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Minjeong.

Desperté a duras penas, el insoportable sonido de mi celular resonó por toda la habitación y contesté aquella llamada sin siquiera ver de quien se trataba.

— ¿Qué quieres? —pregunté con mucha molestia en mi voz.

— Wow... ¿Amaneciste de malas?

Alejé el teléfono de mi oreja y suspiré al ver quien era.

— Ningning, lo lamento... —dije sin ganas y me senté con las piernas cruzadas sobre la cama.

— Eh... ¿Bien?

— ¿Qué sucede?

— ¿Pasa algo? Suenas... Triste. —dijo con notoria preocupación.

— Ningning, estoy bien. Ya dime qué sucede. —jugué de forma distraída con el pequeño hilo sobresaliente de mi camisa, distrayéndome durante un momento con él.

— Ah, Kim... Recuerda nuestra práctica de ballet, no puedes faltar nuevamente.

— Mm... Bien...

— Hey... Hablo en serio... Trata de no faltar, ¿De acuerdo? Espero que me cuentes qué sucede.

Volví a suspirar y solo musite un "De acuerdo, Ning" antes de colgar. La habitación se sintió más grande de lo normal, acaricie las sabanas suavemente recordando el cuerpo de Jimin en ellas durante las últimas horas y bajé saliva lentamente ante el gran nudo de mi garganta y sin más me abracé a una almohada con todas mis fuerzas.

¿Realmente te irás?

Mi pregunta quedó en el aire, realmente no pude contestarla aunque ya supiera la respuesta y solo decidí levantarme a tomar una ducha, sin duda tardaría horas en salir gracias a mis tantos pensamientos y mi enorme culpa.

El dolor impregnado en la mirada de Jimin aun no salía de mi cabeza, ¿Cómo supo que estábamos allí? Oh, claro, Jaehyun tomó mi celular y le escribió sin siquiera darme cuenta. Me dejé llevar por su supuesta obra de arte, al parecer había creado algo sumamente especial y estaba ansioso de que lo viera el día de la exposición, pero al parecer solo estaba jugando conmigo, ¡Menudo idiota! ¿Por que haría algo así? Todo estaba marchando muy bien entre nosotras, el comienzo había sido más que perfecto y todo se arruinó tan pronto... Realmente estaba ilusionada, Jimin había dicho las palabras que siempre quise escuchar y ahora, simplemente se había ido y al parecer no tenía intenciones de querer escucharme.

— ¡Kim! ¡Concéntrate! Ya he olvidado cuantas veces te lo he pedido.

— Lo lamento mucho...

— ¡Silencio! ¿No te basta con faltar a mis clases? —dijo al señalarme con su largo y huesudo dedo.

— Profesora, yo...

— ¡Vamos! ¡De nuevo!

Grito aquella mujer con rabia por quinta vez en la clase y yo solo asentí con pocas ganas antes de bajar la mirada... Por quinta vez. Ningning me dio un ligero apretón en la mano y susurró cerca de mi oído un "Solo inténtalo" antes de alejarse con una alentadora sonrisa en sus labios.

Ningning era una gran amiga, no tenía dudas de eso.

Todas volvimos a nuestro lugar, tomamos posiciones nuevamente y la profesora mediante un gran suspiro dejó que la música sonara nuevamente en aquellas cuatros paredes blancas.

Cerré los ojos y dejé que aquel lento sonido invadiera mi cuerpo, comencé a moverme al compás de la música tratando de no permitir que mis pensamientos me invadieran nuevamente. Sentí mi cuerpo relajarse al dejarme llevar, respiré con tranquilidad y solo disfruté de lo que la lenta melodía del piano me transmitía, aquella paz que sin duda había necesitado durante las ultimas horas estaba llenándome en ese momento.

black&white / winrina ࣪𖤐Where stories live. Discover now