Tamed Wolf (FukuAra)

Ride 9

 ~ARAKITA~

-Arakita, vamos a hablar. -Esa voz, no, no podía ser, ¿él? ¡¿Qué demonios hacía aquí este idiota cara piedra?! No, no estoy preparado para verle aún, no puedo... Ni siquiera le miré, solo chasquee la lengua bajando a la cabeza... el beso... todo lo sucedido pasaba por mi mente...  no podía... No...

-Arakita. -me llamó y no fui lo suficiente valiente como para responder, y continuó llamándome hasta que...

-¡¿QUÉ?! ¡¡DÉJAME DE UNA VEZ IDIOTA!! -salté, mierda, ¡demasiado frustración para una persona joder! Había acabado saltando de mala manera, y su rostro, creo que la palabra sorpresa se queda corta maldición... ¿qué demonios hago?

-Creo que Yasutomo esta algo nervioso... -saltó Shinkai con su alegre sonrisa de siempre, ¡bien! Gracias Shinkai... Aunque nunca me oigas decirlo te estoy agradecido. Después de eso se acercó a Fuku-chan y le susurró algo al oído con una risa.... Un momento.... ¿A que venía eso? Estaba demasiado cerca de él... "Vale que me hayas ayudado pero ¡Apártate ahora mismo o no respondo!" fue lo que pensé bastante molesto... Espera ¿molesto? ¿por qué diantres me molestaba eso? No, no puede ser... No me digas... ¡YO NO PUEDO ESTAR CELOSO!

~FUKUTOMI~

-Buena suerte, la vas a necesitar... -fue lo que me susurró Shinkai, pero no entendía porque la mirada de Arakita era tan... Creo que podría matar con esa mirada... ¿Tanto le molestaba estar conmigo? -No te preocupes Fuku, nuestro adorable perrito solo esta nervioso. -volvió a reír y se separo de mi. -Bueno... me voy. -dijo antes de desaparecer, con bastante rapidez la verdad.

-Arak..-volví a llamar el moreno pero este volvió a bajar la cabeza, volví a mis negativos pensamientos, pero no... debía mantenerme firme, como cuando vas en bici, dime y hacía delante. -Arakita, respecto a lo de mi casa, yo...

-Fue un auto-reflejo...¿verdad? -me interrumpió girándose y dándome la espalda. - No pasa nada, mejor dejarlo... -¿qué estaba diciendo? No era nada de eso. -Si no quie-

-¡No es eso! -¿chillé? ¿yo? La verdad es que si que me había molestado, pero nunca me imaginé chillado, y él tampoco, por como se giró a mirarme tampoco se lo esperaba, pero no me podía rendir, ahora no. -¡Arakita Yasutomo me gustas! -acabé declarándome con firmeza, así debía ser, notaba un ardiente calor en la cara pero ya estaba... Lo había dicho.