Jungkook se encontraba esperando
sentado en el mullido sofá color
beige de su sala con sus piernas
cruzadas a que su mejor amigo
Hoseok llegase por él, le había dicho
que llegaria a su casa a las 6 de la
tarde y ya faltaba menos de media
hora, así que aprovechó para
mandarle algunos mensajes a otra
de sus mejores amigas.
Hoy era el cumpleaños de Jungkook,
y le había pedido permiso a su madre
para poder ir a visitar a Haneul, una
chica castaña de ojos verdes, muy
bonita a decir verdad, que había
conocido a principios de curso en
la preparatoria y se había vuelto
muy cercana a él, pero la ojiverde
se tuvo que mudar hace un par de
meses a los Leeds y ya no se podían
ver tan seguido como antes.
Haneul lo había invitado junto a
Hoseok para ir a su casa y celebrar
que el tierno chico castaño ya había
cumplido la mayoría de edad y que
podían salir a algún especie de bar
cerca de la zona.
El ojiverde había aceptado apenas
la chica le había propuesto
eso y fue directo con su madre
para pedirle su permiso, claro,
omitiendo lo de ir a algún bar,
quien al principio se había negado
ya que su amiga vivía en aquel
lugar que estaba a 3 horas en auto
desde Londres, pero después con
unos pucheros por parte del castaño,
y unas cuantas súplicas, su madre
había aceptado.
Él había pedido permiso primero
a su madre, ya que, sabía que si
ella le daba permiso primero, su
padre aceptaría lo que su esposa
decidiera, y Jungkook con el permiso
de ambos para irse con sus amigos
se encontraba muy alegre.
El castaño iba vistiendo unos skinny
jeans color negros, con un suéter de
color azul pálido y unos converse
del mismo color que sus pantalones
que se ajustaban perfectamente
a sus torneadas y largas piernas y
que envolvían su respingón trasero
a la perfección.
-Jungkook, cariño. ¿A qué hora
vas a llegar mañana?- preguntó
su madre, saliendo de la cocina
observando a su, ya no tan,
pequeño hijo.
-Durante la tarde, Mami- le
respondió. -Hoseok dijo que él me
vendría a dejar- sonrió en grande,
mostrando los bonitos hoyuelos
que se le formaban a los lados de
sus mejillas despegando la vista
de su celular para poder ver a su
madre.
-De acuerdo, cariño– asintió la
mujer. -Me llamas cuando llegues
allá, quiero que me mantengas al
tanto de tu situación y si necesitas
que vaya por ti, iré enseguida-
pidió comprensiva.
-Claro, Mami, prometo portarme
bien, no haré nada indebido y
te avisaré de cualquier cosa que
suceda- dijo con su angelical
rostro tratando de venderle a su
madre la barata idea de que no
rompía ni un plato cuando él sabía
perfectamente que era todo lo
contrario.
Jungkook era un muy buen
estudiante con excelentes notas
y con una intachable conducta
ante sus profesores, muy amable
ante sus vecinos y a sus familiares,
quienes no conocían bien a Jungkook podían afirmar que era cómo una
especie de inocente angelito de mami,
cuando la realidad era otra, Jungkook
era todo menos inocente, los
fetiches y acciones que lo seguían
no tenían absolutamente nada que
ver con aquella palabra.
A Jungkook le gustaba mucho disfrutar
de su vida sexual, le gustaba mucho
ser quien recibía a la hora de tener
sexo, pero lo que le gustaba no
era simple sexo, a él le gustaba
que lo ahorcaran, le encantaba
la sensación de algunas manos
grandes y fuertes de algún hombre
a quien denomine "daddy" en la
blanquecina piel de su cuello
mientras ejercían un poco de
presión impidiendo que el aire
llegase con más facilidad a sus
pulmones.
Le gustaba que le dieran nalgadas,
sentir el escozor y el leve dolor
de un golpe en sus glúteos que
lo hiciera gemir fuerte y claro, lo
hacían delirar por la excitación que
le causaba, y ni hablar de lo mucho
que amaba las marcas de tonos
rojos y violetas que quedaban
después en su piel, siendo estás
marcas, el centro de atención
y las pruebas de lo mucho que
disfrutaba que lo follaran fuerte.
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by me daddy › jikook
FanfictionJimin, un famoso empresario británico que busca agregarle una pizca de diversión a su monótona vida llena de contratos, reuniones y viajes de negocios, así que una noche decide ir a un bar a las afueras de Londres junto a uno de sus amigos, sin espe...
