Es difícil ver como poco a poco por culpa de nuestros perdemos a la persona que nos ha importado todo este tiempo.
Los llantos, las discusiones son cada vez peores y junto a ellas, la sensación de poder arreglar el daño causado se desvanece cuando tú lo único que esperabas era hacerla feliz.
Las palabras quedan cortas, pues en verdad en el fondo sabes que cualquier estupidez que salga de tí, sólo empeorará la situación. Claro, es lo único que cree que haces mejor, empeorar la situación.
Intentas dejar el pasado atrás y con este, las malas acciones, que prometes no causarle más.
¿Enserio se vale decir te amo sabiendo que eso sólo le causará mayor daño?
Hay situaciones en las que nos vemos obligados a agachar la cabeza, pues en el fondo sabemos que no merece ser tratado de esa manera, que no somos lo que merece, que lo único que provocamos en ella es confusión y arrepentimiento.
No deseamos lastimarla, más sin embargo lo hacemos.
Cada vez va perdiendo el color y brillo que alguna vez le dijiste que poseía, cada vez esa sonrisa se borra por las lágrimas que recorren sus mejillas. Cada vez el pensamiento de odio hacia tí mismo y las ganas de no seguir fastidiando su existencia te consumen y, poco a poco las ganas de volver a verla sonreír nos hacen tocar fondo, pues esos recuerdos llegan a ti como estrellas fugases recorriendo el basto universo .
Universo en donde prometiste darle todo, donde le aseguraste no le faltaría nada, en donde tocándote el corazón le repetiste una y otra vez que serías solamente para ella y te tendría a pesar de la distancia y circunstancia que la vida les pusiera enfrente.
El pensamiento de rendición se hace más grande cuando la escuchas con la voz quebrada y el corazón hecho pedazos decir, que te ama, pues ella sí te hizo feliz a tí en todo momento y aún cuando el destino no quería verla sonreír con esa sonrisa que Tanto adoras ver, siempre luchó por tí y nunca te hizo pensar por ningún momento que no era lo mejor que te pudo pasar.
Para lo que la mayoría dice ser la luz al final del túnel, para tí es verla feliz. Una felicidad real y verdadera que no tenga por qué ser fingida por algo que hayas dicho o realizado en ese momento, sino porque de verdad la haces feliz por como eres y el cómo ella ve que la tratas. Como tu mayor tesoro el cual no quieres que sea robado porque es un tesoro que no tiene valor monetario, sino uno significativo que se encuentra grabado en tu corazón, que tú yo sabemos.
Es más fuerte que el amor.
No dejen de luchar por lo que los hace felices, ni tampoco dejen que unos cuantos obstáculos los deje tumbados en el suelo.
De nada sirve arrepentirse pues en ustedes está el poder de arreglar las cosas y hacer que esa persona que comparte la vida junto a tí, se sienta segura estando a tu lado.
Rendirse nunca te hará sentirte mejor. Hazla feliz siendo feliz
Una felicidad infinita y abundante como el amor que sienten mutuamente el uno hacia el otro.
