Capitulo 33|

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Sebastián.

Salgo de la pista de baile dejando a Amelie en ella, la enana lleva meses con una vaina rara con el italiano y no ha hablado mucho conmigo al respecto.

Es obvio, solo un ciego no lo hubiera visto.

Un jalón en mi mano me hizo mirar al carajito al lado mío.

Uno de mis sobrinos miraba la pista con del ceño fruncido.

Darek señaló a su madre y preguntó -¿Y ellos qué?

-¿Que de qué?

Darek era un amargado de primera, no hablaba mucha gente, conmigo era un poco más relajado, talvez sea porque yo no le paraba bolas, ese muchachito parecía haber nacido arrecho con la vida pero era un coquito y el que más cosas había aprendido de mí.

(Paraba bola: prestar atención
Coquito: forma coloquial de decir que es muy inteligente)

-Me vas a preguntar a mí.

-Miralos-señaló a los tortolitos-¿Son novios?

-Ay verga, me viste cara de que ¿Enciclopedia?. Yo que voy a saber, anda y le preguntais a mayuya.

-¿Mayuya?

-La madre tuya.

-¿Se supones que eres un abogado respetado de veinticinco años de edad?-dijo una voz que reconozco muy bien detrás de mí.

-Callate, Vic -gruñi ante el jalón de pelo.

-Reacciona estúpido, deja de andar de infantil y envidioso, ve por Ashley y habla con ella-Sutil, (nótese el sarcasmo)

-¿Y que te hace pensar que tengo envidia?

-No has dejado de mirar a Amelie y Mikael desde que comenzaron a bailar.

-Solo quiero saber que se traen.

-No, lento, quieres poder ser tan sincero como él.

-Yo soy sincero.

-¿Si?, a ver, ¿Porque le dijiste a Ashley que te habías acostado con otra cuando solo tienes ojos para ella?-pregunto con los brazos cruzados.

-Yo no...-intente defenderme pero no me dejo.

-A la otra con ese cuento. Ve y búscala.

-No voy a dejar sola a Amelie, tal vez me necesite-Mi sobreproteccion aumentaba en este tipo de eventos o las salidas y ella lo sabía.

-Algo me dice que ella no te necesita, Sebastián. No ahora, está aprendiendo y está sanando, a paso cortos y muy lentos pero lo está haciendo-Sabia eso, llevaba años siguiendo su progreso de cerca.

Ya no tenía tantas pesadillas como antes, ya era capaz de salir sola, ya no se resistía al contacto físico y otros avances que solo quienes estuvieron con ella pueden notar.

-Se que está sanando solo quiero estar para ella.

-Has hecho mucho por ella, has estado para ella, pero es hora de entender que te toca dejarla ir, ella puede seguir el camino desde aquí ya es lo suficientemente fuerte para ello, lo quieres admitir pero luego de lo que paso tuviste que haber buscar ayuda y no lo hiciste, hazlo antes de que sea demasiado tarde-dio la vuelta y se fue dejándome solo-o eso creí-y pensativo.

-Prefiero los sermones de mamá-la voz del carajito me sobresaltó

-¡Coño!-me lleve una mano al pecho ante el fuerte latido que doy por tremendo susto- ¿Sigues ahí?

-no me he movido, tio.

-Para tener cuatro años eres escurridizo y metio'.

-Tengo siete.

𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐞𝐥 𝐜𝐢𝐞𝐥𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐫𝐞𝐥𝐥𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora