22

396 90 57
                                    















La respiración acompasada de Seungmin y el silencio de la habitación estaban convirtiendose en el nuevo miedo de Jisung, una tortura silenciosa y pacifica que acabaría con su cordura tarde o temprano, necesitaba ver ese rostro iluminado una vez más, tomando la mano de su doncel y arrodillado a un costado de la cama elevaba plegarias a la Diosa Luna y el sabio viejo lobo, a todas las deidades de la tierra, para que abogaran por la vida de su omega en el juicio de su alma.

“Por favor, no se lo lleven, por favor, por favor, no me lo quiten”.

Pero al abrir los ojos, ese maligno rostro hermoso seguía apagado, dormido. Sin poder soportarlo más, se levantó del piso de madera y tomando su cinturón de armas, salió de la habitación, su aspecto actual no se comparaba con la imagen del orgulloso heredero consorte, el omega guerrero con sangre noble de la manada Bang, pero no podían culparlo por verse cansado y preocupado, lo está.

Bajó hasta la cocina donde las sirvientas le atendieron dándole pan y leche, tomó té de manzanilla para recuperar un poco de su energía y se lavó la cara con ayuda de las doncellas, ella estuvieron tratando de animarlo diciéndole lo atractivo que es, pero Jisung no se sentía atractivo en este momento. Con un mejor aspecto se dirigió al frente de la casa Lee, subió a la torre de vigilancia a su derecha que marca los límites de la gran fortaleza de la familia principal de la manada, saludó al guerrero de turno y le pidió permiso para usar el mirador, el guerrero le cedió su lugar sin inconveniente.

El omega consorte ajustó el mirador de modo que alcanzara los campos de entrenamiento, no podría estar pendiente en todo momento, pero si podía hacer observaciones que ayuden a mejorar el entrenamiento, lo haría, no ganaba nada pasando el día encerrado con Seungmin, eso no haría que su doncel despertara.

—¿Puedes hacerme un favor? —le dijo al guerrero vigilante, este asintió de inmediato, —traeme papel, pluma y tinta por favor, pídaselo al maestro sanador.

El guerrero acató su petición, a los pocos minutos regresó con lo pedido, Jisung tomó el papel, la pluma y la tinta dejándolos sobre la tabla donde se encuentra fijado el mirador, observó atentamente los entrenamientos, primero los del grupo avanzado y después los del grupo novato, hizo algunas anotaciones y asintió para sí mismo cuando se sintió satisfecho con sus consejos. Dió un último vistazo al entrenamiento de los novatos y por una mala jugada del destino logró ubicar al omega Felix, él rubio estaba apuntando con su arco y disparó con certeza, tenía buenas manos para la arquería pero demasiado delicado, sería mejor como sanador, con manos precisas y decididas. Suspirando quiso dejar de mirar, sin embargo el omega Felix caminó hacia los entrenamientos del primer grupo, Jisung inevitablemente tuvo que seguirlo, Felix llegó hasta su esposo y después de cruzar palabra, ambos caminaron hacia una de las carpas, el omega Bang dejó de mirar cuando los amantes se perdieron dentro de la carpa.

Se despidió del guerrero vigilante y bajó de la torre, llamó a uno de los guerreros disponibles y le pidió llevar su carta a los entrenamientos, pidió que se le entregará a su esposo. No podía hacer más que incomodar a Minho, hacerlo sentir culpable por sus desplantes, era lo único a lo que Bang Jisung podría aspirar cuando no tiene los afectos de su esposo. Despejó su mente de insensateces, Seungmin seguramente lo reprendería por esos pensamientos. No, en este momento no necesitaba más peso en su corazón, solo debía asegurarse de no descuidar su responsabilidad como heredero consorte y por los cuidados de Seungmin.

En el campo de entrenamiento, el guerrero que llevaba la carta de Jisung no pudo encontrar a su amo por lo que decidió darle la carta a el heredero de la manada Bang. —Mi señor Bang, carta de mi señor heredero consorte. —Chan tomó la carta desdoblando el papel para leerlo, el guerrero continuó, —mi señor heredero consorte pidió que se le entregara a su esposo, pero no he encontrado a mi señor heredero.
—Oh, está en la carpa, —Chan dijo sin encontrar problema, —no te preocupes, hazle saber al consorte que sus observaciones serán tomadas en cuenta, yo le entregaré la carta a Minho.

Hiatus ❥ Inefable: Quédate Conmigo.Where stories live. Discover now