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—Siempre he querido a Jean como si fuera mi hijo.— Comenta Rita sentada a un lado mío. —Tiene algo especial.—

—Él es especial.—

Rita sonríe volteando a verme por unos segundos y después regresa la mirada hacia el castaño, Jean se encuentra jugando con algunos niños en el patio recreativo. Quien no lo conoce tan bien como yo, no tendría ni idea de cuanta energía y calidez guarda en su interior.

—Que estés aquí significa mucho para él.— Continúa. —Te ha dejado entrar a lo más profundo de su corazón.—

—También significa mucho para mí.— Suelto un suspiro. —¿Sabe algo? jamás había conocido a alguien como Jean, por fuera puede ser serio y tímido, pero en realidad es la persona más dulce, cálida y tierna del mundo.—

—Así es, sólo muestra ese lado con alguien que realmente aprecia.— Sonrío sutilmente. —Ro, ¿puedo pedirte un favor?—

—Por supuesto.—

—Vuelve pronto.— Arqueo una ceja. —Jean me ha dicho que eres grandiosa, habla tan bien de ti y sus ojos brillan al decir tu nombre. Sólo espero que no sea la primera y última vez que te vea, Ro, me agradas.—

—Señora Rita, estoy profundamente enamorada de Jean.— Contesto segura. —Lo quiero así como es, su vida antes de conocerlo no cambia mis sentimientos por él. Luché demasiado por acercarme a Jean, tal vez al inicio no lo hice de forma correcta pero, al conocerlo me di cuenta que definitivamente cupido no me odia.— Suelta una risita divertida. —Había alguien para mí allá afuera, y ese alguien es Jean.—

Quizás yo no sea la chica más inteligente, disciplinada, responsable o brillante del planeta, pero tengo mucho que ofrecerle a Jean y lo que estamos construyendo entre los dos. Quiero ser parte de su felicidad, acompañarlo en todos sus momentos sean buenos o malos, apoyarlo y escucharlo siempre.

Quiero estar con él.

—Me alegra escuchar eso, linda.— Acaricia sutilmente mi hombro. —Entonces volveré a verte pronto.—

—Es un hecho.— Sonrío. —Hmm Rita, ¿ahora yo puedo pedirle algo?—

—Claro que sí, ¿qué necesitas?—

—¿M-me regala la foto de Jean en overol?— Suelta una carcajada mientras asiente con la cabeza.

—Por supuesto, es toda tuya.— Agarra el álbum de fotos buscando la fotografía y después me la da.

Sonrío emocionada y rápidamente guardo la imagen bajo la funda transparente de mi celular, ahora podré ver a Jean de niño con su overol cuando yo quiera, ¡increíble!.

—Ro, ya debemos irnos.— Se acerca Jean a donde estamos sentadas, tiene el cabello un poco desordenado.

—¿Tan pronto?— Sonríe extendiendo su mano hacia mí, así que la tomo y me levanto.

—Ya casi es la hora de cena para los niños, Rita y Carla tienen cosas que hacer.—

—Así es, se pasó el tiempo volando.— Interviene Rita mirando la hora en el reloj de la pared. —Me dió mucho gusto verlos, ya saben que pueden venir cuando quieran.—

—Los visitaremos pronto.— Jean se despide de ella dándole un abrazo.

—Sip, yo acompañaré a Jean.— Ahora sigo yo de darle un abrazo a Rita. —Me pegaré a él como chicle si es necesario.— Bromeo y ella ríe.

—¿Ya se van? dios, que rápido.— Llega Carla para despedirse también. —Me alegra haberte conocido por fin Ro, vuelve pronto.—

—Lo mismo digo.—

new romantics | jean kirschteinWhere stories live. Discover now