El verdadero amor perdona

¿Que ah estado pasando?

Pov. Sarita

Estaba en un estado constante de nervios, primero con la desaparición de Jimena, de quien aún seguían esperando noticias, y ahora con la confesión de Norma de haber tenido relaciones con Juan, sentía que la cabeza le iba a explotar en cualquier momento.

Se decidió a salir a tomar un poco de aire y empezó a fantasear con la conversación que tuvo esa misma tarde con franco.

-Sabe, nunca la había visto sonreír, debería hacerlo más seguido, se ve muy bonita.

Se sentó en un banco afuera de la casa.

Cerró los ojos y se imaginó que le hubiera contestado si no los hubiesen interrumpido.

Luego recordó como la insultó, diciéndole de forma indirecta que no era tan linda como sus hermanas, y le tocó aguantarse las ganas de llorar.

-¿No puede conciliar el sueño?

Dios, es que acaso lo había atraído con el pensamiento.

-¿Qué hace usted todavía por acá?

Contestó bruscamente y mirándolo molesta.

-No queríamos irnos por si, se sabía algo del paradero de nuestros hermanos, y doña Gabriela nos permitió quedarnos en el cuartucho de herramientas.

se relajo.

-Disculpeme yo.... Estoy muy preocupada por Jimena, no quise responderle de forma grosera.

-¿Le molesta si me siento?

Trató de no mostrarse nerviosa y le hizo una seña para que tomara asiento a su lado, cuando lo hizo ella se reacomodo en su asiento, alejándose un poco de él.

-¿Esta muy linda la noche no cree? Me tranquiliza pensar que en donde quiera que Oscar y Jimena se encuentren, están bajo el mismo cielo que nosotros.

Sarita ante esto sonrió para su adentros.

-Ah nos salió poeta además, todo un romántico, seguro es eso lo que tiene tan idiotizada a Jimena.

Franco rodó los ojos.

-¿Podríamos por una vez hablar de algo que no sea Jimena?

-A ver dígame Franco y ¿de que podríamos hablar usted y yo si no es de eso? Sólo intento comprender, ¿qué es lo que les hicieron a mis hermanas? Por que si escuchara como habla Norma de Juan, dios es como si la hubieran hechizado.

-No es ningún hechizo, se llama estar enamorado señorita, y cuando experimente eso comprenderá que lo que sea que estén haciendo Juan y Norma, no tiene nada de malo.

La duda la estaba matando, además no estaba segura si quería saber o no la respuesta.

-¿Y usted? ¿Lo ha estado?, quiero decir, ¿enamorado?

La pregunta lo dejó claramente pensativo, podía notar como sus ojos evitaban los de ella, y en algún punto su mirada se notaba perdida, como recordando algo.

-Creo que sí, lo estuve.

-¿De mi hermana?

Franco se le quedó mirando fijo, como debatiéndose si responder o no, volvió su mirada al frente y no contestó más.

-Eso es un claro no, si no la quiere, entonces ¿qué es lo que pretende?

-Yo.... No lo sé, pero le puedo asegurar que apenas Jimena aparezca, aclarare las cosas con ella.

No se dijeron nada más por un buen rato, no era incómodo, de hecho le daba algo de paz sentirse acompañada, aunque fuese en silencio. Escucho como rebuscaba algo en los bolsillos de su pantalón.