ᴺᵉʲⁱ ᴴʸᵘᵍᵃ (ⁿᵃʳᵘᵗᵒ ˢʰⁱᵖᵖᵘᵈᵉⁿ)

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Era un dia soleado, con un par de nubes que adornaban el cielo.

Salí de mi casa, dejé las ventanas abiertas y me dispuse a ir a la florería de los Yamanaka.

El camino fue bastante pacifico. El viento, el sol, los olores... hicieron de ese momento algo tranquilo.

-¿lo de siempre?-dijo Ino.
-Si, por favor.

La rubia me entregó mi ramo de rosas, le agradecí y, después de pagarle, me dirigí a mi hogar.

Disfruté nuevamente el camino hasta mi casa, el sol pegaba un poco mas fuerte pero no tanto como para irritarme.

Finalmente, saqué mis llaves y las introduje en el orificio de la manilla.

Dejé las flores en un jarrón y fui a mi habitación, encontrándome con una encantadora sorpresa ¡Un gato!

-¿qué haces aquí?-el animal solo se dispuso a mirarme unos segundos.-¿Sabes? Te pareces a él.

El gato me miró curioso, se acercó a mi y comenzó a arañarme gentilmente el brazo, como si quisiera una respuesta.
"A Neji" susurré "te pareces a él" le sonreí.

Neji Hyuga... un chico frio y terco. Nunca fuimos cercanos, eramos más bien... conocidos. Siempre sentí una gran atracción y curiosidad hacia su persona. Pero nunca me atreví a hablarle.

Es algo que no me gusta mucho de mi, no tengo iniciativa, quizás es por la verguenza o miedo que me da ser rechazada.

Acaricié al felino, mientras pensaba en el Hyuga, era como tener un mini neji conmigo ¡que tierno!

-Hay que buscarte algo de comer ¿no crees, mini hyuga?- reí ante eso.

Me preparé y salí a buscar comida de gato en alguna tienda. El sol estaba comenzando a esconderse, por lo que decidí comprar pescado, que era lo único que encontré en ese momento.

Regresé nuevamente a mi casa y me dispuse a cocinar, mientras ponía música de fondo y el gatito se paseaba por la cocina. Le serví en un plato y, mientras él comía, yo preparaba la cama.

Me puse mi pijama, me acosté y el felino entró en mi habitación. Lo tomé y comencé a hablarle.

Me acerque a él, dispuesta a darle un besito antes de dormir. En un pestañeo, todo había cambiado. Ya no tenía un gato entre mis manos. Tenía un cuerpo, apoyándose en los costados de mi cabeza con sus brazos. Mis ojos y los suyos se encontraron, mi expresión cambió al darme cuenta de la posición en la que estábamos. Sumémosle el hecho de que casi lo beso. Estaba rojísima.

-¿¡N-neji!?
-Es una larga historia- dijo apartando la mirada, mientras se ponía a mi lado. Le entregué una camiseta, que le quedaba un poco apretada.

Lo miré, indicándole que podía continuar con su historia. Dijo que Naruto había probado un jutsu en él y que salió mal.

-Cuando entré, no sabía que era tu casa, lo siento. Hm creo que debería retirarme.
-Claro que no, es muy tarde. Ya hice la cama, puedes dormir acá esta noche. Dormiré en el living.
-Pero, no tienes un sofá ¿dónde dormirás?
-Eso no importa. Descansa.

El chico sostuvo mi muñeca y me miró. Dijo que él podía dormir en otra parte, a lo que me negué rotundamente. El castaño jaló mi brazo, acercándome hacia él. "No me dejas otra opción" susurró en mis oidos.

Me acostó en la cama y se paró, esta vez fui yo la que jaló su brazo, dejándonos en una posición parecida a la anterior.

-vas a dormir acá-le dije.
-¿quieres que duerma contigo?
-¿q-qué? No dije eso, no dormiré acá.-mi cara enrojeció.
-No dejaré que duermas en el piso.

El Hyuga se acostó y me jaló del brazo, sus brazos rodearon mi cuerpo, mi nariz estaba hundida en su pecho, permitiéndome oler su fragancia.

Esperé a que se durmiera para separarme de él y dormir mirando hacia el otro lado. Pero mis planes salieron mal, pues me agarró de la cintura y me atrajo hacia él.

No recuerdo bien en qué momento me quedé dormida. Cuando desperté, me encontré con la escena del Hyuga preparando el desayuno.

-No tenías que hacerlo, gracias.
-Es lo mínimo que podía hacer.

one ѕнoт y eѕcenarιoѕ anιмeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora