Despierta

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Sus ojos le dolían, lo ultimo que recordaba era acostarse plácidamente en su cama después de jugar un intenso partido contra la sub-20, fue un partido realmente intenso y lo único que quería era pasar unos días tranquilo después de esforzarse tanto para poder continuar evolucionando su juego en BLUE LOCK.

-¿Dónde estoy? -Escucho la voz de un chico con pelo rojo, cabellos revueltos, vestía una chaqueta algo elegante negra y unos pantalones del mismo color, sostenía su cabeza al parecer confundido, y ahí es donde se dio cuenta, no tenia ni idea de donde estaba. Ahora que se daba cuenta el frio suelo de madera en el que se encontraba le estaba molestando de lo incomodo que era. Ladeaba su cabeza de lado a lado buscando algún indicio de donde estaba, pero lo único que vio fue un techo de madera, paredes de madera, todo del mismo material...

*_*_*_*_*

El pelirrojo sostenía su cabeza fuertemente, lo ultimo que recordaba era... era...

-¡El restaurante! -Soma se apresuro a la puerta que estaba frente a el, sin percatarse que habían dos chicos al lado de el y que se despertó en medio de lo que parecía ser una sala de una tranquila cabaña. 

-Se supone que hoy por fin heredaría el restaurante, al fin conseguí mi sueño, ahora solo tengo que volv... -No pudo terminar sus palabras cuando abrió la puerta del lugar y en vez de encontrarse con la hermosa nieve blanca lo que vio fue un frondoso bosque que al parecer no tenia fin.

Su expresión era muy difícil de describir, un tono preocupado se hacia notar acompañado de un leve rastro de miedo y resignación. Fue entonces cuando decidió voltear de medio lado y pudo ver a un chico con una camisa de futbol, cabello azul que con la luz entrante parecía negro, le iba a gritar que donde estaba cuando se percato de su expresión, confusión total, lo único que se podía ver en el.

Los dos se quedaron mirando el una al otro unos segundo, al parecer intentando comunicarse a través de la mirada, intentando adivinar que podría estar pasando, no había mucho que decir, ambos sabían que ninguno tenia idea de lo que estaba pasando y que estaban en la misma situación, que no tenían ni idea de que hacer o como reaccionar. ¿Quién los podría culpar?, ¿Qué harías en esa situación?

Antes de que alguno abriera la boca escucharon un leve quejido de dolor al lado del chico peli azul, los dos se sobresaltaron un poco, es increíble que no lo hayan notado, aunque todas las dudas que tenían se despejaron de su cabeza al darse cuenta de lo lastimado que estaba el recién descubierto,  ninguno le presto atención al raro vestuario que llevaba, un haori con estampado negro y verde a cuadros, acompañado de un raro uniforme debajo de esto, aretes rectangulares se hacían ver en sus orejas y un cabello burdeo sumamente raro, tampoco le prestaron atención a la espada que estaba colgando en su cintura o a la extraña cicatriz en su frente, después de todo, realmente estaba sangrando mucho y no tenían tiempo de preguntas.

Los dos rápidamente se acercaron a el viendo su estado olvidándose por completo de ellos mismos, lo levantaron entre ambos sin decir una palabra y entraron a una habitación que gracias a Dios tenia una cama, lo acostaron y como pudieron curaron sus heridas con elementos que había en la cabaña. Botiquines, vendas, medicamentos, una cocina, habitaciones, baños, era como una casa normal pero al parecer solo estaban ellos tres y nadie mas.

Después de cuidar al chico y darle primeros auxilios, o al menos los que pudieron, se sentaron al borde de la cama y miraron el piso, sin saber que hacer, decir o hablar.

*_*_*_*_*

-Si, soy un excelente cocinero, me encantaría prepararte algo alguna vez -Escucho una voz muy animada pero triste al mismo tiempo, ¿Acaso era siquiera posible?

-Y a mi me encantaría verte amigo -Se escucho una respuesta con el mismo tono.

Ninguna de las dos voces las había escuchado antes, la curiosidad le gano y decidió abrir los ojos, incluso con el esfuerzo que abrir sus parpados traería consigo.

-¡Oye! Despertaste, me alegra que estés bien -Hablo un chico con gusto, aunque su cara no estaba muy feliz.

-Si amigo, creímos que te habías ido -Hablo la otra persona, sentada en una silla al lado de la cama en la que se encontraba.

-Y-yo, me siento, confundido, ¿Quiénes son?, ¿Dónde estoy?, donde esta mi... ¡Nezuko! -Grito el chico y procedió a saltar de la cama, sorprendiendo a los otros dos que se encontraban sorprendidos al ver al chico supuestamente lastimado moverse así de ágil. Aunque esa sorpresa no duro mucho, pues tan pronto como dio dos pasos se desplomo en el piso haciendo un sonido doloroso, ocasionando que los otros dos hicieran una mueca de dolor y fueran a ayudarlo rápidamente, volviéndolo a colocar en la cama.

-Wow amigo, espera un segundo, no puedes hacer esas acciones tan imprudentes estando lastimado, además, hay algo que... debemos decirte. -Dijo el chico con chaqueta.

-Miren -Dijo el cazador- Agradezco su ayuda, en serio, pero mi hermana acaba de tocar el sol, yo, caí desmayado por el combate, pero juro que todavía puedo ponerme en pie, solo, déjenme ver a Mitsuri.

-Espera, espera un segundo, no se de que estas hablando, solo, como te lo explico, déjanos mostrarte algo -Dijo el otro adolescente.

Tanjiro estaba apunto de protestar que no tenia tiempo cuando, sin previo aviso, el dúo lo cargo de un hombro cada uno y lo llevaron a la puerta. El chico volteaba su cabeza de un lado para otro, esto no parecía tener la misma arquitectura que las casas de la aldea de los herreros, aparte de que las dos personas que lo cargaban llevaban ropas extrañas, pero por el momento ignoro todo eso y se encamino a la puerta, esperando ver a su hermana lo mas pronto posible, pero jamás se espero que al abrir la entrada principal vería un bosque espeso y que para nada era su localización anterior, aparte había un olor distinto, y, lo mas importante, no podía percibir ningún tipo de rastro de demonio.

-¿Do-donde estamos? ¿Por qué me trajeron aquí? -Dijo el pelirrojo en una voz muy suave, casi parecía un susurro destrozado.

-Lo lamentamos amigo, pero nosotros tampoco sabemos.

-Lo único que nos encontramos al despertar en esta choza fue esta nota -Dijo el jugador de futbol con una nota en la mano- todavía no la hemos abierto ya que pensamos que tu estarías en la misma situación que nosotros, así que tampoco la hemos leído.

-Bueno, de todos modos, podremos irnos de aquí cuando queramos, lo único que nos impidió irnos a nuestros hogares es tu estado de salud.

-Vaya, no puedo describir con palabras cuanto se los agradezco, en verdad.

-Sin problema, creo que deberíamos regresar a la sala por algo de tomar y leer esta carta del gracioso que hizo esto.

Y así, los tres adolescentes en la cabaña se sirvieron un poco de jugo que encontraron en la nevera (sin preocuparse de quien era) y se sentaron en la sala para tan pronto como terminen de leer se llevarían al herido al hospital y que cada uno regrese a donde pertenece.

Claro, esos planes iban a cambiar muy pronto...



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⏰ Last updated: Nov 06, 2023 ⏰

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Nobles corazones.Where stories live. Discover now