Capítulo 2: Jackie.

6 1 0
                                    

Jack Sparrow miraba de forma nerviosa su brújula.

Hace un tiempo, la imagen de Elizabeth y Turner comportándose como una linda pareja enamorada le hizo recordar algunos momentos de su vida. Lastimosamente, esta inoportuna persuasión (como a él le gustaba llamarle) le hizo perder el rumbo y ahora no tenía un rumbo fijo.

El capitán sabía que necesitaba alejarse de David Jones y todo lo que se asemejara a ello.

Sin embargo, su salvación ahora se encontraba en las manos de su amada.

Estuvo plantado firmemente en el timón durante toda la mañana, simulando que estaba yendo por el camino correcto o que realmente hacía algo. Y todos parecían creerle, excepto Gibbs.

–Mi capitán– Jack siguió mirando su brújula, ignorándolo –¿Está usted seguro de que realmente tenemos un rumbo? La tripulación está hambrienta y sedienta. – "Para algo está el mar" murmuró Jack. –El joven Turner también está desesperado, quizás deberíamos ir a consultarle a la Señorita Sparrow. – dijo Gibbs.

El capitán miró hacia el horizonte.

–Bien, iremos río arriba– el segundo a bordo lo miró emocionado y corrió a dar las órdenes.

–Allá voy, querida– Jack sonrió ante sus propias palabras y miró el mar, sabiendo que este lo escuchaba.

...

–¿De qué huye su capitán? – preguntó Will, sin perder de vista el destino y las muecas de Jack ante su insistencia.

El capitán se estremeció mientras fingía no escuchar a los dos hombres. Gibbs narraba la leyenda sobre una criatura horrible, controlada por un hombre igual de aterrador.

El Kraken.

–o Kraaken, así le decían los escandinavos, suena mejor– mencionó uno de los hombres en aquel bote, Pintel.

–Nosotros no somos escandinavos– se defendió el otro, Ragetti. –Además, es una criatura mitológica, yo le llamo como yo quiera – y con eso su discusión terminó, o eso parecía. De todas formas debían callarse, porque habían llegado a su destino.

Apenas pisaron tierra, un hombre borracho los recibió y comenzó a persuadirlos, hasta llevarlos a una "aterradora" cabaña, donde habitaba una de las brujas más poderosas de todo el mar.

–Y su hija– dijo con simpleza el borracho y se fue.

–Cuida el bote– le dijo Jack a alguien antes de entrar, y mientras caminaba escuchó como se pasaban la responsabilidad entre ellos, todos carcomidos por la curiosidad. "Metiches" pensó el Capitán.

Jack abrió la puerta, seguro de sí mismo, pues ya había estado allí antes. Aunque lo que vio no fue lo mismo que la vez pasada.

–Mi madre no está, si te encuentras borracho, saca de aquí tu sarnoso culo o te apuñalaré– comentó distraídamente una joven mientras jugueteaba con una reluciente navaja, señal de que no estaba bromeando.

–Culpable– dijo con gracia Jack, reconociendo a la joven en un instante.

–Capitán Jack Sparrow...un gusto volver a verle, señor– Will la miró extrañado y la tripulación parecía emocionada. La joven se había dado la vuelta y miró al hombre con una sonrisa burlona, reflejo de su padre.

–Sin formalidades, Jackie, se lo que pretendes con eso, maldita enana– Jack también tenía una sonrisa burlona, intentando esconder su irritación. La muchacha lo miró de forma divertida, caminando lentamente hacia él, con un contoneo que la hacía parecer más mayor.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 05, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Piratas del Caribe; La hija del CapitánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora