Chapter 4

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Ameera:

Sesiones de entrenamiento 

Irónicamente mi noche es tranquila. El alba empieza a entrar por las ventanas, y el Capitolio tiene un aire brumoso y encantado. Me siento muy cansada, pero decido tomar un largo baño caliente, la espuma tiene olor a frutos rojos y se me ocurre pedir una mimosa, mi madre me enseñó de todo un poco.

Luego de unos 20 min, considero oportuno salir, me hidrato con crema

Luego de unos 20 min, considero oportuno salir, me hidrato con crema

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Dejo mi cabello suelto y ondulado

Haymitch no nos había dado una hora exacta para desayunar y nadie me había llamado, pero me dirijo al comedor, la mesa principal está vacía, pero en una larga mesa de un lateral hay al menos veinte platos. Un joven, un avox, espera instrucciones junto al banquete.

Le pido un plato de frutilla y manzana verde, además de huevos revueltos, tocino, una torta húmeda de chocolate y jugo de naranja. Mientras desayuno, observo la salida del sol sobre el Capitolio.

Me sirvo un segundo plato de pancakes y por último panecillos y me siento en la mesa, donde me dedico a cortarlos en trocitos y mojarlos en el chocolate caliente, como a mi hermano le gusta. Es inevitable pensar qué están haciendo ahora. Talvez aún no se levantan, en circunstancias normales aún no se levantan, mi hermano suele ser muy impuntual, pero tal vez no pudieron dormir, tal vez están Emma y Henry, y mi madre esté preparando el desayuno o chocolate caliente, para reconfortar a todos. Y luego enviarlos a la escuela

Hace tan sólo dos mañanas, yo estaba en casa. ¿Dos? Sí, sólo dos. Ahora la casa me parece vacía, incluso desde tan lejos. ¿Qué dijeron anoche sobre mi fogoso debut en los juegos? ¿Les dio esperanzas o se asustaron al ver la realidad de aquellos veinticuatro tributos juntos, sabiendo que sólo uno podría sobrevivir?

Haymitch y Marcus entran en el comedor y me dan los buenos días, para después pasar a llenarse los platos.

El entrenamiento me pone nerviosa. Hay tres días para que todos los tributos practiquen juntos. La última tarde tendremos la oportunidad de actuar en privado delante de los Vigilantes de los juegos. La idea de encontrarme cara a cara con los demás tributos me revuelve las tripas; empiezo a darle vueltas al panecillo que acabo de coger de la cesta, pero se me ha quitado el apetito.

Después de comerse varios platos de estofado, Haymitch suspira, satisfecho, saca una petaca del bolsillo, le da un buen trago y apoya los codos en la mesa.

--Bueno, vayamos al asunto: el entrenamiento. En primer lugar, si queréis, pueden entrenar por separado. Decidan ahora.

-- Yo quiero entrenar por separado - responde Marcus

--Supón que tienes una habilidad secreta que no quieres que conozcan los demás.

Marcus no responde, yo asiento, entiendo, debe ser más difícil matar a alguien, si le tomas cariño. Haymitch asiente algo decepcionado. Entonces tomamos turnos, Effie y Eyva se quedan conmigo, mientras los dos se van a hablar.

Panems QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora