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—¿Tanto me extrañabas que viniste a recibirme? —la fastidió el castaño.

—No digas tonterías. Fue tu horrible voz que se escuchaba a lo lejos —le tiró su pasamontaña al rostro.

—Siempre tan amorosa, Kentaki.

—Y tú siempre tan insoportable, Takuma.

—Ellos son mi familia disfuncional —le susurró Yuji a Megumi ganándose la mirada de la pareja.

—Primero muerto antes de formar una familia con esa amargada antisocial.

—Por primera vez estoy contigo, parásito.

Megumi puso los ojos en blanco.

—¿Pueden dejar sus estúpidas peleas? Parecen un viejo matrimonio.

Ino se acomodó sus pasamontañas colocándosela como un gorro en su cabeza cruzándose de brazos. Maiko desvió su mirada fingiendo estar algo molesta.

A todas estas Yuji levantó su mano en medio del incómodo silencio que se había formado en el lugar.

—¿Sí, Yuji? —preguntó dulcemente la pelirroja.

—Luego de que ustedes se solucionen...¿me pueden llevar por un helado? —preguntó como un niño pequeño.

El zapato de Megumi volvió a impactar en la cabeza de pelirosa haciendo a Ino soltar una carcajada mientras Maiko negaba con la cabeza sin saber en qué momento empezó a juntarse con esos.

—Idiotas.

—Oh, veo que se están divirtiendo —apareció Gojo.

—No lo podría decir de esa manera —murmuró Maiko.

—Deja de ser tan aburrida, pequeña Maiko —revolvió su cabello un poco despeinándola haciendo reír a Ino.

—Parece una escoba.

El arma maldita de Maiko estaba a punto de ser usada por ella contra Ino, pero Satoru se lo impidió negando, divertido.

—No hace falta la violencia, querida.

—Se la pasa molestándome siempre que puede —se quejó.

—No le encuentras la diversión a la vida, nena —respondió Ino.

La pelirroja tomó aire tratando de tener paciencia para no estrangularlo, por lo que decidió cambiar de tema.

—¿Y Nanami?

—Tu tutor tenía que hacer unas cosas aquí en la academia, por lo que no creo que lo veas hasta más tarde.

Ella suspiró algo triste.

—De acuerdo, iré con Maki.

—No tan rápido, jovencita.

—¿Ahora qué? —hizo una expresión idéntica a Nanami que heló a Gojo.

—N-Nan...tienes una misión...en pareja —canturreó emocionado.

—¿E-en pareja?

—Así es, es tu primera vez trabajando con un compañero, ¿no te alegra?

Maiko asintió.

—Me alegra, solo que nunca me lo imaginé —murmuró impresionada.

—Pobrecita la persona que le toque hacer misiones con ella.

—¡Cállate baboso!

—Ven y cállame, preciosa.

La mirada de Satoru viajó hasta el castaño, esbozando una pequeña sonrisa burlona.

I Can See You || Ino TakumaKde žijí příběhy. Začni objevovat