marquesita...

Vuelve a besarme y me sujeta de la cintura, nuestro segundo beso se vuelve más apasionado, la lengua me rosa como antes, pero es el ronquido lo que nos para.

Me rio juntando mi mejilla a la suya, lo dejo ir y me encamino hacia el camarote.

—¿Murphy?

Me giro hacia el y basta mi mirada para que me siga, entro al camarote y me vuelvo hacia el  cuando Kit ya ha cerrado la puerta.

Tengo tanto deseo recorriendo mi cuerpo que ya no temo mi siguiente movimiento y que el salga huyendo porque no lo hara, se que no será asi.

—¿Vas a cogerme esta noche, Kit?—Pregunto y la lujuria en sus ojos es lo que obtengo.

Sonrio y llevo las manos al cinturón dorado alrededor de mi cadera, me lo quito aflojando el vestido y luego subo las manos a las tiras de mis hombros, bajándolas también.

No hay palabras, solo viene hacia mi y su boca vuelve a estamparse contra la mía con tal violencia que me adelanta lo que esta noche nos espera a ambos.




Nos leemos el lunes

>>Yiemir.

Cartas de una Reina (#7 Amores en la realeza)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin