CAPITULO 05 ✓

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SALVATORE.

Sorprendente, miro a Daniel intrigado. Ha estado muy callado desde que salimos de esa casa; el camino ha sido lento y calmado, cosa que rara vez sucede.

Lo último que dijo su asistente antes de salir de aquella casa fue:

—La próxima vez dile a Daniel que me llame, ya tiene mi número. Nos vemos en otra ocasión.

Cuando se dio la vuelta, Daniel solo cerró la puerta. Veinte minutos después, hizo una llamada; después de colgar, se quedó inmóvil mirando la ventana con una sonrisa en su rostro.

—Daniel —llamo su atención—, llama al jefe de seguridad para que prepare los cuatro escuadrones y que mantenga al quinto en reserva.

—Entendido.

Asiente y llama. Un brillo peligroso atraviesa sus ojos; corta la llamada y me mira directo a los ojos, escaneando mi cara. Sus ojos demuestran inquietud, algo absorto en sí mismo, sonríe de una manera algo extraña.

—Hay algo en la casa para ti; se le fue entregado a mamá Ruth directamente.

—De acuerdo, sea lo que sea, necesito los escuadrones listos en caso de que llegue la hora de ir por el bastardo.

—No lo dudes.

El camino se hace corto entre pensamientos. Las grandes rejas metálicas se abren; las noticias llegan a medida que bajo del vehículo.

—Capo, esto lo trajeron antes de que usted llegara —dice y me entrega un porta planos.

—¿Quién lo trajo? —le digo abriendo el porta planos y saco lo que está en su interior.

—Uno de los hombres de Edgardo Montenegro. Alguien lo mandó; la camioneta en que venía era robada de la Interpol. El hacker rastreó la placa y dio con que Edgardo es alguien influyente en dicha organización.

No me sorprende. Daniel llega a mi lado sudoroso y levemente agitado; el olor que desprende no es muy agradable. A sus espaldas se escucha un ruido fastidioso.

—Mamá Ruth recibió el porta planos, lo revisó y las noticias que hay no creo que sean muy buenas.

—El plano contiene puntos estratégicos para atacar en puntos precisos —paso mi mirada sobre el hombro de Daniel.

—El que hizo este plano sabe cómo entrar y salir sin sufrir ningún riesgo de muertes; eso nos lleva a que quien lo hizo es alguien interno en la organización de Edgardo.

—Así es, y todo indica que te quieren llevar a un ataque asegurado sin sufrir bajas. Tienes que tener cuidado; nadie pasa por donde no está marcando el plano. Sigan cada línea trazada en él; no se dejen llevar por lo que otros les digan. Y esto venía en el porta planos: son los horarios del cambio de guardia —un sutil secreto se esconde en la mirada que me dedica.

—¿Otra cosa, mamá Ruth?

—La esposa de Edgardo solo habla dos idiomas: danés e inglés —levanto una ceja en su dirección pero ya se dio la vuelta para irse.

—Tengo una estrategia para entrar, pero llevará un tiempo acomodar los escuadrones.

—Te escucho —empieza a hablar; su idea es buena pero el sol se empieza a ocultar y las horas están contadas.

Los gritos empiezan una vez que terminamos de acordar la ruta y el plan de ataque; un sonido irritante en mis oídos: se escucha un pitido ensordecedor. Después de que Daniel da las órdenes, se escucha el "sí" por parte de todos; están en fila por escuadrón. En cada escuadrón hay un ex militar con honores; en total son seis.

El Lado Oscuro De La Mafia [ BORRADOR] ✓Où les histoires vivent. Découvrez maintenant