No es tu culpa

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–¿Recuerdas cuando me compraste un regalo de despedida por mi servicio militar?

–Sí.

– Cuando regresé, estabas tan emocionado diciendo que el tiempo pasó muy rápido y, cuando fuera tu turno, sería igual. ¿Lo recuerdas?

–Lo recuerdo– Jongin se volteó sobre la cama y le dio la espalda a su pareja. Era evidente que no tenía mucho ánimo para hablar.

–El tiempo pasa rápido, especialmente si estás ocupado. Tendrás mucho que hacer y el día no será suficiente. Además, tú no tienes que hacer el servicio militar activo... vas a poder regresar a casa cada día... ¿no es esa una ventaja maravillosa?

–Sí, lo es– respondió con desanimo el muchacho y no volvió a hacer ni un gesto.

Kyungsoo suspiró e intentó ser paciente. Su pareja estaba pasando por un momento realmente duro. Como su trabajo le había ayudado a organizar su entrada al servicio militar, no pudo ser capaz de controlar la situación. Eso lo martirizaba. Todos los trámites relacionados con su

Su trabajo le había ayudado a organizar su entrada al servicio militar. Por eso, todos los trámites relacionados con ese tema tenía que discutirlos siempre con sus jefes inmediatos. Hasta el momento, habían alargado un poco su salida porque el muchacho estaba dirigiendo un proyecto muy importante.

El mismo día que se habían aprobado todos los trámites necesarios para que el muchacho fuera como representante de la empresa a presentar los resultados del proyecto en una gira por Europa con todo pagado, la notificación de que tenía que presentarse inmediatamente en el servicio militar. El sufrimiento de enterarse que otra persona se haría cargo de la exposición y de la promoción de su arduo trabajo fue demasiado para Jongin.

Y, encima, cuando se hizo los exámenes médicos que demostraban que su vista, su rodilla y su espalda no le permitían hacer el servicio activo, el chico entró en una temporada depresiva que estaba preocupando de sobremanera a Kyungsoo. ¿Cómo hacerle entender que nada de eso era su culpa? ¿Cómo hacerle entender que esa mala coincidencia no le iba a quitar en lo más mínimo ningún mérito? Sus jefes estaban tan o más preocupados que él por la situación. La solicitud de su casi inmediata entrada al ejército había sido una mala notica para todos. Pero para Jongin, el impacto era aún más grande. Era él quien se había trasnochado trabajando en largas jornadas para cumplir sus propias expectativas. Había prometido que después de completarlo todo se daría unas merecidas vacaciones. El servicio militar obligatorio le estaba robando el mérito de su grandísimo esfuerzo. Y no era justo.

Kyungsoo lo sabía, él más que otra persona había visto el empeño y el trabajo tan duro que su pareja había hecho para conseguir que su proyecto fuera tan grande e importante, y se lo iba a perder. Se sentía frustrado e impotente, pero al mismo tiempo eso no le alejaba de un problema más grande: ayudarle a sobreponerse y a no culparse por algo que, en un principio, jamás había sido su culpa. No fue un irresponsable, sólo tuvo la mala fortuna de estar dentro del grupo de personas que ya no tenían la oportunidad de seguir extendiendo sus permisos. Jongin estaba más que dispuesto a cumplir con sus responsabilidades, el único problema era que esas responsabilidades estaban interviniendo con su vida.

Con mucho cuidado, el mayor de los dos entró a la habitación con un poco de chocolate caliente. Tal vez la compañía le haría un poco bien. Jongin permanecía recostado sobre la cama que compartían. Parecía dormido. Kyungsoo dejó las cosas a un lado y se sentó sobre el colchón. Tendría que irse al entrenamiento básico. Debía cortarse el cabello y dejar su casa. Luego, tendría que ir a una oficina pública a trabajar, lejos del ambiente al que estaba acostumbrado. Duraría más de lo normal por no pertenecer al servicio activo. Podía regresar a casa, pero no ser parte de los proyectos en los que había trabajado tanto tiempo.

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