28 - Bienvenida a la fiesta

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Su mente seguía girando en una inestable espiral debido a lo sucedido eldía anterior. Sentimientos entremezclados en su interior hacían que sintieracomo si su estómago hubiera desaparecido y solo un vacío ocupara su lugar,impidiéndole comer adecuadamente su desayuno. Confirmar que el conde era elresponsable de que hubiera estado dormida durante tantos años, matándolalentamente. Enterarse de que tenía enemigos desconocidos en la mansión. Servilmente mancillada por Ellies y por último ese recuerdo, que había sidoparticularmente horrible. Pudo sentir el dolor que la verdadera Aylahexperimentó ese día, mientras él destruía a un ser preciado frente a sus ojos.

Este hombre, incluso desde su infancia era un ser malvado y sin escrúpulos. Su obsesión por ella era más profunda y más antigua de lo que imaginaba. Ahora que la tenía a su merced, en un ambiente donde podía mantenerla bajo control, mostraba su verdadera naturaleza y era cada vez más atrevido. Tembló solo de pensar en el momento en que finalmente su locura fuera saciada tomando su castidad por la fuerza. Tal vez ni siquiera eso fuera suficiente. Sin darse cuenta comenzó a morder la uña de su pulgar de manera nerviosa mientras Bethel iba de un lado a otro preparándolo todo para el evento de hoy.

Ni siquiera el hecho de haber logrado su objetivo al mostrarle al marqués que podía caminar calmaba su ansiedad. Contaba con que el rumor se esparciera rápidamente en las altas esferas de la sociedad. Después de todo ella era nada más y nada menos que la princesa heredera, así que esperaba que cualquier información sobre ella fuera lo suficientemente interesante como para que todos la codiciaran. Al no recibir visita alguna del exterior y ver lo fuertemente que estaba custodiada la propiedad de la mansión, calculó que todo esto no era por su protección. Más bien todo lo contrario, ella era una prisionera dentro de una lujosa jaula.

Con lo que había hecho, el control del conde sobre ella comenzaba a temblar levemente. Con esto era más que suficiente, al menos por ahora. Aún así la había sorprendido que lo que había hecho diera resultados tan rápidamente. Por una parte resultaba perfecto, podría presumir de sus avances y ver hasta donde debía mantener su actuación. De esta reunión social podía depender su futura salida de la propiedad, así que debía prestar especial atención a cada detalle y a cada invitado. Pero por otro lado, cualquier error que cometiera podría ser fatal.

La mañana fue totalmente ajetreada, llena de preparativos para su presencia en la fiesta de té, después de todo iba a ser el personaje principal el día de hoy. Tenía que sobresalir, llamar la atención de los invitados y al mismo tiempo mostrarse inocente, dulce, pero segura de sí misma. Como si leyera sus pensamientos, Bethel había preparado un vestido blanco con encaje rosa pálido en el cuello y los hombros. Aunque sencillo, la delicada tela indicaba su lujosa manufactura y la cinta que se ajustaba a su cintura tenía hermosas flores bordadas con hilo dorado. El conjunto lo completaba un sombrero adornado con lazos blancos y un par de adorables coletas atadas con cintas rosas a juego.

Un horrible remolino de sentimientos atormentaba su cabeza amenazando su cordura. Aunque sabía que debía cuidar su comportamiento, mostrándose calmada y perfecta, su pecho dolía como si una sed de destrucción que jamás había sentido antes fuera a salir de su interior en cualquier momento. Respiró profundo cuando llego a la entrada de la mansión tratando de calmar el fuego que ardía en su cuerpo, haciendo que incluso bajo la fresca brisa de otoño sintiera un calor abrasador.

Recién había llegado a la entrada de la mansión, cuando una inesperada escolta hizo que su incomodidad aumentara de nivel. Ellies, estaba allí mirándola sin poder ocultar la avidez en su cara. Extendió su mano, invitándola a que la tomara. Para Aylah esto no era ni siquiera una opción, era definitivamente comenzar con el pie izquierdo. Lo miró de manera rebelde sin moverse de su sitio, no iba a permitir que la tocara, estaban afuera y él no podría hacerle nada justo en la entrada de la mansión donde estaban expuestos a cualquier mirada.

Destinada a renacer #cdl2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora