31 { La prensa } ♡

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Dalia Miller.

Ya estábamos de vuelta en casa.

En toda la tarde no volví a intercambiar palabras con nadie y evité a Izan a toda costa.

—¡Pedí pizzas para cenar!— era Isaac.

Me di la vuelta y regresé a la sala, donde estaban todos. Esperamos un rato para que tocaran la puerta y apareciera el chico de las Pizzas con cuatro cajas en su manos.

—¡Buaa, es demasiado!— nos dice la rubia.

—Cuando estés comiendo no vas a decir que es demasiado— le dice Trey.

Me reí porque parecían unos niños.

Isaac pagó y todo. 

—No le di propina— nos dijo el chico, cuando se sentó a nuestro lado

Tomamos el primer pedazo y volvieron a tocar la puerta.

—Debe ser él— dice Ivonne.

—Se dio cuenta que no le diste propina— nos sonreímos con Emma y Trey.

Yessica abrió la puerta y dejó ver a un Izan algo rojo y agitado.

Sin más la chica volteó a mirarme y luego, sin entender el por qué, también miró al castaño. Este se levantó y se fue directo a la cocina haciendo una especie de queja.

Me levante con cuidado y me acerqué a la puerta.

—Lia… ¿Podemos hablar?— Yess se fue de nuestro lado.

Medio cerré la puerta. Quedando afuera con él.

—¿Puede ser adentro?— habló.

—Están mis amigos y la verdad no sé qué está pasando que nadie puede estar contigo sin estar incómodos— cruce mis brazos sobre mi pecho, qué frío.

Lo pensó y después de unos momentos en silencio tomó mi mano.

—Te hicimos esto con los nenes— era un pulso.

—Gracias…

Estaba colocándomelo en la muñeca.

—Y mientras venía hacia aquí miré esta flor— era una margarita— Y no pude evitar parar el carro para cortarla y traerla para ti.

Esta vez tomó mi collar que no me había quitado desde que él me lo regaló.

Colocó la flor en su respectivo lugar y me tomó de la cintura.

—No sé cuál fue la razón para que me evitaras toda la tarde… pero Lia yo te a— la voz de varias personas y flashazos lo interrumpieron.

La prensa…

Izan ¿ Es cierto todo lo que dicen por ahí?— era una chica.

Lo tomé de la mano y se metió conmigo a la casa.

—¿Qué pasa?— dijo Yessi, algo asustada, por la entrada tan repentina que hicimos

—La prensa está fuera de la casa— los miré nerviosa.

¿Ahora que algo? Nos miraron demasiado cerca y ya estoy casi segura que van a volver de nuevo con sus notas.

Mis amigos no dijeron nada y entonces fue ahí que lo solté de la mano y comencé a caminar con él detrás de mí.

Al entrar a mi pieza él se encargó de cerrar la puerta.

—¿Qué es todo lo que dicen?— me referí a la única pregunta que ambos escuchamos.

ℱ𝓊ℯ𝓇𝒶 𝒟ℯ ℒ𝓊ℊ𝒶𝓇Where stories live. Discover now