golden hour [Jim Halpert X FEM OC]

02.

TAYLOR

Me senté en mi mesa con mi tercera taza de café del día. Saludé a Pam y a Michael, no presté atención a sus contestaciones, estaba demasiado cansada y agotada para eso. Cuando me senté, Jim se rio de mi cara.

-Hater.- dije.

-Hola Velvet.- resoplé.

-Dwight, corazón de mi vida, ¿me harías el favor de dejar la trituradora de papel?

-No, Taylor, necesito hacer esto, ya que lo procrastiné demasiado.

-Nadie habla así...- murmuré.

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taylor

A veces pienso que debería madurar y no estropearle sus cosas a Dwight, pero luego veo estas tijeras y me tienta mucho cortarle el cable de la trituradora a Dwight. Llamadme vengativa, pero me duele la cabeza, tengo sueño y Dwight no me cae bien.

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jim

Taylor y yo somos como Robin Hood y Lady Marian, y Dwight es ese horrible león que roba el oro de todo el mundo. Y, al final de la historia, Robin y Marian acaban juntos.

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Jim llevaba toda la mañana intentando conseguir una venta con un cliente muy importante, pero Dwight no se lo ponía fácil, y además, cuando consiguió contactar de nuevo con el hombre, Michael salió corriendo de su despacho para avisarnos del taller que teníamos hoy.

-Tay, Jim, día de la diversidad.

-¡Yupi!- dije sarcástica.

-Taylor, deja de ser sarcástica, el racismo es una cosa muy seria.- dijo mi tío.

-Perdón.

Entramos a la sala de reuniones y saludamos al hombre que estaba allí, el Sr. Brown. Empezó a explicarnos sobre como podíamos evitar problemas de raza en el trabajo, para su mala, suerte, Michael no dejaba de hacer comentarios que podían desgradar a algunos.

Yo miré a Jim, y estaba muy desanimado, por lo que le agarré la mano para que no se sintiese tan aburrido y mal por no poder cerrar su venta. Él me miró y me dedicó una sonrisa que hizo que en ese momento, se me derritiese el corazón.

JIM

Mi corazón dio un vuelco ante el contacto de la mano de Taylor. Me puse nervioso e intenté no apartar la mirada de enfrente para evitar mirar a la morena de mi lado. Sentí un toque en mi hombro y acto seguido, Taylor apoyó su cabeza en mi hombro.

-¿Estás bien?- preguntó.

-Necesito cerrar esa venta.

-Te ayudaría, pero no podemos irnos por la cara.- contestó.

-Lo sé, y agradezco que intentes ayudar.

-De nada Hater.

Solté una risita pero cuando Taylor dejó de darme la mano, volví a estar serio, quería que ella estuviese pegada a mí como antes. Me gustaba su cercanía. Me gustaba Taylor. Y pensar que hacía dos meses, antes de que llegase ella, me gustaba su mejor amiga.