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Pasaron 5 días y durante ese tiempo hubo mucha incomodidad entre las dos. Aunque era evidente porque trabajan juntas y no pueden evitar cruzarse o mirarse de alguna forma, ambas fueron muy profesionales. Mantuvieron el acuerdo y respetaron incluso la distancia. Freen estaba en la oficina hablando con Nam y Noey, esta última una vieja amiga desde la preparatoria, simpática y muy guapa físicamente. Tenía el cabello corto y vestía muy bien, con cierto estilo "masculino". Entre las tres finalmente formaron un grupo muy unido desde entonces.

Freen sintió sonar el teléfono fijo de la oficina y lo levantó.

Becky: -Señorita Sarocha, estaré ahí en unos minutos. Tengo todo listo y le daré la información correspondiente. Además, tengo algo importante de qué hablar con usted.

Freen inconscientemente soltó una sonrisa, sus mejillas se enrojecieron y sintió un nudo en la garganta.

Freen: -Claro, aquí te espero, Rebecca. No tardes. Adiós. Colgó.

Sus amigas susurraban entre sí.

Noey: -Juro que por un momento no creí nada de lo que habías dicho, pero ahora viéndolo... tienes razón, y no dudo de lo otro.

Nam: -Nunca me crees, Noey. Podrían asaltarme y no me creerías. Frunció el ceño por el descontento.

Freen miraba a la puerta para ver el momento en que apareciera Rebecca.

Noey movió sus manos frente a ella.- Eyyy, planeta tierra. Haciendo a Freen reaccionar.

Noey: -Con tantas ansias la esperas.

Freen: -¿De qué hablas? No la espero a ella, espero su información y los documentos.

Noey: -Ya, y yo voy sonriendo de oreja a oreja por la vida cada vez que mi secretaria me llama para llenarme de papeles.

Freen: -Estarás alucinando. ¿Qué hongo alucinógeno te tragaste? Porque yo no he sonreído en ningún momento. Al contrario, tienes razón, estoy muy, muy cansada y enojada porque va a llenarme de papeles.

Asintió intentando mostrar un semblante imperturbable, aunque trató de engañarles, no pudo evitar experimentar emociones como alegría, tranquilidad, paz, satisfacción y seguridad. Si había alguien a quien no podía engañar, era a sí misma.

Noey: Ja ja ja. Rió de forma fingida. 
La puerta sonó con rapidez, indicando que las cosas no iban bien. Freen percibió la tensión en sus músculos y una presión en el pecho. Permitió que Yha, una empleada y amiga de Becky, entrara.

Yha: Señora Freen, Rebecca acaba de desmayarse.
Freen no esperó y salió de la oficina. No  pudo esperar ni el ascensor y bajó las escaleras sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo. Al llegar, vio el alboroto en el personal, intentando ayudar a Becky.

Freen: ¿QUÉ ESPERAN PARA LLAMAR A UNA AMBULANCIA o LLEVARLA A UN CENTRO MÉDICO? exclamó. Tomó a Becky en brazos y la llevó a su auto, partiendo rápidamente. Al minuto después, Becky recobró la conciencia, pero estaba desorientada.

Becky: ¿Qué pasó? ¿Por qué estoy tan mareada? Dijo con agitación.

Freen: Te desmayaste. Ahora vamos a la clínica.

Becky negó. -No puedo ir a la clínica, vamos al hospital público, por favor. No puedo pagarme una clínica, solo lo hago si Richie se enferma.

Freen: -No lo vas a pagar tú, lo haré yo y seguirás todas las indicaciones.

Becky resoplando y tratando de recuperarse le miró con asombro mientras abría los ojos y la boca un poco, y sus cejas se levantaron.

Becky: -No tiene por qué hacerlo, no permito que lo haga señorita Freen, no es correcto.

El contrato del corazón (FreenBecky)Where stories live. Discover now