La carta de Jérémie 1

23 2 0
                                    

¿Qué tal, Leopold?, cuanto tiempo.
Deseo profundamente que estés bien.

Quería preguntarte cómo estás en Somme, supongo que es bastante parecido a las condiciones que me encuentro.
Tu madre me escribió una carta diciendo que te encontrabas en allí, y como ella sabe que me encuentro en Verdún, gracias a una carta que le envié, me ha dicho que puede ponerme en contacto contigo, aunque tarde en llegarte. Me dijo en su carta, que podría mandar la carta a ella, y luego la mandaría a tu trinchera. Como no podemos mandar cartas directamente de una trinchera a otra, lo podemos hacer de manera indirecta, gracias a tu madre.

Bueno, como te he dicho, te escribo esta carta desde Verdún, mi ciudad natal. Últimamente no me encuentro muy bien. Me están volviendo loco con todo esto, solo anhelo que mis familiares estén bien, aunque muchos de ellos ya no me quieran, yo a ellos sí. Pero sobre todo deseo que tú estés bien y no te haya pasado nada serio. Porque quiero volver contigo, a tu lado, abrazados; como esas tardes cuando no teníamos nada que hacer y solo nos tumbábamos juntos sin hacer nada. Puede parecer una tontería, pero yo lo aprecio muchísimo, pues estamos compartiendo nuestro tiempo juntos aunque no sea nada tú estás allí conmigo.

Entonces te explicaré un poco de cómo estoy aquí.
Nuestro día a día en Verdún es extremadamente duro. Tenemos unas condiciones de vida muy difíciles en las trincheras, enfrentándonos a la constante amenaza de bombardeos, ataques y condiciones climáticas muy variables. La falta de higiene, la escasez de alimentos y la presencia constante de la muerte nos crean un ambiente muy tenso y agotador, físicamente y mentalmente. Últimamente, la guerra es especialmente brutal, con combates muy intensos. No tenemos muchos descansos durante el día, por los constantes disparos de ametralladoras y otras armas, bombas y aveces hasta gases tóxicos y lanzallamas.

Intentaré seguir adelante, aunque no sé si pueda sobrevivir, para volver contigo y a nuestra vida de antes de esto y decirte lo mucho que te quiero. También, volver a esas tardes de nosotros dos sin hacer nada. Volver a esas noches de mucho amor en la cama, ese amor de 22 centímetros dentro de mí. Volver a esas excursiones al bosque disfrutando de su tranquilidad. Volver a las mañanas en el campo de flores para ver el amanecer. Y sobre todo quisiera que me devolvieran a la noche que nos conocimos, cuando estaba lleno de miedos y tú viniste a salvarme de todo ese terror en mi por ser así. Todo esto me anima a seguir, para volver contigo. Aunque no signifique que vaya a sobrevivir sí o sí, yo lo intentaré hasta no poder más, solo por ti.

Te escribo esta carta el 3 de septiembre, pero sé que tardará bastante en llegarte, así que te felicito desde ahora nuestro aniversario de noviazgo número 10, de este 15 de octubre de 1916.

Te quiero felicito por esta década conmigo, a mi lado aguantando todo el trabajo que te doy, y lo aprecio muchísimo. También te agradezco por haberme ayudado en la relación de mi familia conmigo, gracias a ti, porque conseguiste hablar con ellos y hacerles pensar de manera que ya no están todo el día diciéndome palabras muy desagradables y molestas. Y es que me han llegado a decir de todo. Gracias a ti, desde que viniste a mi vida, nada ha sido igual, todo ha ido a mejor y siempre has estado allí para mi, he perdido las inseguridades que mi familia y mis antiguos amigos me hicieron tener. Gracias por ser paciente conmigo y hacerme sentir cómodo en todo momento y no tener que volver con esos traumas . Lamento mucho que lo tengamos que celebrar así, pero la vida son constantes cambios así que hay que afrontarlos como sea.

Te quiero y te aprecio mucho y lo haré hasta el fin de los tiempos. No olvides eso, te lo recordaré siempre.

3 de septiembre de 1916
Jérémie Moreau

Cartas entre trincherasOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz